La llegada de Sergio Massa al Gobierno Nacional fue tomada por muchos como “un nuevo comienzo” para un oficialismo que venía con pronóstico reservado. Sin embargo, no todos lo ven así. Desde el Frente Patria Grande, liderado por el dirigente social Juan Grabois, manifestaron su descontento con los anuncios del nuevo ministro de Economía y podrían hacer definitivo su alejamiento como parte del Frente de Todos (FDT).
Según trascendió, la organización –de orientación de izquierda y cercana a la vicepresidenta Cristina Kirchner– llamó a sus autoridades a una reunión de urgencia para este jueves con el fin de discutir su posición en la geopolítica nacional. Reclaman que la hoja de ruta de medidas del nuevo titular del Palacio de Hacienda estuvo enfocada en dar señales a los mercados y alejada de las medidas sociales que reclaman para paliar la crisis, como el Salario Universal Básico.
No será una decisión de impacto menor ya que el Frente Patria Grande cuenta con tres diputados propios en la Cámara Baja que integran el interbloque del FdT. Ellos son Itai Hagman, Federico Fagioli y Natalia Zaracho. De perderlos ante una hipotética ruptura, el oficialismo dejaría de ser deje de ser la primera minoría, ya que quedaría con 115 miembros, contra los 116 de la oposición de Juntos por el Cambio.
Se trata de un nuevo episodio de una larga lista de desencuentros entre Grabois y el gobierno de Alberto Fernández. En el último tiempo, el también titular del Movimiento de los Trabajadores Excluidos (MTE) endureció su discurso contra el Ejecutivo, que tuvo su pico de máxima tensión durante la marcha que lideró en el Puente Pueyrredón hace dos semanas atrás.
“Hay algunos gauchos y gauchas acá que estamos dispuestos a dejar nuestra sangre en la calle para que no siga habiendo esta hambre en la Argentina”, desafió por entonces al presidente el hombre que supo ser cercano al Papa Francisco. Además, habló de que, en caso de que el Estado no universalizara mayores ingresos en las clases populares ($ 15.000 para 7 millones de personas), existía la posibilidad de “saqueos”, una modalidad que a la Argentina le recuerda al estallido del 2001.
Este miércoles, en medio de una convocatoria y algarabía inusual para el acto de asunción de un ministro, Sergio Massa juró como titular de Economía (bajo su supervisión estarán las nuevas secretarias de Desarrollo Productivo y Agricultura) y luego se trasladó al Palacio de Hacienda. Allí anunció, entre otras medidas, la continuidad del acuerdo con el FMI, el congelamiento del ingreso de empleados públicos, aumentos en las tarifas energéticas y auditorias sobre planes sociales y establecimiento de períodos para su reconversión en puestos de trabajo.
El flamante “superministro”, en paralelo, también confirmó que no se pedirán más adelantos transitorios del Banco Central; un esquema de regímenes especiales para incrementar los sectores de la minería, agroindustria e hidrocarburos; un adelanto de exportaciones para agro, pesca y minería (US$ 5000 millones en los próximos 60 días); el pedido de dólares a fondos de créditos internacionales para aumentar las arcas del Banco Central (al que el Gobierno dejará de pedirle adelantos transitorios) y un bono para incrementar los ingresos de los jubilados frente a la inflación.
Una vez finalizada la gira de las presentaciones de Massa, a la que asistieron empresarios y figuras públicas de la farándula, Grabois compartió un encriptado mensaje en su cuenta de Twitter con un fragmento de la canción “El tesoro de los inocentes”, del Indio Solari: “Juegan a primero yo y después a también yo. Y a las migas para mí y cierran el juego. Porque ya saben que el tonto nunca puede oler al diablo”. Se espera una nueva jornada de definiciones.