La Duma del Estado o Cámara Baja de Rusia aprobó este jueves por unanimidad en primera lectura un proyecto de ley que prohíbe la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales”, conocida como ley anti-LGBT.
“En cuanto a la segunda lectura, es posible que haya enmiendas que endurezcan las normas propuestas, las vamos a estudiar”, adelantó Viacheslav Volodin, presidente de la Duma.
Según Volodin, encuestas del diario sensacionalista Komsomólskaya Pravda, “hablan de la necesidad de procesar por la vía penal a las personas que hacen propaganda de relaciones no tradicionales”
“Tenemos trabajo antes de la segunda lectura”, dijo Volodin, citado por la agencia Interfax. “Debemos hacer todo lo posible para proteger a nuestros hijos y a aquellos que quieren vivir una vida normal”, agregó.
La Duma anunció la semana pasada sus planes de debatir la prohibición total de “la propaganda homosexual” al enmendar una ley que la prohibía sólo entre los menores de edad.
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Las enmiendas proponen en concreto prohibir “la propaganda de las relaciones no tradicionales”, la información que estimule a los adolescentes a cambio de sexo y la pedofilia.
Dicha “propaganda” queda terminantemente prohibida tanto en los medios de comunicación, como en internet, los libros, el cine, la publicidad y los servicios audiovisuales.
La iniciativa legal cuenta con el apoyo de los cinco partidos políticos representados en la cámara baja del Parlamento.
Las enmiendas pretenden introducir un mecanismo que restringe el acceso de los niños a la información homosexual en servicios de pago.
Las multas por propaganda homosexual pueden ascender a hasta 5 millones de rublos (más de 80.000 dólares).
La prohibición ha sido respaldada por el regulador de los medios de comunicación, Roskomnadzor, quien ya ha eliminado o bloqueado más de 7.200 sitios web, ya que le otorga nuevos instrumentos para perseguir a los que se benefician de lo que las autoridades califican de “propaganda” LGBT.
A la vez, los diputados han negado que dicha prohibición pueda afectar a la publicación de clásicos de la literatura como Lolita, de Vladímir Nabókov, después de que varias editoriales mostraran su preocupación al respecto.