Salud 13/02/2023 14:51hs

Epecuén renueva la tradición de los "embarradores" en manos de una mujer

La carhuense Marina Schmidt, masajista y reflexóloga, realizó una demostración en el cierre de la XXI Fiesta Provincial del Turismo Termal de Carhué. Semanas atrás cubrió con fango del lago a una turista y el video de la “mujer de negro” se hizo viral.

Epecuén renueva la tradición de los ”embarradores” en manos de una mujer Marina Schmidt, en accion
Marina Schmidt, en accion
 ”Toto”, de blanco, uno de los embarradores más destacados.
"Toto", de blanco, uno de los embarradores más destacados.

Semanas atrás la masajista, reflexóloga y embarradora Marina Schmidt, oriunda de Carhué, cubrió de fango a una turista a orillas del Lago Epecuén como parte de una sesión terapéutica.

La imagen de la “mujer de negro” que caminaba relajada por la playa en traje de baño no tardó en hacerse viral en las redes (acompañada del audio “¿Qué es eso?” que se usa y se repite en los reels cuando algo resulta exótico).

Claro que eso que en Epecuén ya no llama la atención, como ver caminar a una persona totalmente cubierta de barro, a miles de usuarios que no son de nuestra zona les resultó extravagante.

Sin embargo, esta práctica es muy antigua en el destino. De hecho, los primeros embarradores datan de 1920 y eran pintorescos personajes que se promocionaban mediante cartelería en el balneario y que siempre sacaban una sonrisa a los turistas. Ya en aquella época casi nadie se iba de Epecuén sin tomarse una foto con la piel “teñida”.

Más cerca en el tiempo, en 2017 Marina decidió retomar esta tradición en el marco de la participación del destino en el desafío por el cual se estableció un Récord Guinness cuando 1950 personas flotaron de la mano en el lago demostrando su salinidad.

Marina tenía 8 años cuando se inundó Epecuén por lo cual conserva recuerdos de alegría, carnavales y de gente embarrada. Si bien a esa edad no entendía mucho de qué se trataba disfrutaba de cada ritual y del clima permanente de festejo.

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Hoy, a partir de su iniciativa de recuperar el oficio miles de personas pueden beneficiarse con las propiedades del barro avaladas por la ciencia en múltiples estudios y congresos. Estas sesiones tienen además otros condimentos ya que la práctica forma parte de la identidad e historia del lugar.

Consultada por La Nueva., la emprendedora carhuense (quien también desarrolla una línea de cosmética natural y productos artesanales) respondió algunas inquietudes.

-¿Cómo se aplica el barro y qué características tiene una sesión?

-Yo aplico el barro a mano, de manera artesanal, como el embarrador que estuvo entre 1930 y 1985. La gente se acerca y se para en una tarima con su traje de baño. Los embarro desde el cabello hasta los pies. ¿Por qué también el cabello? Porque los minerales presentes en el barro nutren las fibras capilares y producen un efecto de tipo “baño de crema”. Por eso quedan totalmente pintados de negro como la mujer del video que se hizo viral.
Deben permanecer con el barro por unos 20 o 30 minutos, eso depende de cada tipo de piel, hasta que se seque, tire y se cuartee. La tradición dice que luego se debe “devolver al lago lo que el lago te da, para sanar el alma y curar el cuerpo”.

-¿Qué propiedades tiene el barro de Epecuén?

-El barro se saca de una veta especial del lago. En esa profundidad tiene una untuosidad perfecta. Posee magnesio, sulfato de sodio, iodo, potasio, hierro y azufre. En cuanto a las propiedades, regenera y limpia la piel y esta característica lo hace muy bueno para gente que padece psoriasis, dermatitis y acné. Además es absorbido por los huesos y calma los dolores óseos producidos por el reuma, artritis y artrosis.


-¿Qué devoluciones hace la gente tras una aplicación?

