Policiales 05/09/2022 13:29hs

Atentado a Cristina Kirchner: un relato oficial con inicio falso, dudas no resueltas y un celular con autoborrado

En la pistola Bersa encontrada por militantes en la calle tras el ataque no fueron halladas hasta ahora las huellas dactilares de Fernando Sabag Montiel.

Cristina Kirchner, el viernes, saliendo de su departamento en la Recoleta
Cristina Kirchner, el viernes, saliendo de su departamento en la Recoleta
Las 100 balas encontradas en la casa de Fernando Sabag Montiel.
Las 100 balas encontradas en la casa de Fernando Sabag Montiel.
La Cruz de Hierro y el Martillo de Thor, tatuados en las manos de Sabag Montiel.
La Cruz de Hierro y el Martillo de Thor, tatuados en las manos de Sabag Montiel.
La esquina de Uruguay y Juncal, el viernes.
La esquina de Uruguay y Juncal, el viernes.
Fernando André Sabag Montiel, de 35 años quien intentó gatillar un arma que no llegó a disparar a centímetros de la cabeza de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Fernando André Sabag Montiel, de 35 años quien intentó gatillar un arma que no llegó a disparar a centímetros de la cabeza de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El relato del atentado contra Cristina Kirchner es falso. El hecho ocurrió y no hay dudas sobre esa cuestión crucial. Ambas afirmaciones no se contradicen entre sí. Por razones que se desconocen, las autoridades políticas K y las fuerzas de seguridad nacionales erraron, mintieron adrede, o se confundieron respecto a cómo fue que empezó esta trama bajo investigación judicial.

 
El jueves 1 de septiembre, minutos antes de la nueve de la noche, Fernando André Sabag Montiel logró acercarse a Cristina Kirchner. Ella acababa de bajar de su auto oficial en el cruce de las calles Juncal y Uruguay. Debía caminar tres metros para entrar al edificio en el que vive en un departamento del piso 5.

La detuvo la militancia que la alienta en tiempos de infortunios judiciales. Sabag Montiel estaba armado. Levantó su brazo y apuntó apuntó a la cabeza de la Vice. No disparó. Filmaban la escena varios camarógrafos de televisión y seguidores K con celulares. La custodia oficial de Kirchner no vio nada. O no hizo nada

 Fue un militante K, apodado "El Jirafa", el primero en forcejear con el atacante sorpresivo. De inmediato se le sumaron más compañeros peronistas. Apartaron al agresor llevándolo de los pelos. Le gritaban. Le pegaron, al menos, de modo directo, en un ojo. Sabag Montiel logró escapar. Corrió. Un grupo de uniformados lo atrapó cerca de la esquina de Uruguay y Talcahuano. Quiénes lo apresaron fueron agentes de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, y no de la Policía Federal, como indicaron los partes oficiales y el recuento de los sucesos que difundió el Gobierno. Clarín confirmó estos hechos en base a la consulta de once fuentes de las fuerzas de Seguridad, la Justicia y el poder político K. La Justicia investiga todas las hipótesis posibles. Un trabajo incuestionable.

  Las 100 balas encontradas en la casa de Fernando Sabag Montiel.
La narración que difundieron a los medios los asesores de confianza de la Vice, igual que los funcionarios de la Casa Rosada, o los voceros informales de la Policía Federal, difiere de lo que pasó tras ese instante infinito. Existen además otros puntos “oscuros” que los investigadores judiciales intentan dilucidar con hermetismo.

Los primeros datos oficiales son contradictorios, pocos claros, falsos adrede o por deficiencias de actuaciones que quieren ocultarse para evitar las explicaciones públicas o ante la jueza Ana María Capuchetti y el fiscal Carlos Rivolo, a cargo del expediente que a pocos días de iniciado tiene ya más de diez cuerpos de fojas y documentación.

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La primicia del atentado contra la Vicepresidenta la difundió el canal C5N a las 21:10 del jueves 1.

“¡Recién en el vivo de Minuto Uno! ¡Rápidamente veíamos esta escena, este forcejeo de la custodia de la vicepresidenta! ¿Hubo un intento de atentado contra Cristina Kirchner? Hay una persona detenida”, gritó el conducto del programa antes aludido, Gustavo Silvestre.

