Ladrón con vértigo: “Gritaba para que lo ayuden a bajar”, dijo uno de los jefes de Bomberos

Walter Cuñé, del Cuartel Central, indicó que el operativo fue inusual. “Pedía fiscal y un mediador”, añadió el oficial principal.
Ladrón con vértigo: “Gritaba para que lo ayuden a bajar”, dijo uno de los jefes de Bomberos

Un amplio despliegue de las distintas fuerzas de seguridad se registró durante el atardecer del miércoles en pleno centro de la ciudad de Bahía Blanca luego de que un ladrón, identificado como Brayan Rozo (25) que había robado teléfonos celulares en la Plaza Rivadavia solicitara ayuda para bajar del techo del edificio de Aduana en el cual había quedado mientras trataba de fugarse.

 El oficial principal Walter Cuñé, quien además es el segundo jefe de los Bomberos del Cuartel Central, conversó con LA BRÚJULA 24 y aportó pormenores del operativo: “Es algo que sale de lo común respecto de lo que suele ocurrir en la ciudad. Nos pidió apoyo la Policía para que no haya riesgo en la integridad física de la persona en cuestión que estaba a unos 25 o 30 metros del piso”.

“El hombre estaba a resguardo de los efectivos que estaban cerca, por eso no hubo mayores inconvenientes ni fue necesario tomar otros recaudos. Se lo pudo bajar a la barquilla del hidroelevador para luego hacer el descenso. Depuso su actitud cuando vio el despliegue y se sintió más seguro para descender”, destacó, en otro tramo de la charla con el periodista Germán Sasso.

Inmediatamente añadió que “supuestamente había robado dos teléfonos celulares. Mientras bajaba se mantuvo en silencio, solo gritó antes de que llegara la ayuda nuestra que no se animaba a bajar y que quería la presencia de un fiscal y un mediador. Acudió la guardia, un total de cuatro personas. El hidroelevador que utilizamos es único para toda la ciudad y no hizo falta usar ningún arnés o sujetarlo con cuerdas si hubiese estado hostil. La persona estaba en la azotea, la parte superior del edificio”.

 “Se ha participado en otras oportunidades, bajar animales es algo más común para la hidrogrúa. Cuando nos llaman por un gato en altura, se le da tiempo a que el animal baje por sí mismo, porque movilizar tanto despliegue no suele tener sentido porque cuando le agarra hambre termina descendiendo, tentándolo desde abajo con alimento”, concluyó Cuñé.

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