Haciendo gala de un pensamiento económico completamente desactualizado y desacoplado a los tiempos actuales, previamente a su despedida de la escena política argentina, el kirchnerismo se va a dar el lujo de aplicar nuevamente su versión mas chavista y exponernos a un desabastecimiento general, esta vez no será de gasoil, sino los 1400 productos básicos de consumo masivo cuyo precio pretende congelar por cuatro meses.
La inaccesible canasta básica cuyo precio es de $139.700, la cual sube y sube, pretende ser frenada con la peor medida que se podría aplicar en estas circunstancias.
Al tenernos acostumbrados a estos tipos de programas que no parecen ser otra cosa que la extensión ad eternum del antiquísimo y ultra fracasado “precios cuidados” muchos distraídos podrían no advertir que el programa y la idea es siempre la misma, pero la peligrosidad en esta oportunidad viene multiplicada varias veces porque el contexto en el que se pretende aplicar cambió pronunciadamente, ya que la inflación actual es de 7% mensual, lo que en cuatro meses acumularía 28% de inflación, muy por encima de la inflación cuatrimestral de los años 2014 y 2015.
A lo que tenemos que sumar que una pequeña falla logística, tan habitual en esta economía con escasez crónica de dólares, podría acelerar el ritmo de inflación intermensual, llevándola por ejemplo al 40% en cuatro meses.
Lo antedicho nos lleva inevitablemente a reflexionar sobre una posibilidad inminente: si no se puede aumentar el precio de un producto acompañando la inflación general, y el mismo congelamiento mes a mes lo va a dejar relativamente mas barato provocando aumento de la demanda, habrá mucha presión compradora, pero a la par, si el precio está congelado pero el costo de los insumos, los salarios y la materia prima continúa aumentando al ritmo de la inflación general, podríamos ver empresas vendiendo a pérdida por caída total de margen de ganancia, o incluso un cese de la producción de esos bienes, lo que implica su consecuente desabastecimiento….el peligro al que nos estamos exponiendo por hacerla feliz un verano a Cristina es el de aproximarnos al colapso económico general.
Como de costumbre, el primer mes va a generar una sensación de que todo está encarrilado, después de todo la distorsión de precios generada por el programa será pequeña, y pasados los meses la situación se agravará al punto de generar problemas muy serios. Además de que obviamente terminado el programa los precios reprimidos saltarán exponencialmente.
Los argentinos somos en alguna medida víctimas de la ignorancia en materia económica de una franja muy amplia del electorado, que vota funcionarios que abordan la disciplina de la economía desde el mas pueril y retrógrado pensamiento mágico, los discípulos de Peron han demostrado durante décadas que son impermeables a la lógica en los asuntos que hacen a las cuestiones de interés general, tercos hasta el último día en el que se les agote su ejercicio del poder real, en última instancia, son y serán incorregibles.
Por Ernesto Nicolás Mazzucco