El municipio ha anunciado diversos cortes en la avenida Casey para que se instale frente a la estación de ferrocarril un palco para la celebración del próximo 6 de agosto.
Lo sorprendente es que los cortes van a durar cuatro días, más lo que tarden luego en desarmar ese palco.
La medida perjudica un tránsito ya de por sí complicado y disminuido por la obra de la peatonal, que avanza en cámara lenta, la colocación de bloquecitos de cemento para demarcar bicisendas, la instalación de decks. Todo esto quita lugares de estacionamiento – cada vez más escasos – y especialmente causa un grave perjuicio a los comerciantes alcanzados por estos cortes ya que al no poder estacionar frente al negocio, muchos vecinos siguen de largo y se van a otros comercios.
Esto luego de que los comerciantes suarenses, como en todo el país, se comieron las pésimas medidas gubernamentales durante la cuarentena eterna y muchos quebraron o quedaron con graves dificultades económicas y financieras.
Pero a nuestros dirigentes nada les importa: ellos siguieron cobrando sus excelentes sueldos durante la pandemia sin resignar ni un centavo y no les importa un cuerno el sufrimiento o los padecimientos de los comerciantes de la ciudad.
Lejos de la gente, a kilómetros de los vecinos, el ‘gobierno de los vecinos’ vive en su mundo rodeado de halagos y aplausos de una claque enamorada de los sueldos que les paga el estado sin tener en cuenta las necesidades de los suarenses.