Los funcionarios no fueron. Algunos concejales tampoco. ¿A quién le interesa la verdad sobre la muerte de Sebastián?

Una sesión que pese a que no se pudo avanzar en el esclarecimiento de la muerte de un trabajador municipal sirvió para ratificar que al intendente poco y nada le interesa la cuestión. Inexplicable ausencia de algunos concejales
Los concejales en la sesión de hoy. Las bancas del Movimiento para la Victoria no se usaron porque nadie fue
Los concejales en la sesión de hoy. Las bancas del Movimiento para la Victoria no se usaron porque nadie fue

Esta tarde, una vez más, Moccero mostró como le gusta gobernar: haciendo lo que le agrada, sin respetar la división de poderes y sin interesarse por lo que ocurre en la comunidad.

El tema esta vez no era el cambio de una luz o tapar un pozo sino algo mucho más estremecedor: saber cómo murió un empleado municipal mientras trabajaba.

Y para eso los concejales habían solicitado la comparecencia de los funcionarios Gastón Duarte, Alfredo Crunger y Magdalena Graff. 
Pero, tal como se preveía el intendente adujo que el Fiscal General de Bahía Blanca, Fernández, le habría sugerido a nuestro intendente que no los autorice a presentarse para “no entorpecer la investigación penal”, por lo cual no autorizó la concurrencia de los funcionarios y todos los suarenses nos quedamos sin saber lo que sucedió para que un trabajador perdiese la vida mientras estaba trabajando.

 

Claramente no existe el menor interés en que se conozca la verdad. Ninguna de las preguntas que habían presentado los concejales podía entorpecer a la Justicia, cuyo camino va por otro lado.

Pero como otras veces, se embarra todo, no se da información, se ocultan hechos, para que finalmente nada se sepa.

Una autocracia con visos de tiranía que los suarenses vienen soportando, y también votando, hace casi tres décadas.

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¿Y los concejales?

Son 16 los concejales, por lo cual se necesitaban 9 para poder sesionar. ¿Cuántos hubo? Nueve, justito justito. ¿Y por qué? Porque a la natural ausencia de los concejales mocceristas, partícipes de la falta de dignidad que los obliga  a obedecer órdenes, les guste o no les guste, se sumaron – insólitamente – la ausencia del precandidato a Intendente del radicalismo, Ricardo Salvi por estar trabajando y de Evangelina Arroquy, en apariencia porque sufrió un golpe jugando al hockey.

Entremos en la suposición de que ambas ausencias se justifiquen, ¿no era el tema lo suficientemente importante como para que solicitasen licencia y otro integrante de la lista los reemplazase? Más allá de que cobran por ser concejales, lo cual achica de gran manera la posibilidad de encontrar motivos que no sean lo suficientemente serios y justificados.

Pero, además, tampoco estuvo Flavio Diez, quien se encontraba en La Plata, donde trabaja en su puesto en la Cámara de Diputados provincial. ¿No tiene quien lo suplante el otrora candidato a intendente? ¿Cuánto le importa la muerte de Sebastián Leonhardt?

Cuidado, la mujer del rey no sólo “der ser” sino también parecer, y hoy las ausencias sugieren otra cosa. Por lo menos, hoy no parecieron muy preocupados.

Mientras tanto, una familia sigue llorando a un pibe que salió a laburar y nunca volvió. Y todavía no saben que pasó, porque el municipio ni siquiera abrió un sumario para escuchar a quienes estaban en el lugar del accidente.

Hubo duros discursos, y muchas dudas sobre la verdad de la excusa de Moccero, pero esto será motivo de otra nota.

 

 

 

 

 

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