Ataque a CFK: la Cámpora pide en privado la renuncia de Aníbal Fernández por el accionar de los efectivos
Aseguran que la vicepresidenta estuvo mejor cuidada por dirigentes y militantes que por la Policía Federal. También hay críticas al jefe de la custodia, Diego Carbone.
“No se puede creer que el ministro de Seguridad no haya presentado su renuncia inmediata”, plantean distintos referentes de La Cámpora, la agrupación que lidera Máximo Kirchner. También agradecen a los dirigentes y militantes que detuvieron a Fernando Sabag Montiel. La custodia “blue” le llaman.
Mientras se refuerza en público un señalamiento a ciertos “discursos de odio” de la oposición, la justicia y los medios de comunicación, puertas adentro surgen enojos menos politizados. “Casi matan a la jefa, no es joda”, repiten.
Del círculo que rodeaba a Fernández de Kirchner en el momento en el que el arma -una pistola Bersa calibre 32- apunta a su cabeza, solo una persona muestra algún tipo de reacción: un hombre de barba negra y sobre todo gris, a la izquierda de la Vice.
Para sorpresa de muchos, no se trata de un custodio de la Federal. Tampoco uno informal. El único que se dio cuenta lo que pasó en ese instante es Diego Bermúdez, colaborador cercano de Cristina y prosecretario de coordinación operativa del Senado.
Tiene 37 años y nació en Viedma, Río Negro. De la misma provincia es Mariano Cabral, el otro de los secretarios cristinistas de la más extrema confianza. Hace dos semanas, Bermúdez fue mencionado por el fiscal Diego Luciani a partir de un intercambio de mensajes con José López: “La presi quiere hablar con vos”, decía uno de los textos enviados al exsecretario de Obras Públicas.
“Diego fue el único de los que estaba al lado de ella que hizo algo”, asegura con indignación un camporista de la mesa chica. Y enfatiza: “Es solamente un secretario, no un custodio”. Hay distintos dirigentes de La Cámpora que dicen que “los agentes de la Policía estaban en cualquiera”.
En semejante contexto, apuntan contra el responsable político de las fuerzas federales, Aníbal Fernández. Algunos incluso se molestaron por su velocidad para salir a dar explicaciones en público. Fiel a su estilo, Aníbal habló con varios medios en los minutos posteriores al atentado.
El ministro mantiene, además, una considerable distancia con ese núcleo duro K. En Quilmes, su pago chico, la interna con la intendenta Mayra Mendoza es feroz. Hay quienes ponen en duda la unidad local para las elecciones de 2023.
Existen diferencias con el caso de Diego Carbone, jefe del Departamento de Seguridad Vicepresidencial. Es la sombra de Cristina y hasta entabló una relación de afinidad con Máximo Kirchner. A pesar de eso y de no estar de turno en la noche del jueves 1 de septiembre, figura en la lista de responsables. Es, en definitiva, el superior inmediato de los seis custodios que presenciaron el hecho.
El comisario inspector de la PFA y campeón panamericano de artes marciales había sido el encargado de seguir de cerca a CFK en el acto improvisado del sábado 27 de agosto en Juncal y Uruguay. Se lo vio reírse entre bromas y complicidad con el diputado José Luis Gioja, en un video que pronto se viralizó en las redes sociales. De aquella conversación también participó Bermúdez.
La detención de Sabag Montiel, a cargo de la militancia
Los que sí tuvieron un rol protagónico en la detención de Sabag Montiel fueron los militantes. Se destacan dos figuras corpulentas y veloces de reflejos: Federico García, concejal de Presidente Perón, y Marcelo “Jirafa” Fernández, guardaespaldas informal de distintos dirigentes del kirchnerismo.
García estaba en el medio de la calle, sobre Juncal, casi en el centro del círculo que se armó para la ronda de saludos y firma de libros. En uno de los videos se lo ve correr desde allí e identificar al agresor en apenas segundos. Fue también el que retuvo el arma en el piso, debajo de su pie, cuando ésta se cayó.
Integra la Agrupación 13 de abril, que reivindica esa fecha en “homenaje” a la primera indagatoria con acto incluido de Fernández de Kirchner en Comodoro Py, en 2016. La citación del fallecido juez Claudio Bonadío motivó lo que llaman “el día de la lealtad con Cristina”.
“Jirafa” es un hombre cercano a Oscar Parrilli, senador del Frente de Todos. De hecho, por recomendación del propio Parrilli, en 2021 pasó a colaborar con la seguridad paralela de Alberto Fernández en eventos masivos en espacios públicos. Es del gremio de trabajadores aeronáuticos. “A Cristina la tuvimos que cuidar nosotros”, dicen los dirigentes de “la orga”.
La “custodia blue” cuenta con distintos representantes de agrupaciones gremiales, sobre todo de los sindicatos afines al camporismo. En la jornada de incidentes del pasado fin de semana había también personas identificadas con un tradicional club porteño, también cercano al kirchnerismo: Ferro Carril Oeste.
La entrada al edificio de CFK estaba atravesada por un cordón humano de hombres con camperones del equipo de Caballito. Ellos determinaban quien podía pasar por allí y quien debía buscar otro camino, entre medio de la muchedumbre.
Mientras sectores de Ferro los identifican como “barras”, en el kirchnerismo dicen que tienen buen vínculo con la entidad y que muchas veces desde la Secretaría de Derechos Humanos del “verde” participan en movilizaciones.
La relación se comprende a través de la figura del presidente de Ferro, Daniel Pandolfi. Fue amigo de Néstor Kirchner y, junto a otro amigo de ambos, Jorge “Topo” Devoto, produjo una película biográfica en su honor. El vínculo de Pandolfi con Máximo también es bueno.
