URGENTE: Massa confirmaría a Alberto como “presidente” (por ALEJANDRO BORENSZTEIN)
Lo que Massa le hizo el viernes a Scioli delante de todo el país se acerca bastante a la perversión. Mas que subido a un caballo, Massa parece montado al Séptimo Regimiento de Caballería. Estamos a cinco minutos de que le haga lo mismo a Alberto.
Antes que nada, corresponde agradecer una vez más al trío Cristina, Alberto y Massa por la inagotable fuente de inspiración que representan para esta página y por el entretenimiento constante que le ofrecen a las audiencias argentinas. Desde Gaby, Fofó y Miliki que no se veía algo parecido.
Dicho esto, vamos al análisis. Los que piensan que la movida de esta semana es un intento del gobierno por recuperar la confianza de los mercados, frenar la corrida financiera y estabilizar la economía, se equivocan.
No hacía falta que el gobierno generara tantas placas de URGENTE en las señales de noticias ni tantos zócalos televisivos angustiantes ni tantas tapas de diario con letra de molde, para ordenar mínimamente este caos y aguantar hasta el 2023.
Hubiera alcanzado con un discurso sobrio de Batakis por cadena nacional anunciando el plan de ajuste ya anticipado en sus primeros días, sentada frente a las cámaras, rodeada por Cristina, Alberto y Massa para demostrar su apoyo y chau. Pero no. En lugar de eso eligieron un camino más turbulento, más ruidoso, más teatral, más cine catástrofe, más mediático, más ellos. Hay que reconocerles que, a la hora del fracaso, esta gente siempre elige el formato más rimbombante posible.
Parece mentira que, con lo que les costó conseguir a alguien que aceptara ser ministro de economía, una vez que encontraron una Batakis que agarró viaje, no tuvieron mejor idea que ir y rajarla a los 20 días. Son gente rara.
De todos modos, y con los hechos ya consumados, solo cabe darle la bienvenida a Sergio Massa, uno de los más destacados militantes de la recordada UCeDé, el partido liberal más importante que tuvo la Argentina en los últimos 50 años. Lástima que su fundador, el Ingeniero Alvaro Alsogaray, no esté para acompañar a su purrete y presenciar este momento histórico.
A priori, uno podría compadecerse de tantos kirchneristas que ahora van a tener que ir al Patio de las Palmeras a gritar “Massa, Massa, Massa corazón, acá tenés los pibes para la liberación”, pero la realidad es que ya están acostumbrados. En 2015 Cristina los mandó a votar por Scioli y en 2019 por Alberto Fernández. Duro oficio el del militante autopercibido progresista y sometido a obediencia verticalista en pleno siglo XXI. En cierto modo, ser kirchnerista hoy en día es como hacer el servicio militar obligatorio de por vida.
Al final siempre volvemos al viejo chiste del General Perón y los dos militantes enterrados hasta el cuello. No lo repetiremos por pudor.
Algunos kirchneristas intentan disimular la angustia expresando su anhelo de que “Cristina vuelva a ser presidenta”. Grave error. Nunca dejes para mañana lo que puedes disfrutar hoy. Cristina ya volvió en 2019, ganando en primera vuelta y sin necesidad de ballotage. Desde entonces está gobernando el país a su antojo. El hecho de que ese antojo no sea exactamente lo que esperaban, es otro asunto.
Por ejemplo, si entre los antojos estaba la idea de poner un “presidente” que le acomodara los jueces, evidentemente se equivocó de candidato y, en tal caso, el elegido debió ser Chiqui Tapia que para el tema jueces y fallos es un capo. Ahora es tarde para lágrimas. Esta semana arranca el alegato del fiscal en la causa Vialidad que va a durar tres semanas con la presencia en pantalla de Cristina, De Vido, Lázaro, José López y gran elenco. Si bien la trama la conocemos todos, es una historia que nunca te cansás de volver a ver. Como El Padrino.
