La Argentina de los faltantes: falta gasoil, dólares y… un plan económico
Mientras en el G-7 Alberto Fernández pedía por la paz y el diálogo, en la Argentina hay una guerra política: el peronismo está en una batalla interna. ¿Diálogo? Con Cristina Kirchner no habla desde hace 4 meses. - Por Diego Sehinkman
La interna peronista, donde la jefa peronista del espacio desgasta a su delegado peronista, ahora a un ritmo de una vez por semana, está acelerando una crisis económica que puede terminar muy mal. Con cada acto de Cristina Kirchner, con cada denigración al presidente, se profundiza el vacío de poder y empeora la delicadísima situación que viene de años.
El dólar blue, que cuando asumió Alberto Fernández valía 69 pesos, toca 240. Las restricciones crecen: el Banco Central endureció el cepo y ya faltan productos. Estamos en medio de una devaluación: cuando una fábrica necesita importar un componente y el Central no tiene los dólares para venderle, ese fabricante para no parar la producción va y los compra en el mercado informal. ¿Qué hará inmediatamente? Trasladar a precios el valor de dólar blue. Tu poder de compra se achica. Nos empobrecemos. El país se hace más chiquito, con menos productos y servicios y más caros.
Relatos salvajes de la Argentina
Además de dólares en el Central y de mercadería por el endurecimiento del cepo, falta gasoil. Tanto falta que en un piquete para protestar por la escasez de combustible, unos camioneros que cortaban la ruta terminaron matando a un camionero enfurecido que quería pasar. Relatos salvajes. Violencia horizontal: transportistas contra transportistas. La falta de planificación energética también mata.
En el medio de la crisis económica y para homenajear la muerte de Perón el 1 de julio, la CGT iba a organizar un acto junto a Alberto Fernández. Decimos “iba” porque mientras esta columna era escrita, la central sindical no se ponía de acuerdo en hacer el acto con el presidente.
¿Qué hay en el fondo? No todos los referentes sindicales quieren pegarse tanto a un gobierno con 70, 80 por ciento de inflación. Esa foto que hoy significaría lealtad con el compañero Alberto Fernández, mañana podría costarles muy cara delante de sus representados.
Sea como fuere que se resuelva, por sí o por no, las dudas muestran algo peligroso: que no toda la CGT está dispuesta a apoyar al presidente. Y la CGT es una de las pocas bases de sustentación que le quedan a Alberto Fernández, dado que los gobernadores peronistas no solo adelantarán las elecciones en sus provincias para separarse de la Rosada sino que además ya están alineados con Cristina Kirchner.
Ni hablar de los intendentes de la Provincia. Cristina Kirchner habrá perdido poder y será vulnerable electoralmente, pero sigue siendo la que más mide. Amagan a irse de Egipto, pero no quieren quemarse en el desierto. Eligen padecer a la faraona.
Y hablando de la arquitecta egipcia, Cristina Kirchner hablará el sábado en Ensenada. En un capítulo más del operativo despegue, es posible que vuelva a fustigar a Guzmán y a Alberto Fernández, estabilizando las ideas de su núcleo duro y desestabilizando aún más a la economía y sobre todo al presidente que ella eligió. Ya está en campaña. En la suya, que no necesariamente es la de todos. ¿Proyecto de país? No, proyecto de poder.
Una vez le preguntaron a Borges qué era el teatro y Borges contestó: ese lugar donde los que están sobre el escenario fingen ser quienes no son y donde los que están abajo fingen creerles. El sábado veremos a Cristina Kirchner fingiendo no ser el gobierno. Y a los de abajo a puro aplauso, fingiendo creerle.