El atentado contra la Vice había ocurrido diez minutos antes.

La emisora C5N, oficialista, fue la que dio a conocer que había un hombre detenido y que éste tenía un arma al momento en el que se acercó a Kirchner.

  La Cruz de Hierro y el Martillo de Thor, tatuados en las manos de Sabag Montiel.
“Detuvieron a una persona armada”, se leía en el graph de la pantalla.

“¡Me confirman que la persona detenida tenía un arma”, dijo Silvestre en tono elevado. Citó a fuentes oficiales.

Sabag Montiel tenía un arma y así se lo vio en imágenes mientras apuntaba a la cabeza de la Vice.

La Policía Federal, igual que la custodia de Kirchner, no había tenido que ver ni con la detención ni con el hallazgo de la pistola que paralizó a la Argentina y se replicó en varios de los principales medios del mundo.

Sabag Montiel aprovechó la inexplicable no actuación de la custodia vicepresidencial, soltó el arma, y se soltó él de los militantes que lo habían atrapado hasta que lo frenó la Policía de la Ciudad, que luego lo entregó a la Federal.

A las 21:35, la televisión pública dio la primera información proveniente de un ente estatal.

En un flash informativo se anunció que se había “detenido a una persona tras apuntarle con un arma”. El periodista agregó que el arma de Sabag Montiel “al parecer, bueno, parece de juguete”.

  La esquina de Uruguay y Juncal, el viernes. Foto: Luciano Thieberger
El flash informativo difundió que el agresor fue detenido por militantes y por la Policía Federal.

En todos los videos que se registraron sobre el atentado fallido no se ve ninguna acción defensiva de los guardaespaldas de la Vice ante un ataque que descubrieron los militantes, todos ellos ubicados cuerpo a cuerpo de los policías formados en las técnicas de la custodia.

El canal de noticias TN cronometró el tiempo que pasó entre que Sabag Montiel saca su arma, apunta y es reducido, hasta que Kirchner deja de saludar a sus seguidores, firmando su biografía Sinceramente, para entrar finalmente al edificio en el que vive en La Recoleta. La Vice continuó su recorrida como si nada hubiera pasado durante seis minutos.

¿Por qué la custodia no hizo lo que debía hacer? ¿Por qué justo esa noche no estaba junto a Kirchner el jefe de sus custodios, el comisario retirado Diego Carbone? ¿Por qué los que detuvieron a Sabag Montiel fueron militantes K y luego la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, algo que se ocultó afirmando que había sido atrapado por la Policía Federal?

Esos interrogantes, entre muchos otros, son investigados por la Justicia. Tanto Capuchetti como Rivolo pesquisan todas las hipótesis posibles. Todas.


Lo que se conoce hasta ahora, a pesar del inicio con mala información oficial, es que Sabag Montiel soltó el arma con la que apuntó a la Vice cuando fue descubierto por “camporistas”.

  Fernando André Sabag Montiel, de 35 años quien intentó gatillar un arma que no llegó a disparar a centímetros de la cabeza de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Quedó tirada en el suelo, y fue pisoteada de tal modo, que la pericia que se realizó sobre lo que se confirmó luego era una Bersa .765 o .32, fabricada en el año 1981, no encontró huellas dactilares de su supuesto propietario. Ni siquiera en las balas, que no fueron alcanzadas por las huellas alocadas de los presentes en el lugar del hecho. ¿Es posible que por ineficacia o descuido alguno de los que detectó que esa arma estaba tirada en el piso le haya sacado el cargador, manipulándolo de tal modo que terminó por tapar las huellas del agresor? “Estamos en la Argentina, cualquier cosa puede pasar”, explicó preocupado una fuente que investiga el caso.

¿Y si Sabag Montiel afirma en declaración indagatoria que esa pistola Bersa nunca estuvo en sus manos y que él utilizó otra para apuntarle a la Vice?

Es casi imposible que él pudiera lograr esquivar a la Justicia con esa coartada.

En el allanamiento que se hizo en su vivienda se encontraron cien municiones que corresponden a esa Bersa.

No un hubo un tiro en la noche del jueves 1 porque Sabag Montiel no cargó ninguna bala en la recámara del arma.

El detenido por el atentado no tenía permiso ni para ser legítimo usuario de un arma y menos aún de portación.

