Después de 13 audiencias y 87 testigos, el miércoles 18 de enero finalizó la etapa de presentación de pruebas en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa. De cara a los alegatos, que serán los próximos miércoles 25 (las fechas de la fiscalía y el particular damnificado) y jueves 26 (el turno de la defensa), el debate oral se acerca a su desenlace. La fecha del veredicto que, en un principio se había anunciado para el día 31, aún resta por confirmarse. Según supo Infobae, es probable que el Tribunal lo haga al término de los alegatos.
¿Qué dejó hasta aquí el proceso en el Tribunal N°1 de Dolores? Por el momento varios interrogantes, entre ellos, quién fue el autor del primer golpe a Fernando. “(La víctima) tenía el torso desnudo. Lo atacaron por delante y por detrás. No se logra identificar si el primer golpe lo dio Ciro Pertossi o una persona que está por atrás y que viste bermuda marrón y una camisa manga larga blanca arremangada”, dijo Pablo Laborde, secretario del Ministerio Público Fiscal, quien efectuó una reconstrucción cronológica de la golpiza basándose en el material audiovisual recolectado como evidencia.
1. ¿Por qué los imputados atacaron a Fernando?
La madrugada del 18 de enero de 2020, dos grupos de amigos coincidieron en el boliche Le Brique de Villa Gesell. Unos de Zárate, otros de Capital Federal: la mayoría de ellos había comprado entradas por anticipado. Ese día se esperaba el show del artista Neo Pistea y el lugar estaba altamente concurrido. En el tumulto, “un empujón” derivó en una supuesta pelea y, esa pelea, en la expulsión de ambos grupos.
Al grupo de Fernando Báez Sosa lo sacaron por la puerta principal de la discoteca. Al grupo de los, ahora, imputados por la de la de servicio. Algunos forcejearon con los empleados de seguridad: no querían irse del lugar. Minutos después de la expulsión, los acusados regresaron a la entrada del boliche, ubicado sobre Avenida 3 y Paseo 102, y sorprendieron a Fernando y sus amigos. El ataque fatal duró 60 segundos y quedó registrado por las cámaras de seguridad de la zona.
El roce inicial dentro el boliche, se presume, fue el disparador del ataque afuera. Sin embargo, de los testimonios de varios testigos, entre ellos el de Juan Pedro Guarino —que era parte del grupo y fue sobreseído durante la investigación— se desprende que “agarrarse a las piñas” era una práctica recurrente de los rugbiers.
Algo similar contó Pablo Gastón Zapata un ciudadano de Zárate de 38 años al que Lucas Pertossi, según su testimonio, golpeó hasta fracturarle la pierna y al que luego amenazó de muerte. “Te voy a matar, te voy a robar la moto”, le dijo un mes antes del episodio en Villa Gesell.
2. ¿Cuántos videos hay de la pelea y quién de los imputados grabó la agresión?
A lo largo del debate oral se proyectaron diez videos de la madrugada del crimen. De la pelea, puntualmente, hay tres que son clave. El primero es el que Lucas Pertossi filmó con su celular. El imputado, al que por su afición a filmar sus amigos habían bautizado “croniquita” o “intento de influencer”, registró cómo lo sacaban a él y a sus amigos de Le Brique por la cocina. También grabó el inicio del ataque, desde que Fernando Báez Sosa está de pie hasta que cae de rodillas tras ser atacado por delante y por detrás. Luego dejó de filmar y se sumó a la pelea.
El segundo video, que provocó la declaración de Luciano Pertossi, fue grabado desde la vereda de enfrente del boliche por un tercero. Es en el momento de la golpiza, pero filmado desde otro ángulo. Se ve lo que sucede al costado de un auto gris, que estaba estacionado sobre la Avenida 3. Allí, se ve cómo algunos de los acusados golpean a Tomás D’Alessandro, amigo de la víctima. La secuencia también da cuenta de que, detrás del coche, Fernando es atacado en el piso. A partir de este video, cuatro peritos —miembros de la PFA especializados en análisis facial forense— identificaron a los agresores por vestimenta y rostro, y confeccionaron un croquis del momento del ataque. Durante la golpiza, los ocho rodearon a Fernando.
