Cada hora que vivimos el año pasado, terminó con cinco mujeres y menores asesinadas. Sesenta minutos le tomó al mundo asesinar cinco mujeres sin pausa durante el año pasado. El mundo no sabe qué hacer con los femicidios y la locura de la pandemia y la cuarentena extendida ahora sí demuestra que empeoró el contexto en Argentina y el mundo. Argentina decidió en 2019 darle entidad ministerial pero los resultados no son los esperados: en 2014 las mujeres muertas en argentina fueron 225 con secretarías sin ministerio trabajando para combatir el desastre, pero siete años después el número creció y de noviembre a noviembre superan los 300 asesinatos.
La Ley Micaela existe con otro nombre en otros lugares del mundo. Por ejemplo en julio de 2021 el Consejo de Ministros español aprobó los cursos de género porque la realidad española es sensiblemente mejor que la nacional pero se combate sin pausa: 81 mujeres fueron asesinadas, es decir, la cuarta parte que en Argentina, donde una mujer cada 29 horas muere por violencia de género.
En muchas entidades se aplica la Ley Micaela pero sin explicar, lo que genera intolerancia en los empleados que deben asistir al curso. En el Banco Central que conduce Miguel Pesce, empleados que conversaron con MDZ cumplen con dejar prendida la cámara sin tener la menor idea de qué trata el curso, esperando que llegue el fin y poder certificar para seguir con sus tareas. Lo mismo ocurre en la AFIP y la Anses.
MDZ pidió en reiteradas ocasiones a Elizabeth Gomez Alcorta y a Ayelén Mazzina, ministras de la mujer anterior y actual respectivamente, pero ninguna de las dos respondieron. La vocera de Mazzina pidió por adelantado las preguntas a este medio, lo que se rechazó y queda a la espera de una entrevista que ya fue requerida para analizar la problemática.
En términos globales, el mundo no le encuentra solución pero combate el tema: de todas las mujeres y las niñas asesinadas en 2021, alrededor del 56% fueron asesinadas por parejas íntimas u otros miembros de la familia (45.000 de 81.000), lo que demuestra que el hogar no es un seguro para ellas. La problemática global es la misma que en Argentina: no se sabe cuántas mujeres realmente son, y se destinan mayores presupuestos pero no se obtienen grandes resultados, así lo explicó también el informe que realiza cada año la ONU y su correspondiente área de género.
"Las cifras de este año también revelan que, en la última década, el número total de mujeres y las niñas asesinadas intencionalmente se ha mantenido en gran medida sin cambios, lo que subraya la urgencia de prevenir y responder a este flagelo con medidas más firmes. Aunque estos números son alarmantes, la verdadera escala del femicidio puede ser mucho mayor. Dadas las incoherencias en las definiciones y criterios entre los países, aún no se contabilizan demasiadas víctimas de femicidio. No se cuenta con suficiente información sobre alrededor de cuatro de cada diez mujeres y niñas asesinadas intencionalmente en 2021 para identificar los casos como femicidios, en especial, sobre los homicidios que ocurren en la esfera pública". Más presupuesto, mismos o escasas mejoras en los resultados.
América Latina como región también tiene cifras que aterran: 11 países de América Latina registraron una tasa igual o superior a una víctima de femicidio por cada 100.000 mujeres: Argentina, Bolivia, Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Uruguay. De estos países, las mayores tasas de femicidio se registraron en Honduras con 4,6 casos por cada 100.000 mujeres, República Dominicana con 2,7 casos por cada 100.000 mujeres y El Salvador 2,4 con casos por cada 100.000 mujeres.