“Sentí vergüenza y dolor”: declaró Guarino, uno de los rugbiers sobreseídos, en el juicio por Báez Sosa
Comenzó la última semana de audiencias por la muerte de Fernando, con los testigos de la defensa. “Imaginé que iban a pelearse de vuelta y no lo podía creer”, apuntó Guarino, el primero en declarar.
Juan Pedro Guarino, uno de los jóvenes sobreseídos por el crimen de Fernando Báez Sosa, declaró este lunes en el tribunal de Dolores. Luego lo hará Alejo Milanesi (23), el otro rugbier sobreseído, y Tomás Colazzo (20), quien fue reconocido como “el sospechoso número 11″.
También fueron citados tres amigos con los que chateó Blas Cinalli tras el ataque, la madre de dicho imputado, María Paula Cinalli y, por último, Rosalía Zárate, madre de Máximo Thomsen.
Durante su declaración, Guarino relató qué pasó la noche del 18 de enero.
“Nos levantamos tarde porque el día anterior habíamos intentado salir. Había mucha gente en Le Brique y no pudimos ir. Fuimos a la playa, de ahí volvimos a la casa y nos cambiamos, nos preparamos. Una compañera de colegio me dijo que hacían una previa. Invité a los chicos de la casa, fuimos. Ya habíamos comprado la entrada para Le Brique”, apuntó, según recopiló Clarín.
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“Fuimos después de la previa, estaba igual que la noche anterior, muy lleno de gente. Me acuerdo que esperé a poder entrar, me fui a Mc Donalds, a otro lado, hasta que por alguna de las puertas entramos. Después fue normal la noche, hasta que yo estaba parado en la escalera que estaba abajo y veo que cerca mío, en la barra, están discutiendo Maximo Thomsesn y Matias Benicelli, con uno o dos chicos”, continuó.
“Después me entero que era porque habían tirado un vaso, no sé. Después de eso hay avalancha de gente, yo me caigo a la pista, se hace una ronda gigante, y veo como están sacando a Maximo Thompsen y a todos del boliche. Ahí es cuando yo pensé no me voy a quedar solo adentro. Nadie me saca y me voy”, sumó.
Luego, Guarino explicó que salió más tarde que el resto del grupo que fue retirado por la seguridad del local bailable. Según su declaración, él salió por su cuenta.
En ese momento, relató que vio que Luciano Pertossi se “estaba peleando con otro chico”. “No sé quién era. Llego cuando Luciano ya no se estaba peleando más, él cruza y voy a ver cómo estaba. Hay una parrilla enfrente, medio en diagonal. Lo siento, le pregunto cómo estaba, en eso viene Ciro Pertossi. Luego de eso escucho gritos”, continuó.
Fue en ese momento en el que, supuestamente, Guarino se acercó a donde estaban Fernando y los acusados. Según afirmó, vio a “Máximo Thomsen al lado de un chico tirado” y supuso que “se estaban peleando de vuelta”.
”Vi a Máximo al lado de un chico tirado. Me imaginé que se estaban peleando de vuelta, y ya cansado, me fui. Porque habíamos ido de vacaciones a pasarla bien. Ellos ya se habían peleado en otras ocasiones”, señaló Guarino.
Luego, el abogado de la familia de la víctima, Fernando Burlando, le preguntó si vio alguno de los golpes que recibió Fernando. Guarino contestó que no, que no vio golpes de ninguno de los acusados. “¿Se movía la persona que estaba en el piso, Juan?”, preguntó el letrado. “Por lo que llegue a ver, no”, cerró Guarino.
“SENTÍ VERGÜENZA Y DOLOR”
En este punto, Guarino aseguró que sintió “mucha vergüenza” y que le da “mucho dolor” la situación que presenció en la que estaban involucrados sus amigos.
“Sigo teniendo tristeza, enojo, dolor, no poder creerlo”, añadió el joven.
A partir de más preguntas de Burlando, el testigo dijo que se enteró de que habían matado a Fernando “a la tarde”, cuando ya estaban “con los precintos” porque “lo dijo un policía”.
Consultado sobre su relación con los detenidos, indicó que “no con todos tenía una amistad íntima”, pero si reconoció que era “amigo cercano” de Luciano y Ciro Pertossi, que Blas Cinalli fue compañero de colegio y que a Máximo Thomsen lo conocía de jugar juntos al rugby.