El tercer video, una grabación difundida por Infobae, registra el final del ataque desde la misma vereda, es decir, a pocos metros del lugar donde se produjo. Acto seguido se ve a Máximo Thomsen, Ciro Pertossi y Ayrton Viollaz retirándose del lugar. Ninguno de los tres corre: se van caminando.
Más adelante, cámaras del hotel Inti Huassi registraron a Máximo Thomsen corriendo. No así al resto de los acusados.
3. ¿Quiénes fueron los cinco imputados que pidieron declarar y qué dijeron?
Luciano Pertossi, Máximo Thomsen, Ciro y Lucas Pertossi y Blas Cinalli pidieron declarar. Tres de ellos —Máximo Thomsen, Lucas Pertossi y Blas Cinalli— negaron la existencia de un plan para matar a Báez Sosa y aseguraron que cuando llegaron al lugar el grupo estaba disperso y la pelea ya estaba iniciada.
“Dicen que yo organicé, que soy líder. Pero yo me metí a pelear porque vi que era una persona contra muchos. Me pegaron una piña en la cara y reaccioné tirando patadas. No sé a quién ni cómo. Estoy seguro de que pegué dos patadas, pero jamás en la vida con intención de matar”, dijo Thomsen.
Tras escuchar su versión, el abogado Fernando Burlando aseguró: “Thomsen puede decir que es inocente, pero tiene que probarlo también. Lo que él dice no condice con lo que se ve en los videos. La carga probatoria lo sindica a él como líder de una organización con la que emboscaron, planearon y acordaron matar a Fernando Báez Sosa”.
Lucas Pertossi, en tanto, sostuvo: “Quiero aclarar que yo en ningún momento le pegué a Fernando Báez Sosa, en ningún momento participé de un plan de un asesinato, yo fui de vacaciones”. En sintonía, Blas Cinalli agregó: “No hubo un plan ni nada de lo que se dice, ningun rol”.
Los hermanos Luciano y Ciro Pertossi, en cambio, fueron más breves y, a diferencia de los otros tres, únicamente solicitaron la palabra para desmarcarse en los videos. “Yo no estuve ahí”, dijo Luciano cuando los peritos de la Federal lo apuntaron como uno de los agresores directos de Báez Sosa. A Ciro también lo habían identificado. “Este chico soy yo y esa patada no la hago. Cuando me doy cuenta de que el chico estaba en el piso la frenamos”, se desligó.
Ayrton Viollaz, Enzo Comelli y Matías Benicelli no declararon. Al primero, los testigos lo identificaron como arengador de la pelea. A Comelli, en tanto, lo identificó Juan Bautista Besuzzo, amigo de la víctima. Dijo que atacó a Fernando por la espalda y que “lo sentó con un golpe”. A Benicelli los testigos lo acusaron de golpear dentro y fuera del boliche, de pegarle a Fernando, de arengar el ataque y de impedir que los amigos de la víctima se acercaran a ayudarlo. Además, las pruebas lo incriminan: había sangre de Fernando en su ropa.
4. ¿En las prendas de qué acusados había manchas de sangre de Fernando Báez Sosa?
La sangre de la víctima fue encontrada en una camisa floreada, dos pantalones jean, un pantalón gris de gabardina y tres zapatillas. Las prendas corresponden, según indicó el abogado Fernando Burlando, a Matías Benicelli, Ciro y Luciano Pertossi y Máximo Thomsen.
“La zapatilla cyclone derecha tenía dos manchas de sangre de Fernando y la izquierda, una”, dijo el abogado en referencia al calzado de Máximo Thomsen. Además, la pericia scopométrica determinó que fue la que le dejó una marca en la cara de la víctima. “No había posibilidad de error de que fuera otra zapatilla”, detalló la comisario Haydeé Almirón, cabeza de la División Laboratorio Científico y Pericias Mar del Plata de la PFA, que firmó el informe.
