En medio de la euforia general por la llegada al país de los jugadores de la Selección Argentina tras la obtención del Mundial de Qatar, un programa de la TV Pública quedó en el ojo de la tormenta.
Desde el programa “Desiguales” criticaron a los futbolistas por preferir que los festejos sean a bordo de un micro descapotable que recorra distintos tramos de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, en vez de ir a la Casa de Gobierno, con el objetivo de no politizar la celebración.
“Hablan de no ser parte de la grieta, pero eso es ser parte de la grieta. Es ir a la Casa Rosada”, planteó la periodista Florencia Barragán. Mientras que la conductora Luli Trujillo acotó: “Escuché a muchas personas que no tienen que ver con el Frente de Todos decir públicamente que no les parece mal que vayan”.
A lo que el periodista Nicolás Fiorentino lanzó un polémico análisis: “Son jugadores a los que nosotros les pedimos que compitan en la más alta élite del fútbol y terminan siendo unos desclasados. Lo digo por más que sea incómodo, ya que en este momento son todos ídolos nacionales, pero son personas que pierden el sentido de pertenencia, no en una cuestión espiritual, sino en una cuestión de la despolitización”.
Desde el momento en que Gonzalo Montiel marcó el penal decisivo ante Francia, los jugadores de la Selección Argentina expresaron su deseo de volver al país y estar en contacto con la gente. En ese marco comenzó a debatirse la logística, el posible viaje que se realizará desde el Predio de Ezeiza, donde pasaron la noche tras regresar en la madrugada del martes, y la posibilidad de que vayan al balcón de la Casa Rosada, como ocurrió con el plantel campeón de 1986 y el subcampeón de 1990.