El Rey Carlos III fue proclamado este sábado como máximo monarca británico y sucesor en el trono de su madre, la reina Isabel II, que falleció el jueves pasado a los 96 años, tras siete décadas en el trono del Reino Unido. Seguí minuto a minuto, toda la ceremonia.
Antes de su proclamación, el nuevo monarca emitió una declaración en la que lamentó la muerte de su madre y prometió servir al pueblo británico como ella lo hizo.
"Es mi más doloroso deber anunciaros el fallecimiento de mi querida madre, la Reina. Sé cuán profundamente usted, toda la nación, y creo que puedo decir todo el mundo, se solidariza conmigo por la pérdida irreparable que todos hemos sufrido. Es el mayor consuelo para mí saber de la simpatía expresada por tantos a mi hermana y hermanos y que tanto afecto y apoyo abrumador deben extenderse a toda nuestra familia en nuestra pérdida", comenzó la declaración de Carlos III.
Y continuó: "A todos nosotros como familia, a este reino ya la familia más amplia de naciones de la que forma parte, mi madre dio un ejemplo de amor permanente y de servicio desinteresado. El reinado de mi madre fue inigualable en su duración, su dedicación y su devoción. Incluso cuando nos afligimos, damos gracias por esta vida tan fiel".
"Soy profundamente consciente de esta gran herencia y de los deberes y pesadas responsabilidades de soberanía que ahora me han pasado. Al asumir estas responsabilidades, me esforzaré por seguir el ejemplo inspirador que se me ha dado al defender el gobierno constitucional y buscar la paz, la armonía y la prosperidad de los pueblos de estas Islas y de los reinos y territorios de la Commonwealth en todo el mundo", completa la declaración de Carlos III.
"En este propósito, sé que seré sostenido por el afecto y la lealtad de los pueblos cuyo Soberano he sido llamado a ser, y que en el desempeño de estos deberes me guiaré por el consejo de sus parlamentos electos. En todo esto, me siento profundamente alentado por el constante apoyo de mi amada esposa", agregó el nuevo monarca.
Y cerró: "Aprovecho esta oportunidad para confirmar mi voluntad e intención de continuar con la tradición de entregar los ingresos hereditarios, incluido el patrimonio de la corona, a mi gobierno en beneficio de todos, a cambio de la subvención soberana, que respalda mis deberes oficiales como jefe de estado. y cabeza de nación. Y al llevar a cabo la pesada tarea que se me ha encomendado, y a la que ahora dedico lo que me queda de mi vida, pido la guía y la ayuda de Dios todopoderoso".