Asimismo, un perito confirmó que en el dedo meñique izquierdo de Fernando Báez Sosa había ADN de Blas Cinalli. En su declaración, Cinalli hizo referencia a la prueba que lo incrimina. “Por las pericias que pude ver... Se dijo que Fernando Báez Sosa tenía ADN mío en el meñique. En ningún momento lo toqué. No sabía quién era. Supongo que la persona con la que tuve el encuentro adentro del boliche (con la que se peleó) era él”, dijo.
Sin embargo, al ser interrogado por el Ministerio Público Fiscal, Cinalli hizo agua. No solo se identificó en el video del ataque que filmó Lucas Pertossi, sino que advirtió verse “medianamente cerca” de la víctima.
5. ¿Cómo justificaron los imputados frases como “chicos, no se cuenta nada de esto a nadie” y el “caducó”?
En su escueta declaración Ciro Pertossi se refirió al audio que, tras el ataque, les envió a sus amigos a través del grupo de WhatsApp “Los Boca3″, en el que se lo escucha decir: “Chicos no se cuenta nada de esto a nadie”.
Para ese momento eran las 6.06 de la mañana y algunos, entre ellos Máximo Thomsen y Lucas Pertossi, estaban en McDonld’s. Para la fiscal Zamboni, esa frase de Pertossi marcó el comienzo del pacto de silencio. Para el acusado, en cambio, se trató de un pedido (cuasi infantil) hacia sus amigos. “No quería que mis padres se enteraran de que nos habíamos peleado”, señaló ante los jueces.
Acerca del “Caducó”, Lucas Pertossi sostuvo que tras el ataque habló con una persona que no conocía y señaló que fue él quien le dijo que un chico agredido “caducó”. Inmediatamente, lo que escuchó de aquel desconocido, luego lo replicó en un audio que mandó a sus amigos.
“Estaba desorientado, perdí a mis amigos y empecé a mandar mensajes y a llamar a un amigo. Llamé y me dijo que estaba en el mercado. Fui y me acerqué. Ahí un pibe me dijo que hubo una pelea afuera de Le Brique, que habían llamado a una ambulancia, y que el pibe había caducado”, dijo Pertossi.
Sus dichos se contraponen a la hipótesis de la fiscalía, que siempre sostuvo que volvió a la esquina para saber qué había pasado con la víctima tras la pelea y “pasar la información al resto de los agresores”.
6. Los sobreseídos: ¿qué declaró Juan Pedro Guarino y por qué Alejo Milanesi no habló?
Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi los dos jóvenes que eran parte del grupo y fueron sobreseídos por falta de pruebas en su contra, fueron citados tanto por la defensa como por el particular damnificado para la jornada once.
Guarino declaró durante dos horas. Dijo que no era la primera vez que los imputados se peleaban y aseguró que al ver el ataque sintió “vergüenza y dolor”. “Vi a Máximo (Thomsen) al lado de un chico tirado. Me imaginé que se estaban peleando de vuelta, y ya cansado, me fui. Porque habíamos ido de vacaciones a pasarla bien. Ellos ya se habían peleado en otras ocasiones”, indicó.
También sostuvo, tras ser consultado por el abogado Defensor Hugo Tomei, que aquella noche ninguno de los acusados manifestó el deseo de matar a una persona. “Por lo menos adelante mío, no”, dijo.
Milanesi, en cambio, no llegó a hablar: fue desistido por las dos partes. Para el particular damnificado, aquello sobre lo que iba a preguntarle quedó probado con la declaración de Juan Pedro Guarino y T.I.C., el “rugbier número 11″ que nunca fue imputado.
La defensa, en tanto, planteó que la declaración de Guarino fue contundente y que no iba a agregar ninguna otra información.
7. ¿Por qué Julieta Rossi, la novia de Fernando Báez Sosa al momento del crimen, no fue a declarar?
Fue la primera ausente de la lista de testigos. Su declaración estaba agendada para la segunda jornada del juicio, el día martes 3 de enero, pero los abogados del Particular Damnificado y los Fiscales afirmaron que no se encontraba en condiciones de hablar ante los jueces, ya que transita un “síndrome de estrés postraumático”.
