Era vendedor ambulante y se convirtió en el doble de Messi: el "mellizo" santafesino que viajará a Qatar
Juan Tomás Martín estuvo en Rusia 2018 y promete revolucionar este Mundial. ¿Cómo es prestarle el cuerpo al ídolo?
La primera vez que le preguntaron si era pariente de Lionel Messi no sabía quién era Messi.
Cuando en 2005 Juan Tomás Martín, alias "Juanto", caminaba por Rosario no faltaba una mano en el hombro que lo detenía al grito de "¿sos el primo?".
Vendedor callejero de perfumes de imitación, un día se miró al espejo y dejó de verse. Tal vez fue la curva de su nariz o el contorno de su boca, o el afán por parecerse. Desde entonces empezó a convivir con "el otro", con el entonces potencial mejor jugador del mundo, un coterráneo al que Hernán Casciari llama "un hombre perro" que siempre quiere llevarse "la esponja a la cucha".
Juan no se resitió y jugó a ser Lionel, una, dos, cinco veces. Del otro lado hubo aceptación, llegó entonces una oferta publicitaria para trabajar unos días en Río de Janeiro, otra para filmar en Barcelona y no existieron más dudas: el emprendimiento generaba un efecto hipnótico. Así se transformó en su imitador. "No me gusta que digan doble", aclara.
Desde hace una década sostiene su "clonación". Gracias a ella viajará a Qatar en lo que será su segundo Mundial, después de haber visitado Rusia en 2018. No tiene manager ni ataduras. Está dispuesto a trabajar a las órdenes del Paris Saint-Germain, de la AFA o de cualquier empresa que requiera de su ilusión óptica.
También santafesino, 42 años, "Juanto" se crió en Villa Constitución y a los 14 se mudó a Rosario. Comerciante con local propio de velas y sahumerios, no vive solamente de la parodia: es un obrero que puede poner el lomo para transportar cajas de mercadería, llamar a los proveedores, pelear precios, limpiar, vender y a la vez manejarse los contratos del oficio paralelo.
El lanzamiento del personaje ocurrió tímidamente en 2013. Mientras su imitado se estrenaba como capitán de Barcelona en un partido de Liga, él se enteró de un concurso colombiano de dobles de Lío y mandó un video. Ganó, rechazó el premio por la imposibilidad de hacer uso de él (una entrada para el partido Messi y sus Amigos en Medellín), pero terminó con las vacilaciones. Su vida como "mellizo perdido" era posible.
"Como estaba embalado, seguí buscando y encontré un casting de una empresa de telefonía celular. Me presenté, quedé y grabé un comercial en la Avenida Cabildo", detalla. Las estaciones siguientes fueron apariciones en Animales sueltos y en comerciales internacionales de gaseosa, snack y líneas aéreas. "Esto es un ingreso extra. Lo que entra lo pongo en mi negocio, no lo veo como una empresa paralela".
El hombre que encarna al mismísimo templo humano del fútbol, ignora ese mundo redondo y pasional, vive abstraído, como en una burbuja. Es simpatizante de River Plate, pero no llora el adiós de Marcelo Gallardo ni conoce la actualidad minuciosa de la Selección. Tal vez el secreto del arte de la falsificación funcione mejor cuanto menos se contamine.
Nació el 7 de marzo 1980, siete años (o 2.573 días) antes que su imitado. Tercer hijo de un administrador de empresas y una docente y psicóloga, la comedia no era una opción familiar, más bien era un universo lejanísimo y extraño al que no imaginaba asomarse.
Antes que las fragancias y los inciensos estuvo el fútbol. Peloteaba como diestro en el Club Cosmos de Villa Constitución, pero el fuego sagrado no se encendía. "Era 10, usaba la 10", avisa como emparejando su historia con la del "monstruo". "También era 8 y 5, armaba el juego, tenía buen dominio de pelota". }"Jugué hasta los 10 y después retomé a los 12 porque me buscaban de otros clubes. Los entrenadores me venían a buscar a mi casa y yo salía corriendo porque no quería. Jugaba en la vereda y cuando los veía llegar disparaba a la esquina. A mí me gustaba en realidad el atletismo".
A los 14 retomó en Renato Cesarini, pero el intento se hacía "cuesta arriba, eran dos colectivos para llegar a entrenar". El paso siguiente fue probarse en Rosario Central junto a 500 chicos. No quedó, pero algo volvería unirlo de manera periférica a la redonda.
-¿Se puede vivir plácidamente como imitador de Messi?
-Se puede si te dedicás de lleno. En un momento, por ejemplo, hacía presencias en boliches. Ahora ya no lo hago más, no quiero.
-¿Ser doble es una construcción más que una casualidad de la naturaleza?
-Sí, una construcción. Si no voy al gimnasio, por ejemplo, pierde mi personaje. Yo voy tres veces por semana, hago musculación.
-¿Estudiaste al personaje, sos un observador minucioso o improvisás?
-Lo estudié en su momento, en 2013/2014, y después no más.
-¿Cómo trabajaste el tema de la voz?
-Trabajé la forma de hablar, pero el timbre es naturalmente parecido al de Lio.
-Con total sinceridad... ¿Del 1 al 10, en cuánto te ves parecido?