La devolución que me dan es que se sienten relajados y contentos. Es algo muy emocional también porque mucha de la gente que viene lo hacía antes con familiares. Venían a Epecuén cuando eran chicos con sus padres o con sus tíos y abuelos y hoy por hoy tienen la oportunidad de embarrarse de nuevo. Eso para ellos es muy importante. Los recuerdos forman parte de todo esto, de esta tradición.

-¿Por qué decidiste continuar con esta tradición?


- La principal motivación es que soy una fanática del lugar en el que vivo. Siempre fui amante de la naturaleza de nuestro lago y de todas sus propiedades. Me acompañó mucho Enzo Gasparri, médico termalista de Carhué que nos representa.

Su noble misión es brindar alivio a las dolencias, hacer felices a los turistas y conservar parte del patrimonio cultural de una villa que quedó sepultada bajo el agua en 1985 pero que sigue de pie por el amor de su gente.

¿Quienes fueron los embarradores más famosos?


Gastón Partarrieu, director del Museo Regional Adolfo Alsina de Carhué y licenciado en Museología, contó que en la época de los primeros embarradores los visitantes no solo pagaban por recibir este tipo de terapia para sentir alivios a nivel físico sino también porque era un momento muy divertido, un clásico.

“Su mayor virtud era que conocían la zona donde sacar el mejor barro, la famosa veta, un barro negro, muy concentrado y de poco contacto con agua dulce, que estaba enterrado”, contó el autor de los libros “Epecuén. Historias de sus años dorados (1921-1956)” y “Lo que el agua se llevó”.

Uno de los embarradores más conocidos fue Don Diego Ríos (1879-1955). Para atraer pacientes contaba con originales carteles: “Un solo don Diego, un solo embarrador. Donde yo aplico barro huye el dolor”. 

Alfredo “Maravilla” Rodrigo (1915-1996) llegó un poco más lejos, montando una especie de consultorio con solárium, sala con aparatología que aplicaba para todo tipo de dolores de articulaciones, huesos, problemas de cervicales, columna, etc.

También apodado “Toto”, había nacido en Buenos Aires, llegando a Epecuén a la edad de 5 años con sus padres. A los 8 años empezó a aprender de un masajista alemán que trabajaba en Epecuén, llamado Otto. A los 16, se ocupaba de los pacientes, mientras su maestro supervisaba la tarea. Interesado en perfeccionarse, en 1952 se recibió de Kinesiólogo en La Plata.

Por qué resaltar el barro de Epecuén y sus tradiciones


La guardaparques Viviana Castro, guía turística de Epecuén y una de las organizadoras de algunos aspectos de la fiesta del fango/ barro comentó que la idea de este evento es reflotar la imagen de Epecuén de todas las épocas.

"En primer lugar, queremos destacar el trabajo del Dr. Enzo Gasparri, oriundo de Bolívar, quien llegó a Epecuén recién recibido de médico, trabajó en el complejo de termas en Epecuén y fue un estudioso médico termalista que nos representó en muchos congresos", señaló.

"Es un apasionado del agua y el barro de nuestra laguna y estuvo en la época del embarrador Toto Maravilla, quién vivía a una cuadra de la casa de mis abuelos y a quien yo visitaba periódicamente. Él me enseño a encontrar la veta de barro buena, como me decía siempre", narró.

Viviana ayudaba a Toto desde muy chica a llenar las latas de durazno que usaba para sus embarradas y vendía a los turistas.

"Hace unos años tuve la posibilidad de estar en Copahue, en un Congreso Iberoamericano de Peloides, junto a Enzo y Cecilia, nuestro médico termalista y nuestra cosmiatra quienes disertaron y mostraron las cualidades y calidad de nuestro fango reconocido mundialmente", expresó.

Epecuén también cuenta con estudios realizados por una geóloga, quien analiza propiedades y diferencias de este fango con arcillas de diferentes lugares.

"Hoy lo que pretendemos es revalorizar nuestras tradiciones y mostrar al mundo que estas cualidades y calidad están intactas y que el bienestar y salud es nuestra marca registrada, tanto con el agua, como con el fango", subrayó.

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