Hay otros datos llamativos sobre el accionar de Sabag Montiel, que el viernes por la noche se negó a declarar ante las autoridades de la Justicia.

¿De dónde venía cuando llegó a Juncal y Uruguay?

Los indicios indican que ese mismo día estuvo el distrito bonaerense de Quilmes, donde visitó a un reconocido tatuador (tiene varios tatuajes en su cuerpo).

Además, otra pista muy firme señala a los investigadores que cobró plata de un alquiler de un inmueble de su propiedad que rentó a venezolanos que viven en el país.

La Justicia también indagará sobre al menos tres apariciones televisivas de Sabag Montiel en un programa de televisión del canal Crónica TV, conducido por Tomás Méndez. Es un hombre de carrera controversial: ex concejal en Córdoba, fue procesado por haber difamado a un empresario en Córdoba, y fue despedido de C5N por armar un “escrache” en la casa de Patricia Bullrich.

¿Por qué Sabag Montiel apareció tres veces en ese programa, desde puntos geográficos diferentes, e incluso estuvo en el piso del estudio quien dijo ser su novia?

A eso se suma que el agresor de la vice afirmó en esas apariciones públicas que trabajaba con su pareja vendiendo copos de azúcar para niños.

Según la Policía Federal, Sabag Montiel es dueño de un Chevrolet Prisma, y de un Peugeot 207, como mínimo. Tendría otro vehículo más.

Son autos que estarían ahora en desuso por falta de arreglos mecánicos, pero que hasta hace poco tiempo fueron utilizados como taxis.

A eso se sumaría el ingreso por el alquiler de una propiedad a los venezolanos.

La Justicia está ahora trabajando en el celular del atacante de Kirchner.

Un dato es inquietante, quizás no tanto para quienes encabezan la pesquisa judicial, aunque les despertó la curiosidad. El teléfono del único detenido en el caso tiene un sistema de “autoborrado”, que hace desaparecer de inmediato los llamados y mensajes. Es probable que las imágenes puedan rescatarse pronto. Los especialistas no descartaron que también puedan encontrarse los llamados que se borran de inmediato.

¿Por qué Sabag Montiel tendría un teléfono con un sistema como ése? ¿Qué es lo que buscaba borrar de ese celular al instante de ser usado?

Según testimonios que constan en la Justicia, Sabag Montiel es de esas personas que cambian su número de celular, y de aparato, muy seguido.

Aun así, las autoridades judiciales aguardan conocer los rumbos, a pie o en auto, por los que deambuló Sabag Montiel en los últimos meses gracias a la detección que las antenas de teléfonos pueden realizar sobre los aparatos utilizados por un investigado de este tipo. ¿Y si cambiaba tan rápido de teléfono? Los investigadores están seguros de que encontraron y transparentarán todos los puntos oscuros de un caso que provocó que el país entrase en una fase desconocida para la política nacional.

Algo, sin embargo, salió mal en el principio de la pesquisa, cuando todo era confusión y nervios.

Los primeros partes de la Policía difieren sobre el calibre del arma encontrada.

A las 21:00, las fuerzas de seguridad titularon un comunicado interno de este modo: “COMUNICAR NOVEDAD SERVICIO JUNCAL Y TALCAHUANO INMEDIACIONES DOMICILIO SRA VICEPRESIDENTE”.

En el texto se lee que “horas 21:00 aprox se observa la llegada de la Vicepresidente al domicilio y en breves minutos se produjeron desmanes y 5 personas comenzaron a correr a un masculino por Uruguay en dirección a Talcahuano sindicado como opositor a Cristina y con intenciones de matarla. Rápidamente personal de la PFA demora al masculino, lo identifica como Fernando Andrés Sabag Montiel, DNI…., BRASILERO, de 35 años. En inmediaciones del domicilio PFA halló pistola sobre la calzada”.

El parte termina diciendo que “en breve se ampliará con mayores precisiones. En el lugar medios periodísticos”.

Así fue.

Tras algunas informaciones erróneas, y puntos pocos claros, las fuerzas nacionales de seguridad trabajaron y aportaron datos claves sobre el caso que conmueve a la Nación.

El mismo trabajo hizo, hace, y hará, el periodismo profesional.

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