Inaudito: la Casa Abrigo de Huanguelén estaba cerrada desde agosto porque habían perdido la llave.

El viernes , ante una emergencia, debieron llamar a un cerrajero para poder entrar y al ingresar se dieron cuenta que se habían robado hasta el bidet.
  • Inaudito: la Casa Abrigo de Huanguelén estaba cerrada desde agosto porque habían perdido la llave.
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“Vamos a investigar hasta las últimas consecuencias”, dijo ayer el intendente Moccero, cuando los periodistas de la localidad le consultaron sobre el sorprendente hecho acaecido en Huanguelén,  cuando ante una urgencia estuvo  la posibilidad de ocupar la  Casa Abrigo y se percataron que no había llave. Y lo más grave, es que la llave falta desde agosto 2022, cuando fue la última vez que se ingresó al lugar.


Ya todos sabemos lo que significa “hasta las últimas consecuencias”.

Que nunca se va saber nada. Lo mismo dijeron luego del incendio en el Corralón Municipal, del choque de una máquina contra una casa, de los máquinas municipales trabajando en los terrenos del secretario de Salud y también luego de la muerte de Sebastián Leonhardt y tantas otras veces. “Las últimas consecuencias” siempre es nada de nada.


Lo cierto es que de necesitar  la Casa Abrigo,  la llave no estaba. Desde agosto no estaba.


Entonces el nuevo delegado tuvo que llamar a un cerrajero para ingresar. Y sobre llovido, mojado. Al franquear la puerta, el interior era un desastre, suciedad, desordenado con faltantes. Hasta el bidet se llevaron.


Es insólito, ¿nunca se les ocurrió visitar el lugar a quienes están encargados del mismo? ¿La coordinadora de áreas Natalia Ciani, nunca se enteró que faltaba la llave luego de casi un año de cumplir tareas?
¿El delegado anterior no sabía nada?

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Queda clara la prioridad que le da este gobierno a las necesidades de Huanguelén. Por eso, no se entiende que en el mensaje de apertura de sesiones el jefe comunal se muestre ofendido por las críticas que llueven por parte de los huanguelenenses.
Con esa desidia por la localidad, difícilmente alguien lo aplauda en Huanguelén, excepto “los salieris de Ricardo”

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