Los ataques sexuales de P.C a María Belén Chacón se produjeron de manera reiterada desde 1993, cuando la víctima tenía 6 años, hasta 2006, cuando tenía 19. Durante la infancia, su hermano le hizo creer que tenían un secreto que jamás debía ser revelado y la manipuló piscológicamente para perpetrar esas vejaciones.
El “juego” que proponía P., cuando él apenas tenía 8 años, consistía en bajarse los pantalones y masturbarse delante de la mirada inocente de su hermana, de 6 años. Eso se repitió innumerables veces hasta que Belén cumplió 11. Pero a medida que el tiempo pasaba, el “juego” iba subiendo de tono.
La primera vez que la manoseó ella tenía 13 años y ese recuerdo permanece imborrable: “Fue en el año 2000, durante una noche, cuando mis papás dormían. Mi hermano me despertó, empezó a masturbarse y al ver que no podía eyacular se acercó hasta mi cama y empezó a tocarme la vagina por encima y debajo de la ropa. Me paralicé y empecé a llorar pero P. continuó masturbándose a mi lado hasta eyacular”.
Esa misma situación, donde empezó a haber contacto físico, se hizo cada vez más frecuente (cada 15 días) y más agresiva. él comenzó a introducirle sus dedos en la vagina llegando, incluso, a lastimarla en varias ocasiones.
Cuando Belén cumplió 16 años y P. adquirió la mayoría de edad, ella se dio cuenta de que no era una situación normal que podía darse entre hermanos por lo cual empezó a defenderse de los abusos sexuales pero él insistía en que se relajara y disfrutara.
Al ver que ya le resultaba difícil persuadirla como cuando era niña, P. redobló la apuesta e intentó violarla cuando ella tenía 19 años. “Ocurrió en 2006, en una fecha que no puedo precisar con exactitud. Se metió de noche en mi cama, me corrió la ropa interior e intentó penetrarme analmente. Mi reacción fue golpearlo en su pene para que se fuera de la habitación”, detalló Belén.
Todos estos hechos fueron acreditados durante un reciente juicio llevado a cabo por los jueces María Rosa Cassará, Jorge Ariel Apolo y David Perelmuter, que integran el Tribunal Oral de Menores N° 1 de Capital Federal. Sin embargo, en su fallo, hicieron una salvedad relacionada a una falta de precisión de de la víctima, que no pudo determinar la fecha exacta en la que fue abusada por última vez. Esto le permitió a P. ser sobreseído al considerar que la acción penal estaba prescripta.
La fiscalía, por su parte, había pedido 10 años de prisión para el imputado.
“Este Tribunal ha tenido probadas las circunstancias de modo y lugar de los hechos, en los que ha sido víctima María Belén Chacón y como imputado P. No pudiéndose acreditar que dichos sucesos han sido acaecidos en fecha posterior al 28/11/2006 corresponde DECLARAR EXTINGUIDA LA ACCION PENAL POR PRESCRIPCIÓN en la presente causa”, sostiene el fallo firmados por los tres magistrados. Es decir, el tiempo jugó un rol clave para que P. Chacón no terminara tras las rejas ya que en estos casos el delito prescribe a los 12 años.
“P. Chacón fue sobreseído gracias a una estrategia de su defensa, que se agarró de una cuestión técnica y fue aceptada por los jueces. Pero eso no significa que sea inocente. Fue por apenas un mes de diferencia”, se lamentó Belén en diálogo con Infobae.
Esto fue posible porque al momento de valorar la prueba producida durante el transcurso del debate, el Tribunal acreditó que la imputación dirigida contra el acusado se centraba en los sucesos que tuvieron lugar desde el 22 de junio de 2001 (fecha en que Belén tenía 16 años) hasta 2006, sin especificar una fecha de finalización (fecha en que Belén tenía 19 años).
A su vez, se comprobó que los abusos consistían en reiterados tocamientos de P. en la zona púbica de Belén y en la introducción de sus dedos en la cavidad vaginal contra su voluntad expresa. Asimismo, el último suceso investigado tuvo lugar en 2006, más precisamente entre los meses de marzo a diciembre, que fue cuando su hermano intentó penetrarla analmente.
“Cuando presenté la denuncia en primer instancia, declaré que los abusos de mi hermano fueron hasta mis 19 años. Teniendo en cuenta que nací el 28 de marzo de 1987, yo tuve 19 años hasta el 28 de marzo de 2007. Pero tanto la defensa como los jueces hicieron un corte en la línea de tiempo hasta el 31 de diciembre de 2006″, detalló Belén.
Lo curioso es que Belén pudo llegar a juicio gracias a un fallo ejemplar e inusual del juez Alejandro Cilleruelo, del Juzgado Nacional de Menores N° 4, que hizo que la investigación se reactivara y que tras la presentación de “pruebas contundentes” P. fuera procesado por abuso sexual con acceso carnal en tentativa agravado por el vínculo fraternal existente.
“Como en mi caso el delito tenía una validez durante 12 años pudimos llegar a juicio salteando todas los instancias judiciales ya que la prescripción se había cortado en el momento que hice la denuncia, el 28 de noviembre de 2018″, explicó.
“Esa misma justicia que en un principio me apoyó ahora me da la espalda con una explicación muy agarrada de los pelos. No hay manera de que yo recuerde cuál fue el último día en que me abusaron. Es una locura”, se indignó la joven, que luego de cinco años instancias judiciales no pudo encontrar consuelo a tanto sufrimiento.
“Lo que me hizo mi hermano ya me condenó para toda la vida”, concluyó Belén de manera contundente.