En su lugar, declaró su padre, Oscar Rossi. Según manifestó ante el TOC N°1, Julieta estuvo mucho tiempo “recluida” después del homicidio y, actualmente, está bajo “tratamiento psicológico”. “No se encuentra preparada emocionalmente para enfrentar el juicio, ni para afrontar lo que vivió el día del hecho”, apuntó Rossi acerca de su hija que, hoy en día, se dedica a dar clases de baile.
8. ¿Qué declaró la mamá de Thomsen?
Cinco familiares de los ocho imputados se presentaron ante el Tribunal como “testigos de concepto” citados por la Defensa. Todos hicieron referencia al acoso mediático, también hablaron de amenazas, problemas laborales y de salud.
María Paula Cinalli y Rosalía Zárate, madres de Blas Cinalli y de Máximo Thomsen, fueron las que rompieron el hielo. La primera lo definió como “una desgracia”. La segunda habló de “una pesadilla”, contó que tuvo que renunciar al trabajo, que se quedó sin obra social y que, desde hace dos años, tiene cáncer. Tras escuchar a su madre, Thomsen lloró primero y pidió declarar después. Silvino y Graciela Báez Sosa no estuvieron presentes en la sala para escucharlos: se retiraron antes.
Al día siguiente, en la jornada doce del debate, se sumaron los testimonios de Héctor Benicelli, padre de Matías Benicelli; María Alejandra Guillén, madre de Enzo Comelli y Mauro Pertossi, padre de Ciro y Luciano Pertossi, quien aseguró que tras el hecho lo desvincularon de la automotriz donde trabajó durante 25 años. “Ahora no consigo trabajo, el sostén de la familia es mi esposa”, dijo.
Antes de finalizar su testimonio, el hombre defendió a sus hijos: “No son asesinos. Son chicos, son adolescentes, son vagos, como decimos en el barrio”.
9. ¿Por qué los imputados se cambiaron la ropa y se fueron a comer a McDonald’s?
Tres de los cinco imputados refirieron al cambio de vestimenta en sus declaraciones y, dos de ellos, a sus ganas de ir a comer al local de comidas rápidas desde que los expulsaron del boliche, es decir, antes de la pelea. Tal fue el caso de Máximo Thomsen y Lucas Pertossi.
Dijo Thomsen: “Llegué a casa y me puse ropa cómoda porque tenía la camisa rota (...) Alguien me dijo de ir a comer a McDonald’s y, como mi idea principal era esa, creo que fui con Lucas, y después volví a dormir”. Lucas Pertossi aseguró que se cambió el pantalón y la remera por una chomba una malla “porque la ropa tenía olor a alcohol y era ropa de salir”.
Blas Cinali, en tanto, aseguró que sólo se cambió la camisa “porque era nueva y no la quería manchar”. Sostuvo que se puso “una remera o una chomba” y que no fue a comer a McDonald’s porque estaba con un amigo y no tenían plata. “Fuimos a otro lado”, contó.
Con sus testimonios, los acusados otra vez apuntaron contra la hipótesis de la fiscal Zamboni quien describió el cambio de vestimenta “como una coartada por parte algunos de los imputados con el afán de esconder su participación en el hecho suscitado”.
10. ¿Puede haber condena a prisión perpetua para los ocho acusados
La calificación original, llevada adelante por la fiscalía y con la que llegó el caso a juicio oral, es la de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o mas personas y alevosía”. Es decir, según este planteo, los rugbiers tenían la intención de matar a Fernando, idearon un plan para ello y lo ejecutaron con la víctima indefensa.
Fernando Burlando ya anticipó que va a pedir prisión perpetua para todos. “El pedido de perpetua no es un capricho infundado o un acto de venganza. Nosotros exigimos justicia por el asesinato de Fernando para proteger a la sociedad de estos ocho violentos”, dijo.
La defensa podría negar la premeditación y, ante la imposibilidad de determinar quien dio el golpe mortal, solicitar la calificación de “homicidio en riña”, cuya pena dista enormemente de la calificación actual y tiene un máximo de seis años de prisión.