Veremos si el rating lo sigue acompañando a Massa o si el público prefiere distraerse con este juicio y olvidarse por un rato del dólar y la inflación. Esta es la lectura superficial de lo ocurrido esta semana. Sin embargo, mirando en profundidad, podemos encontrar otra explicación.
En realidad, la manera correcta de interpretar el zafarrancho que estamos viviendo es que Cristina ha puesto en marcha la segunda fase del Plan Humillar. Como ya lo explicamos alguna vez, primero fue contra Alberto. Años de agravios y acusaciones dichas por el actual “presidente” en todos los canales de televisión fueron meticulosamente guardados en la memoria de Ella hasta encontrar el momento apropiado para vengarse. La oportunidad llegó en 2019: “Ahora te voy a hacer Presidente de la Nación y te voy a humillar hasta verte gatear por la Rosada entre las botas de los Granaderos”. Esa fue la Fase I. Liquidado Alberto, ahora arrancó la Fase II: el turno de Massa.
Las innumerables traiciones del tigrense, aquella declaración de que “los voy a meter presos a todos” o la inolvidable “voy a barrer a los ñoquis de La Cámpora” no se olvida ni se perdona. Haber pasado de “barrer a los ñoquis de La Cámpora” a “barrer para los ñoquis de la Cámpora” no atenuó el resentimiento de Cristina ni su sed de venganza. Si Massa pensó que la probation que hizo con Máximo le iba a alcanzar para ser indultado se equivocó fiero. El Plan Humillar Fase II acaba de empezar y eso es lo que vamos a ver por estos días.
Obviamente Massa va a tratar de eludir los misiles de Cristina y jugarse a dar vuelta la historia. Intentará recrear la confianza tratando de convencer al mundo de que este gobierno es amante de las democracias capitalistas occidentales y de que él va a “controlar a Cristina”. Lo mismo decía Alberto con el dedito en alto mientras todos escuchábamos el silbido del yunke cayendo sobre su cabeza.
Massa buscará salir victorioso y quedar posicionado para ser el gran candidato presidencial 2023. Como pretendía Manzur, digamos. Feliz desconocedor de los planes de Cristina, debe creer que Ella se lo va a permitir. O este muchacho es demasiado ingenuo o es mucho más perverso de lo que todos imaginamos.
Para pensar: lo que le hizo a Scioli el viernes delante de todo el país lo pone más cerca de la perversión que de la ingenuidad. Llamó a una conferencia de prensa para despedirlo, habló exactamente 48 segundos, dijo “muchas gracias, los dejo con Daniel” se levantó, se fue y dejó plantado a un tipo que fue Vicepresidente de la Nación, dos veces Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y candidato presidencial que ganó la primera vuelta y perdió la segunda por dos puntos. Más que subido a un caballo, Massa parece montado al Séptimo Regimiento de Caballería. Estamos a cinco minutos de que le haga lo mismo a Alberto. Veremos.
Finalmente, como no podía ser de otra manera, toda esta movida se realizó observando y haciendo observar la tradición pertinente. Marcó del Pont dejó la AFIP y fue reemplazada por un militante de Cristina y dirigente de La Kolina de Alicia Kirchner. Scioli y Domínguez fueron reemplazados por nadie, Batakis fue reemplazada por Massa y este, como diputado nacional, será reemplazado por un dirigente piquetero llamado Juan Marino que labura en el boliche del Cuervo Larroque. A su vez, la presidencia de la Cámara de Diputados que ejercía Massa será ocupada casi seguramente por Cecilia Moreau, la diputada que se hizo famosa por afirmar que Pfizer pretendía llevarse los recursos naturales y por ayudar a bloquear la compra de vacunas americanas.
Ni que fuera el Undécimo Mandamiento revelado a Moisés en el desierto: la Ley de Oro Kirchnerista no se viola jamás.
PD URGENTE: El viernes fue despedido el Secretario de Comercio Martín Pollera, quien había reemplazado en junio a Guillermo Hang, que a su vez había reemplazado en mayo a Roberto Feletti, que venía de reemplazar a Paula Español. Próximamente: algo peor.