El fuego iba ganando cada vez más espacio en medio de la basura acumulada a metros de la calle Bajada de Piedras, a un costado de la ruta nacional 19. Sin embargo, la curiosidad de quienes a esa hora de la noche del pasado miércoles 15 de este mes aún hurgaban entre los desperdicios fue más grande que el peligro que implicaba acercarse a las llamas. Y fue entonces que se toparon con el espanto.
Un torso estaba siendo quemado en medio de una pila de cubiertas que habían sido prendidas fuego.
Cuando el primer móvil policial llegó, ya las llamas se habían consumido. A simple vista, se observaba el resto humano carbonizado.
Comenzaba en ese instante a escribirse uno de los expedientes judiciales más atroces que se recuerden en la historia criminal de la provincia de Córdoba.
Una investigación que lleva adelante bajo el más estricto hermetismo la fiscal Claudia Palacios, junto a un reducido grupo de investigadores de la Policía Judicial y de la división Homicidios de la Policía provincial
La víctima ya tiene nombre y apellido, aunque como todavía falta la corroboración oficial a partir del análisis de ADN, todavía reina una lógica cautela para dar a conocer su identidad.
Se trataría de D.C., un hombre oriundo de la vecina localidad de Malvinas Argentinas, donde desapareció el pasado martes 14 a la noche. Salió en su moto para ir a encontrarse con unos conocidos en la misma zona este de la periferia de la Capital cordobesa.
Alguien lo vio subirse a un auto. Y nada más.
Entre los restos calcinados, se recuperó la llave de su moto.
Su familia organizó una búsqueda desesperada por redes sociales y hasta propuso una marcha. Hasta que recibió la visita de los investigadores de Homicidios. Hoy, sólo aguardan la peor confirmación.
La investigación avanzó rápido. Hay tres personas de apellido Figueroa, parientes entre sí, detenidas y acusadas de homicidio, Tienen 41, 31 y 19 años. Los tres están domiciliados en Camino a Chacra de la Merced, muy cerca de Bajada de Piedras, en barrio Parque Este.
Para la fiscalía, hay prueba más que importante para comprometer a los tres detenidos. Un ajuste de cuentas cuya raíz empieza a revelarse de manera atroz.
Si bien aún queda mucho camino por recorrer en esta causa, la principal hipótesis indica, según confirmaron fuentes judiciales, que el asesinato pudo haber sido ordenado desde la cárcel. Un preso condenado por narcotráfico que mandó a matar a D.C. por un presunto robo de drogas en una vivienda de la banda que este preso aún maneja.
El dato surge de una serie de mensajes que han sido encontrados en los teléfonos ya secuestrados en esta investigación.
Pero esto no es todo: también existirían videos del momento en que están quemando el cadáver. "Una prueba para mandarle a quien ordenó el crimen", apuntó un avezado investigador.
"Como en México, lo quemaron con cubiertas", agregó otro informante.
Antes de incinerar el cuerpo, lo descuartizaron. En el trabajo de laboratorio, además del cotejo de ADN, también se intenta determinar cómo lo asesinaron. Se sospecha que antes de morir fue sometido a una brutal tortura.
Pese a que se trata de un caso que conmociona, sin antecedentes en Córdoba, de manera pública nada se supo de toda esta historia hasta que este viernes Cadena 3 la reveló.
¿Quién es el preso que se sospecha que está detrás de este ajuste criminal con sello narco? Se trataría de una persona que hace poco más de dos años, en 2020, quedó involucrada en la brutal paliza que recibió en el Establecimiento Penitenciario 9 el barra de "La Fiel" Walter “el Toro” Aguilera.
Ataque que fue filmado con celulares dentro de la prisión y viralizado como una "lección" entre los violentos códigos de los que viven al margen de la ley.
Si bien nunca la investigación avanzó demasiado sobre los autores de aquella humillación, el nombre y el apodo de quien habría sido el responsable se replica ahora en la investigación por el cadáver calcinado a la vera de la ruta nacional 19, en las afueras de la ciudad de Córdoba.
La vinculación de la cárcel con el delito adentro y afuera de los muros no deja de llamar la atención en la provincia.
También la semana pasada, otro preso quedó en la mira de la Justicia por haber ordenado, según se presume, un mortal ataque contra la familia del actual novio de la expareja del reo.
Tras una falsa denuncia por internet que este preso subió en las redes sociales, en la que acusaba al muchacho por un presunto abuso sexual, una horda de personas atacó a balazos y con bombas tipo molotov la casa de su madre, en el barrio-ciudad Parque Las Rosas.
Mario Albarenga (42, pareja de la madre del joven falsamente acusado) murió alcanzado por un tiro, mientras que Valeria Robles (43) sobrevivió a cinco disparos. Otro hijo, Lautaro Robles (20) también fue baleado en una pierna.
Este jueves, una semana después, la familia atacada denunció que la Policía le levantó la custodia policial. Tras la queja de las víctimas, a la noche regresó un móvil para quedar apostado al frente de la casa. En la causa que lleva adelante el fiscal Víctor Chiapero hay un sospechoso detenido.