Valeria Negrín y Ricardo Salvi: radicales con ambiciones para 2023
A un año del comienzo de las campañas 2023 para la elección de cargos ejecutivos de octubre del año próximo, en las que la ciudadanía deberá primero dirimir en las Paso los candidatos de cada espacio en internas y luego optar por quien desean que sea su próximo intendente, el radicalismo, que hace tiempo viene manifestando que pretende ocupar los cargos más relevantes dentro de la coalición Juntos, también se ha comenzado a mover en Coronel Suárez.
El objetivo, sin dudas, es que un representante del centenario partido sea el candidato de Juntos para la intendencia municipal y pese a que existen desmentidas a media voz, o negativas pero no tanto del interés por la cadidatura, queda claro que los concejales Ricardo salvi y Valeria Negrín, por lo menos, aspiran a representar al radicalismo y eventualmente al espacio opositor para convertirse en el próximo intendente del distrito.
La semana pasada Ricardo Salvi fue consultado sobre esta posibilidad y su negativa sonó forzada y se dejó traslucir que la idea de ser candidato no le desagrada.
En el caso de Valeria Negrín el deseo es más claro, lo ha manifestado con anterioridad y se basa en una mayor experiencia ejecutiva que su compañero ya que durante cuatro años fue la secretaria privada del ex intendente Roberto Palacio, un espacio que sin duda le debe haber brindado una experiencia invalorable.
Por ahora son ellos los dos los aspirantes, pero el radicalismo puede presentar algunos más, sin contar que pasará con Pedro Rodríguez, que por ahora hiberna, pero que no hay que descartar que vuelva a jugar. Y deberá esperarse que pasará con Guillermo Sol, Nerina Neuman; Pablo Martínez, Griselda Rodríguez, entre otros que podrían tener sus anhelos.
Es razonable que quienes participan en política tengan aspiraciones, más allá de la oportunidad o no de las mismas. Quizás sea algo temprano, pero en todos lados se cuecen habas y Suárez no tiene por qué ser distinto.
Lo cierto es que el avispero empieza a moverse y muy pronto seguramente se comiencen a ver movimientos en otros espacios.
En definitiva, algo bueno, del recambio y de la aparición de nuevos candidatos es que se nutre la democracia.
Para más adelante queda otra disyuntiva: ¿qué pasa con la UCR si vuelve a perder la interna como en 2019?