-Depende del día, del look justo. Hay veces que estás bien descansado, y te ves mejor. Hubo temporadas en que me vi más parecido. En 2013, cuando empecé, no me veía. Después alcancé un parecido porque entrenaba más. Físicamente estaba mejor, más atlético. Hubo años en que me creció un poco la panza o que adelgacé de piernas. El tiempo te va cambiando. Hoy me veo un 8.
-¿Qué le vas a decir cuando lo tengas enfrente, o qué creés que te dirá?
-Lo más probable es que no me diga nada, a lo sumo me dará la mano. Yo no sabría que decirle, más que "gracias" porque por él conocí un montón de cosas, aprendí un montón de cosas mías, la actuación, la exposición. Ni me hubiera metido en un montón de ambientes sin él. Es el orgullo de la Argentina. No sé si alguien puede representarla mejor. Un ejemplo de progreso.
-¿La "misión Messi" más insólita para la que te pagaron?
-Puedo grabar audios para empresas, muchas veces para el boceto de un comercial de Messi necesitan una voz. O me contrataron de un stand turístico de Salta para que me quede ahí parado. Mañana, por ejemplo, tengo un evento de una fábrica de muebles en Puerto Madero. No tengo ni idea qué tengo que hacer.
-¿Ves esta salida laboral como posible a largo plazo?
-Muchas veces pensé que esto había terminado y otras quise tirar todo al carajo, pasaban dos meses y no me llamaban, pero de golpe, pum, aparecen un montón de trabajos. Creo que va a ser como con Maradona, nunca se va a morir la pasión.
Psicología y sahumerios
Vio a Messi en persona tres veces en su vida, siempre de lejos, sin mediar abrazo.
En la primera oportunidad fue como entrevistador de Animales sueltos, en el predio de la AFA. La segunda, en el mismo lugar, filmando un comercial de una empresa de combustibles. La tercera no resultó la vencida, pero tuvo yapa: cruzó al ídolo en banda, en Barcelona, en la previa de otro comercial, junto a la coalición Neymar, Andrés Iniesta, Luis Suarez y Gerard Piqué.
El oficio de la mentira consensuada lo llevó a estudiar actuación, primero bajo la modalidad improvisación. De a poco fue sintiendo que el cuerpo se le aflojaba y que había algo interno de su rigidez que se transformaba. Terminó haciendo stand up en el Paseo La Plaza y soñando con lo imposible: "Espero que si se hace una serie o una biopic, pueda protagonizarla".
Dueño de J.T, un local en Rioja 1150, de la galería rosarina César, se lanzó al rubro velas y sahumerios en 2006, con algunos productos de santería y decoración. Al principio compraba la mercadería en un mayorista y viajaba a San Nicolás a revender. En 2012, junto a su madre y su hermano decidieron alquilar un espacio y el comercio explotó -en parte- por el boca a boca santafesino de "si vas, te atiende Messi".
Nunca fue al psicólogo. Considera que no hay laberinto psicoanalítico que descifrar. La paradoja está en su pasado: estudió cinco años de la carrera de Psicología, se decepcionó y abandonó. "Yo no vivo la vida de Lionel, ojalá la viviera. Cuando me llaman me pongo en personaje como quien se pone en personaje del Hombre Araña. Termina y listo, me vuelvo a casa".
"Jugar" un Mundial: la aventura Qatar
Multitarget, peón de la publicidad, le puso cuerpo a avisos de todo tipo, desde mueblerías santiagueñas, a créditos a sola firma, TV digital y cafeterías. Hasta los diarios de Armenia hablaron de él y el director español Alex de la Iglesia lo convocó para el rodaje de su película, aunque su parte finalmente no salió.
A Rusia 2018? viajó contratado para un documental televisivo. Le escribieron por Facebook, acordaron un cachet y el periplo incluyó hasta un noviazgo con una chica de San Petersburgo.
Habitué de Bendita (Canal 9), "Juanto" ya conforma una cofradía de dobles, un gracioso sindicato de parecidos que lo lleva a compartir experiencias con los dobles de Charly García, Sandro, Andrés Calamaro y hasta Pablo Escobar. "Nos conocemos todos y nos ayudamos", cuenta.
Con la campaña "Tenés un aire", "Juanto" se volvió el protagonista de comerciales de una marca de electrodomésticos y cumplió un sueño: la invitación para llevar adelante acciones promocionales en la Copa del Mundo. El viaje por el continente asiático será de diez días, incluirá los encuentros de la Scaloneta ante Arabia Saudita y México y promete revolucionar a la ola políglota en las inmediaciones de los estadios.
Soltero, sin hijos, mientras espera por su Antonela, "El Messi devaluado", como lo llaman con humor, sabe que el gremio tiene cientos de aspirantes y varios competidores fuertes. Cree que en ese camino por emular a "La Pulga", toma la delantera de la semejanza Reza Parastesh, el Messi iraní que hoy está en el centro del debate, acusado de usurpar la identidad del futbolista para mantener relaciones sexuales con decenas de mujeres.
"En el último Mundial uno me dio 100 dólares para sacarme una foto. Yo no quería, pero insistió", se ríe mientras los precios de este lado del mundo suben por ascensor (o como en tren bala vertical) y los sueldos, por escalera. La empatía mundialista podría cambiar su economía.