El tambo “Doña Ofelia”, de la familia Rodríguez, de la localidad de Guaminí, en la provincia de Buenos Aires, es un pequeño establecimiento de 45 hectáreas destinadas a pastoreo, con unas 30 vacas, 16 a 20 en ordeñe –según la época del año– y el resto destinado cultivos de cosecha para hacer los verdeos básicamente avena con vicia o cebada.
A pesar de la pequeña escala, está en ellos la esencia de agregar valor y también destacado e importante el bienestar animal.
En “Doña Ofelia”, se hace un ordeñe por día y se cría al ternero con la madre. De esta forma, el ternero sella el pezón y se evita el riesgo de mastitis. Además, la vaca y el ternero transcurren sus días sin estrés.
Por su parte, con el acompañamiento del INTA, se instaló una planta de procesamiento láctea que contó con el financiamiento del programa “Argentina contra el Hambre” del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
A partir de esta incorporación, no solo desde “Doña Ofelia” pudieron producir quesos, sino también un grupo de tamberos familiares de Guaminí pudo hacerlo.
“Esta sala permite que tamberos familiares agreguen valor a su producción, mejoren sus ingresos y calidad de vida, al tiempo que contribuye al poblamiento de las zonas rurales y periurbanas y al fortalecimiento de los circuitos cortos de comercialización”, explica Gabriela Giordani, del IPAF Región Pampeana del INTA.
Para Martín Rodríguez, propietario del establecimiento, el tambo tiene toda una historia familiar que lo emociona ya que es la quinta generación de productores ese campo, que lleva el nombre de su bisabuela.
“Soy quinta generación de productores viviendo en el campo. En la época de mis abuelos, el campo prosperó y pudieron ser propietarios, pero luego todo se vino abajo y había muchas deudas”, recordó el tambero, quien puedo estudiar a nivel secundario y también universitario, quedando a solo una materia de graduarse como ingeniero agrónomo.
“Cuando volví a la chacra en 2015, supe que debía diversificar y poner un tambo, que es lo que habíamos hecho desde siempre en la familia. Había escuchado de la agroecología. Me costó al principio, pero luego de pensarlo mucho supe que peor no podía estar y di el paso. Hoy estoy agradecido”, aseguró.
En su campo, se produce trébol, vicia, avena para los animales, también un poco maíz con mijo. Hay ovejas, chanchos, gallinas y hasta una huerta. “El tambo El tambo entre 8 y 10 litros de leche de calidad por día por vaca, casi sin gastos”, cuenta el técnico.
GUAMINÍ, PIONERA
Guaminí es pionera en la producción agroecológica. Así lo asegura Marcelo Schwerdt, del Centro de Educación Agraria Nº 30 del distrito.
“La superficie destinada a producir de manera agroecológica en Guaminí se incrementó un 4.000%” aseguró Schwerdt, quien –además– destacó que “los rendimientos se mantuvieron en el promedio de la zona y los costos se redujeron entre un 30%-40%”.
En referencia a los tambos doble propósito, Schwerdt explicó que, “en el periurbano de Guaminí, hay tres tambos que producen de manera agroecológica y otros cinco que se encuentran en transición”.