A joven tresarroyense le estalló la aorta: inédita cirugía le salvó la vida
La operación se realizó en el Hospital de alta complejidad El Cruce de Florencio Varela. D esde allí habló el cirujano que encabezó la intervención quirúrgica.
Hace poco menos de un mes Ivana Moreno, una tresarroyense de 27 años, partió con un sombrío pronóstico en un avión sanitario en estado crítico desde Benito Juárez, luego que se le produjera el “estallido de la arteria aorta”. En el Hospital de Alta Complejidad El Cruce de Florencio Varela le salvaron la vida. Eso ocurrió el 15 de junio, pero recién trascendió en las últimas horas, a partir de la evolución que la paciente tiene del posoperatorio, en su domicilio de Tres Arroyos.
La aorta es la arteria más grande del cuerpo, nace del corazón y recorre el tórax y el abdomen. De ella, además nacen todas las arterias del cuerpo. En este caso la paciente padecía una grave dilatación aórtica que involucraba el tórax y el abdomen a esto se lo denomina aneurismas toracabdominales. La ruptura de un aneurisma de estas características reviste una mortalidad del 90% en las primeras horas de producida y de 100% en menos de 48 horas.
Al ingresar al hospital El Cruce, se le realizó una nueva tomografía de tórax y abdomen, un ecocardiograma, se le pasó sangre y se controló la frecuencia cardiaca con una medicación endovenosa, mientras se la preparaba para entrar a quirófano.
El doctor Marcelo Nahin, jefe del servicio de Cirugía Cardiovascular de El Cruce, habló sobre la operación.
“La verdad es que estamos muy contentos con la resolución, Ivana ya está en su casa de Tres Arroyos; está todo bien, se está haciendo sus controles allá, está con rehabilitación física con el kinesiólogo y obviamente en El Cruce estamos todos muy contentos por el resultado de la intervención y por la edad de Ivana, que es una paciente joven de 27 años y que gracias a Dios salió todo bien”, expresó.
Respecto de la intervención quirúrgica dijo que “llegó con una dilatación aneurismática rota de casi nueve centímetros de diámetro y muy extensa en longitud ya que involucraba toda la aorta abdominal, cuyo nombre científico es aneurisma toracoabdominal tipo IV”.
“Hicimos una cirugía excepcional que se realiza en pocas ocasiones. Fue un desafío importante para cirujanos, anestesistas, técnicos, enfermeros y médicos de la recuperación cardiovascular que la cuidaron en el posoperatorio. También fue fundamental el uso de una máquina especial, manejada por un técnico especialista en hemoterapia, denominada ‘recuperador sanguíneo’ que nos permitió aspirar sangre y re infundir inmediatamente los glóbulos rojos”, afirmó el médico oriundo de la ciudad bonaerense de Azul.
“El reto de esta cirugía era que de la cara anterior de la aorta abdominal nacen todas las ramas viscerales y de sus caras laterales las arterias renales. Todas estas ramas se tienen que reimplantar en la prótesis tubular que va a reemplazar la aorta rota. La alta complejidad de esta cirugía se multiplica al infinito al realizarla con la aorta estallada”, precisó.
Según Nahin, “no encontramos bibliografía nacional que indique que esta cirugía se haya realizado en un paciente con la aorta rota”.