Este martes declaró ante la Justicia Vanesa Soledad Nuñez, la policía que encontró muerta a Daiana Abregú, la joven de 26 años que murió asfixiada en una celda de la comisaría del partido bonaerense de Laprida. Por el hecho hay cinco policías detenidos que fueron indagados en las últimas horas.
Nuñez, de 34 años y embarazada, llegó a la Fiscalía general de Azul acompañada de su abogado César García. Según fuentes judiciales, la policía dijo que el 5 de junio encontró a Daiana en su celda, colgada con su campera de jean, y tras eso le empezó a hacer maniobras de RCP para reanimarla.
Durante la indagatoria fueron quedando dudas en el relato de la agente de la fuerza de seguridad, que “se pisó” con sus versiones cuando el fiscal Calonje le preguntó, con un acta en la mano, si reconocía su firma y si había sido ella quien escribió ese acta.
“La policía sostuvo que ella la había firmado (el acta), pero que no la había escrito”, revelaron fuentes de la causa. Sin embargo, lo sorpresivo es que la misma efectiva policial es quien encabeza el texto del documento. En ese momento el clima en la sala se tensó y Calonje la arrinconó: “Si está mintiendo con esto, ¿por qué debería creerle con el resto?”.
Otro de los puntos que ratificó la debilidad de su testimonio tuvo que ver con una serie de mensajes de audio que le envió a su pareja -padre del hijo que está gestando- y luego borró. En su declaración, Núñez aseguró que en esos grabaciones contaba que Daiana estaba detenida en la comisaría.
Fuentes de la causa señalaron que la mujer le habría enviado los audios al joven porque él habría tenido una relación previa con la víctima, lo que explicaría un posible móvil del crimen. El novio de la policía probablemente sea llamado a declarar en los próximos días.
A la indagatoria de la mujer de 34 años le siguieron las de Adrián Osvaldo Núñez y Pamela Di Bin. Pasadas las 20 todavía restaban los testimonios de Juliana Zelaya y Leandro Esteban Fuhr, los otros dos policías que están detenidos.
La calificación del expediente que tiene a los cinco policías acusados es la de homicidio doblemente agravado, por haber sido cometido con alevosía y por tratarse de miembros de las fuerzas de seguridad policial en abuso de su función. La pena en expectativa es prisión perpetua.