Esto sucedía en 2013 y 2015, cuando el kirchnerismo comenzaba una intensa campaña en medios y redes para atacar a Sergio Massa, en ese entonces traidor al peronismo, hoy la bala de plata que asume como ministro de Economía, luego de un inocultable golpe de Estado contra Alberto Fernandez.
Hoy, el traidor de otrora es el personaje en el que el kirchnerismo confía para salir de la peor crisis desde que se restauró la democracia en 1983.
50% de pobres, 80% de inflación, jubilados en la indigencia, medio país viviendo de planes y dádivas, otro medio país laburando de sol a sol para mantener a tres generaciones criadas con la consigna de que el mérito no sirve y que hay derecho y pedir hasta atragantarse sin hacer ningún esfuerzo y sin dar nada a cambio.
En ese país en crisis terminal, el nuevo ministro, que dice que va a recortar gastos, organiza una fiesta para 500 personas para celebrar su nuevo puestito, ahora de la mano de los que iba a barrer y encarcelar.
Cero dignidad tiene Massa. Más bien, cero dignidad tienen los políticos del gobierno, los ponen los sacan, saben de economía, de producción, de salud, de desarrollo social. La verdad, no saben nada, y así nos va.
A ellos sólo les interesa seguir viviendo del Estado.
Y los chicos de La Cámpora, la versión empeorada de la Coordinadora radical, ahora se suman al apoyo a Massa. Si no fuese trágico, daría risa.
Las viejas publicidades
"Extraño al abu y sus milanesas, ¿a que no sabías qué vi en su muro? votó al massismo en el cuarto oscuro, ay qué bajón". Decía un spot kirchnerista en el 2015.
"Yo lo vi acordar con Duhalde y el PRO", "junto a él está Barrionuevo", "Son todos amigos de los tarifazos" y una larga lista de frases así le va explicando una universitaria a su abuelo, para convencerlo de que cambie su voto. Todas verdades, que hoy el kirchnerismo decide olvidar deliberadamente para darle todo el poder al amigo de la embajada del Norte, mientras convenga. Hoy apoya a un presidente que se desvive por decirle palabras lindas al comunismo de Rusia, China, Cuba y Venezuela.
Lo apoya, pero también lo traiciona.
No es el único antecedente, también La Cámpora tenía una simbólica canción que decía "si todos los traidores se van con Massa". Hoy no se escucha nada de eso. Tal vez sea el canto a la relación de fuerzas lo que resuena en los locales y las unidades básicas.
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El culto a la dieta del sapo podría ser gracioso, si no tuviera consecuencias graves. Esta nueva designación significará mayores ataques contra los jubilados y la clase media, muy empobrecida ya. Ya se habla de devaluación, de profundización del ajuste y más beneficios para los empresarios amigos, que le bancan la campaña desde hace años.
En ese hombre quieren los peronistas que creamos. Un tipo que fue Ucede, peronista de Menem, de Duhalde, de Ruckauf, de Néstor, de Cristina, de él mismo y de Alberto.
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Un señor que te decía que Cristina y Néstor eran corruptos y que hoy se pilla de amor cuando habla de ellos.
Un panqueque, un tipo (no me sale otro término) sin ninguna dignidad, un multimillonario que quizás algún día deba explicar los orígenes de sus millones de dólares con sueldos promedios de 400.000 pesos a nivel actual.
Yo les confieso, sería bueno que esta vez la pegue, pero la verdad, tengo cero esperanza.
Va a ser otro fracaso y Massa encontrará a quien echarle la culpa.
Y llegará la hora de “ah, pero Alberto”, porque estos tipos jamás asumen sus errores, a lo sumo aceptan algún otro carguito en el Estado para servir viviendo de nuestro esfuerzo.
Massa será otro que no podrá salir nunca más a la calle sin recibir el repudio y la bronca de un pueblo harto de estos soberanos h de p que se nos ríen en la cara.