Mientras critica el turismo en el exterior, Batakis tiene a su hijo adolescente de viaje en Londres
Es un programa de estudios organizado por su colegio, según corroboró LA NACION; empezó esta semana, justo antes de la queja pública de la ministra por los dólares que se destinan a gastos de argentinos en el extranjero
Silvina Batakis desató un fuerte revuelo político cuando dijo anoche que “el derecho a viajar colisiona o tensiona con el derecho a la generación de puestos de trabajo”. Al cuestionar que los argentinos destinen dólares a gastos en el exterior, la nueva ministra de Economía no mencionó un dato personal: su hijo adolescente se encuentra en estos momentos en Londres, como parte de un viaje grupal de estudios organizado por el colegio privado al que asiste.
Según pudo corroborar LA NACION de tres fuentes independientes, el viaje comenzó esta semana e incluye una agenda de 12 días en la capital británica con actividades culturales, educativas y turísticas.
“El hijo de Silvina Batakis concurre a un colegio que reconoce a los mejores promedios con un viaje de estudio a Inglaterra. El viaje estaba previsto para el año 2020. Y por la pandemia se reprogramó para este año”, respondió una fuente oficial del Ministerio de Economía.
El programa que organiza periódicamente el colegio ORT tiene como finalidad principal profundizar el estudio del inglés. Los alumnos se alojan en un campus de la Universidad de Londres, donde se dictan las clases.
Fuentes de la ORT dijeron a LA NACION que no hacen comentarios sobre sus alumnos, por lo que no confirmaron ni desmintieron la información que había empezado a circular en redes sociales a primera hora de la mañana, en consonancia con la repercusión de las declaraciones de Batakis sobre “el derecho a viajar”.
Sin embargo, fuentes inobjetables que están al tanto de la excursión y sus asistentes lo confirmaron; con esa información LA NACION consultó al Ministerio. Las fuentes aclararon que es un programa que las familias pagan a lo largo de dos años y que no es un viaje de egresados, sino de estudio.
“Cuando uno hace compras en el exterior y esos dólares son los que deberían haber ido al sector productivo, estamos dañando el futuro de todos los argentinos”, había dicho anoche la ministra en una entrevista en el canal TN con el periodista Marcelo Bonelli.
Aclaró que “eso no quiere decir” que vaya “a implementar medidas actualmente”.
Reacciones
Las expresiones sobre “el derecho a viajar” abrieron una fuerte polémica pública. Las agencias de turismo dejaron sentada su preocupación por eventuales medidas que restrinjan la actividad, como sería impedir el uso de las tarjetas de crédito argentinas en el exterior.
La Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (Faevyt) consideró que la frase de Batakis fue “desafortunada y no tiene ningún sustento con la realidad”. Gustavo Hani, presidente de la entidad, dijo: “El turismo emisivo también genera puestos de trabajo en cada rincón del país a través de las más de 5000 agencias de viajes, de los empleados de las aerolíneas aéreas, aseguradoras, etcétera.” La oposición política respondió con duras declaraciones. Los diputados Waldo Wolff, Maximiliano Ferraro y Ricardo López Murphy; el ministro porteño Jorge Macri; el senador Alfredo Cornejo y el exministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay fueron algunos de los que cuestionaron e ironizaron sobre los dichos de la nueva funcionaria.
“Crónica de una película anunciada. La ministra Batakis ahora es sommelier de derechos. Nadie va a invertir un peso en un país gobernado por censores de la libertad, como ustedes. Dementes”, escribió en su cuenta de Twitter el diputado Wollf (Pro).
Con el calificativo “demencial”, también se expresó Jorge Macri: “La culpa de la falta de trabajo la tienen la incompetencia y la irresponsabilidad del Gobierno. No los argentinos. Estas ideas son peligrosas y autoritarias”.
Prat-Gay vinculó los dichos sobre el turismo con los faltantes de papel higiénico: “El derecho a limpiarnos el traste colisiona con el derecho a trabajar. Resulta que nos tenemos que sacrificar y cuando vamos al baño no limpiarnos el traste con papel higiénico para que haya un puesto más de trabajo. Es un absurdo. Y no es que un derecho colisiona con otro, sino que el cepo rompe todo”.