“Esta acusación pública va a demostrar de manera irrefutable que Pachelo es el responsable del crimen de María Marta”. “Es capaz de matar y mucho más”. “Pachelo odiaba a María Marta”.
Esas fueron, quizás, las tres definiciones más fuerte que el fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari, lanzó durante su alegato de inicio por el asesinato de María Marta García Belsunce, ocurrido el 27 de octubre de 2002 en el country Carmel, de Pilar, que tiene como principal acusado a Pachelo, al que el representante del Ministerio Público definió como “un criminal de raza vinculado al mundo del delito desde la adolescencia” y un “psicópata, narcisista y ludópata empedernido”.
Antes, el fiscal Federico González había sostenido: “Vamos a acreditar que el imputado Pachelo de dedicaba robar emprendimientos inmobiliario, en especial de zona norte”, que “para los atracos utilizaba un conocimiento previo del lugar” y que “la empresa criminal, de la que participaron los otros imputados, Gonzalo Marasco y Tomás Martinez, le reportó a Pachelo, la suma de 120.000.000 de pesos”.
Acto seguido, el abogado Roberto Ribas, principal defensor de Pachelo, sostuvo que su cliente era totalmente inocente del crimen, dado que está probado en el expediente que nunca entró a la casa de la víctima y, en consecuencia, no pudo haber sido autor del homicidio que ocurrió en la planta alta del chalet que García Belsunce compartía con Carlos Carrascosa.
“María Marta García Belsunce murió, pero no a manos de Nicolás Pachelo. Nunca entró en la casa (de la víctima). No lo digo yo, lo dice la investigación. No existen pruebas”, dijo Ribas.