Para Burlando, la declaración de un testigo muestra el “modus operandi” de los rugbiers
“No sé si enemistado, pero intenté cortar todo tipo de relación. Los días los tenía que pasar igual con ellos. Pude cortar cuando salí”, sostuvo.
En tanto, agregó que estaba “muy enojado”, y que cuando regresaron a la casa que alquilaban se encerró en su habitación.
GUARINO PIDIÓ “JUSTICIA POR FERNANDO”
Antes de ingresar a los tribunales, Guarino habló con la prensa y pidió “justicia por Fernando”. Aseguró que fue para “a ayudar a la justicia” con su declaración como testigo en el inicio de la tercera semana del juicio.
“Vengo a ayudar a la Justicia. Justicia por Fernando”, afirmó Guarino cuando arribó junto a su padre pasadas las 8.30 al palacio de Justicia de Dolores donde se aguarda su declaración como testigo ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1.
Tanto Guarino como Milanesi veraneaban en Villa Gesell junto a los ahora ocho imputados. En un primer momento también fueron detenidos y, con el avance de la causa, quedaron sobreseídos por falta de pruebas en su contra.
Por su parte, el fiscal Juan Manuel Dávila, aseguró en su ingreso a tribunales que la declaración de ambos jóvenes “es bajo juramento de ley, tienen la obligación de decir la verdad”.
“Son testigos que nunca han declarado, no sabemos lo que pueden llegar a decir. No son testigos fundamentales, ni Guarino, Milanesi o (Tomás) Colazzo “otro testigo- no fueron ofrecidos por la fiscalía por cuestiones de estrategia”, agregó Dávila.
Fuentes cercanas a la acusación dijeron, en diálogo con Télam, que Guarino y Milanesi enfrentarán una declaración “muy delicada”, ya que al ser citados como testigos tienen la obligación de decir verdad y con sus dichos podrían incriminar a sus amigos o bien autoincriminarse, lo que obligaría al tribunal a suspender sus testimonios ya que nadie está obligado a declarar contra sí mismo.
“Tendrán que moverse en un margen muy fino, entre decir la verdad y no perjudicar a sus amigos y no caer en un falso testimonio”, especuló un vocero con acceso a la causa.
EL RUGBIER 11 Y OTROS TRES AMIGOS
Otro testigo clave de la jornada será Tomás Ítalo Colazzo, amigo de los imputados y quien fue señalado como “sospechoso número 11″ por el abogado Fernando Burlando, quien representa a los padres de Báez Sosa como particulares damnificados.
“En el caso de Colazzo, también es una situación compleja, por las mismas razones que los dos jóvenes que fueron sobreseídos, a las que se suma que él nunca fue parte de la causa, nunca brindó declaración ni fue interrogado o intervino en el marco de una actuación judicial que puede ser exigente emocionalmente”, explicó el vocero judicial.
La lista de testigos incluye a Santino Franco Massagli, José Aníbal Leguiza y Juan Ignacio Neme Correa, tres amigos de Blas Cinalli, uno de los ocho imputados, con quienes intercambió mensajes escritos y de audio por la aplicación WhtasApp tras el hecho, entre ellos.
DECLARAN LAS MAMÁS DE THOMSEN Y CINALLI
Por último, declararán bajo juramento de decir la verdad ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 las madres de Máximo Thomsen y de Blas Cinalli.
Rosalía Zárate, madre de Thomsen, quien era funcionaria de la Municipalidad de Zárate y que renunció tras la imputación de su hijo, será el primer familiar de un imputado en declarar como testigo.
En tanto, María Paula Cinalli, madre de Blas Cinalli y tía de Luciano y Ciro Pertossi, será la otra madre en sentarse frente a los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari.
Fuentes de la fiscalía informaron que los padres y madres de los acusados que brindarán testimonio entre este lunes y martes son ‘testigos de concepto’, y que será la defensa -que los convocó a declarar- la que se encargará de demostrar en el juicio cual puede ser el valor de sus eventuales aportes respecto del hecho analizado en el fallo.
Según el artículo 234 del Código Penal Procesal bonaerense, los padres y madres no pueden declarar contra sus propios hijos, por lo que se cree que la parte acusatoria no les va formular preguntas durante el interrogatorio.