Daniel Scioli resume prácticamente todas las condiciones de los estóicos, una forma de encarar la vida que nació 25 siglos atrás en Atenas. Allí estuvo Zenón de Citio, tal vez el primero de los sciolistas, que abrazó la idea de evitar guerras personales, cultivar la resiliencia para evitar amarguras, y esperar el momento para atacar, tal como describe Sun Tzu en su tan vendido Arte de la Guerra. No hay una personas en la historia moderna que haya cultivado la espera como Daniel Scioli, y puede ser su momento de la mano de Alberto Fernández en caso que su candidatura obtenga la pregnancia que buscan.
El exgobernador de Buenos Aires y actual embajador en Brasil le empapó la oreja ayer a La Cámpora, fue directamente al corazón del anticristinismo, en Esteban Echeverría, donde Fernando Grey soporta embestidas violentas del movimiento de Máximo Kirchner, a explicar que el país puede estar mucho mejor. Alberto coordinó la visita y no es la primera, ambos saben que su supervivencia está ligada como rémora al tiburón con la caída final de Cristina Kirchner.
La Cámpora entró en un espiral de internismo que entusiasma al presidente, que reconoce que "falta mucho" y pone cara de póker cuando le preguntan por su candidatura. Tal vez su triunfo sea no jugar, pero imponer criterio para que Scioli se quede con la marca y obligue a Cristina a apoyarlo. Tal vez sea la propia vicepresidenta quien vuelva a tener que apostar por quien insultó y destrató hasta no hartarse durante sus años de senadora nacional. Esta vez será sin Carlos Zannini, quien disfruta de hacer gimnasia por las coquetas calles de Barrio Norte antes de las ocho de la mañana, cuando casi nadie lo ve en Parque Las Heras.
Así entonces, Scioli volvió al ruedo, habla con Alberto a diario, con intendentes, con Martin Insaurralde y otros que después dicen no haber hablado con el exmotonauta. El miedo a la mirada de algún Kirchner hace que lo nieguen tres veces antes de reconocer que sostienen diálogo con quien vino como ministro de Producción noventa días para volver a Brasil.