No es novedad decir que los argentinos somos “sanguíneos”, que alentamos como nadie, que tenemos “la mejor hinchada del mundo” y cuando amamos, lo hacemos con todo el corazón.
El fanatismo se ve en las calles, se respira en el aire. Y con la llegada del mundial, se magnifica todo: las camisetas argentinas se ven en todos lados… pronto las banderas celestes y blancas colgarán de las ventanas de las casas, los autos exhibirán banderines argentinos y muchos se pintarán la cara con nuestros colores.
Pero cualquier fanatismo hasta ahora conocido, quedará chico al conocer la historia de “la casa más argentina del mundo”. ¿Dónde está? No está en Buenos Aires, ni en el conurbano, ni en ninguna provincia Argentina. Ni siquiera está en nuestro continente.
Está en Calcuta. Sí, leíste bien: está en la India, más exactamente en Ichapur, en las afueras de Calcuta. Allí viven Neha, Shib, Shabna y su familia, quienes son hinchas fanáticos de Argentina, y sobre todo de Lionel Messi, por lo que decidieron homenajear a su ídolo de una manera muy especial (y extrema). Toda su casa está pintada de celeste y blanco, y no sólo el exterior, sino también por dentro. Desde las puertas hasta el ventilador del techo. Además, cuelgan de sus paredes innumerables cuadros y fotos de Messi, Maradona y otros tantos.
Además, en la casa de Neha todos los 24 de junio le festejan el cumpleaños a Lionel Messi, allí se reúnen cientos de personas y celebran, con torta y todo.
Estos hinchas argentinos del mundo son el mejor ejemplo de la frase que usamos en nuestra canción futbolera “Argentina es un sentimiento, no puedo parar”.
En estos días se ven muchísimas cuentas de fútbol que repiten todas el mismo contenido, que sólo buscan tener más clicks o seguidores, que se desviven por el tilde azul. Pero si hay alguien que se merece la difusión de cara a Qatar, son ellos.
Si querés contactar a Neha y Shib, grandes hinchas argentinos del mundo, este es el perfil de twitter de ella: @patraneha73
Porque lo realmente importante, lo que queda, son las historias. El resto es humo.
