Puñalada de Cavalieri al corazón del oficialismo: "El Gobierno está terminado y el próximo presidente va a ser Macri"
El sindicalismo le está sacando el cuerpo al Gobierno. Si bien la conducción de la CGT asistió al acto del viernes pasado que organizó el Poder Ejecutivo en la sede de la central obrera –algo que parece haber sucedido años atrás, aunque apenas hayan pasado cinco días-, lo hizo presionado y con disconformidad explícita, y hasta último momento se objetó la manera en que se tramitó, pasando por encima de los procedimientos habituales de la dirigencia sindical.
El fin de semana agravó la situación. Tras la renuncia de Martín Guzmán y la asunción de Silvina Batakis, la central sindical evitó pronunciarse al respecto y, mucho menos, brindarle su apoyo. Para la dirigencia argentina, a lo sumo la ministra “bostera” será una “nueva Remes”, encargada de pagar los costos de un ajuste inevitable para una economía que ya ha colapsado y se encamina a los dos dígitos de inflación mensual y arriba del cien por ciento interanual.
La hiperinflación está ahí, desafiante, prácticamente inevitable. Alberto Fernández ha sido vaciado prácticamente de todo poder real, en buena medida por su propia discapacidad.
Armando Cavalieri, histórico barón del Sindicato de Comercio -quien se encuentra en plena competencia por el control de su gremio contra Ramón Muerza-, fue taxativo al momento de afirmar en una reunión con los dirigentes de su sindicato que el “Gobierno está terminado” y que “Mauricio Macri va a ser el próximo presidente”. La declaración cayó como una bomba.
Cavalieri ha sido el nexo de la alianza entre de los "Gordos" de la CGT con los dueños de las empresas más poderosas del país reunidas en la AEA, desde la creación de esta última. Desde los tiempos de la dictadura cívico-militar, siempre coqueteó con los gobiernos de turno más allá de sus signos, y fue uno de los laderos principales de Carlos Menem en las privatizaciones y desregulaciones. A los 88 años, no ha perdido su pragmatismo: sabe muy bien cuándo acercarse y cuándo tomar distancia de un Gobierno, sobre todo cuando advierte señales de que está herido de muerte.
En su entorno aseguran que “si dice que va a ganar Macri es porque maneja esa información por lo que suele conversar con Paolo Rocca y el resto de los jugadores fuertes y tradicionales del empresariado”.
Tanto él como Carlos West Ocampo, otro burócrata, en este caso del gremio de la Sanidad que dirige desde hace tiempo Héctor Daer, insisten en recomendarle a éste último que rompa definitivamente con Alberto Fernández. Cuanto antes lo haga, mejor será para la dirigencia sindical y el movimiento obrero organizado.
En su visión verticalista de la política, Cavalieri asegura que el “verdadero jefe” del PRO es Mauricio Macri, y será –a la postre- quien terminará imponiendo su candidatura cuando la crisis terminal que hará implosionar al Frente de Todos le abra la puerta al “poder real”. Y está seguro de que ese “poder real” se expresa mucho mejor en la figura del ex presidente, que en la de Horacio Rodríguez Larreta.
Convencido de que este Gobierno ha entrado en cuenta regresiva, Cavalieri ya ha avanzado en las negociaciones para que la “reforma laboral” que ha prometido Macri sea la que aceptarían los "Gordos" de la CGT.
Pragmatismo puro. (Nova)