Sociedad 31/05/2022 15:39hs

Puan: la Torre del Milenio, el increíble templo perdido en la pampa

Está construido sobre un cerro que tiene más de 300 metros por sobre el nivel del mar en Puan. Se ideó en 1998 y finalizó en 2010 con una arquitectura única.

Puan: la Torre del Milenio, el increíble templo perdido en la pampa Puan: vista aérea de la torre del milenio
Puan: vista aérea de la torre del milenio
La Torre del Milenio, en Puan
La Torre del Milenio, en Puan
El padre Pascual Di Saverio, conocido de los suarenses con su Iglesia ambulante
El padre Pascual Di Saverio, conocido de los suarenses con su Iglesia ambulante
Puan: la Torre del Milenio, el increíble templo perdido en la pampa

Puan es una localidad ubicada en el suroeste de la Provincia, que tiene cerca de cinco mil habitantes (4.743 según el censo de 2010). Es cabecera del partido homónimo y está atravesada por la Ruta Provincial 76. Entre sus atractivos se encuentra una laguna de setecientas hectáreas que, en el medio, posee una isla que lleva el mismo nombre que el pueblo, el Museo Histórico Ignacio Balvidares y una famosa maltería de cerveza, por la que se realiza la Fiesta Nacional de la Cebada de Cerveza todas las primeras quincenas de enero.

También cuenta con senderos por los que se puede caminar y cabalgar. Uno de ellos es el Camino Pachihuinca que posee un paisaje pintoresco y por el que se llega a dos cerros que se encuentran a ambos lados: el Cerro Grande y el Cerro Chico. Estos finalizan (o empiezan) el Sistema de Sierras de Ventania.


En el 2010 se inauguró el Mirador Millennium de Puan encima del Cerro Grande, ahora también denominado Cerro de La Paz, a tan solo tres kilómetros del centro. Esta construcción de arquitectura única tardó doce años en realizarse. En 1998 surgió la idea, ante la propuesta del Municipio de llevar adelante alguna obra en conmemoración al nuevo siglo. En una asamblea en la que se convocaron a varias comunidades que iban desde deportivas hasta religiosas, se definió que se iba a impulsar este templo que se creó bajo el lema: “signo visible de amor y gratitud de la Comunidad de Puan a Nuestro Señor Jesucristo en los dos mil años de su nacimiento”.

La construcción del mirador y templo tardó varios años porque se hacía gracias a lo recaudado a partir de donaciones de la gente de Puan y localidades cercanas. El Padre Pascual Di Saverio habló con Infocielo y contó: “tenemos unas 500 familias que empezaron poniendo diez pesos mensuales, que eran para el albañil y peón que trabajaban allí”.

Torre del Milenio: cómo es


Es una obra que armoniza con el entorno natural de la zona porque está construido con piedras que fueron extraídas de Puan y alrededores. Tiene una forma circular que va cerrándose mientras se elevan dos rampas caracol paralelas que no se cruzan, por lo que se puede subir por una y bajar por la otra, teniendo otra perspectiva panorámica del paisaje. En la cima hay una cruz de madera ubicada arriba de un reloj de arena de cemento que significa el paso del tiempo. En total, la obra tiene una altura de 20 metros, uno por cada siglo cristiano, y 24 metros de diámetro, uno por cada hora del día.

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Adentro, la iglesia es circular y está rellena de concreto. Cuenta con una Cruz de San Damián pintada por un artista de Pigüé, ciudad que está a poco más de media hora de Puan. Los vecinos dicen que es la cruz de San Damián más grande adentro de una iglesia.

El Cerro de la Paz se encuentra a más de 300 metros sobre el nivel del mar, por lo que, desde la cima del mirador, se pueden admirar los diversos paisajes de la zona: el lago con la isla, los campos, el pueblo y el otro cerro. También, a lo lejos, pueden distinguirse los picos más altos de Sierra Ventana.

La forma está basada en el Pozo de San Patricio ubicado el Orvieto, Italia. El Padre Pascual recuerda que le presentó fotos diseccionadas de este pozo a los arquitectos: “me dijeron que era imposible, pero les mostré como ejemplo una lata de Coca-Cola y le pegué dos cintas de diferentes colores como los caminos, y lo aceptaron”.

Al templo lo completan la gruta de la Virgen de Lourdes, que fue hecha antes que el Millennium, un jardín de las naciones que está compuesto por plantas de distintos lugares y una cascada artificial que cae sobre una fuente en la entrada del complejo.

En las noches, el templo se ilumina y los viajeros que vienen por aquel camino, desde Dorregueira, Bordenave, Goyena, u otras localidades de la zona, se sorprenden ante la obra elevada y brillando en medio de la profunda oscuridad de los campos que se encuentran a su alrededor.

La obra del Padre Pascual


Esta obra logró realizarse gracias al Padre Pascual, quien fue promotor del templo, y a la Comisión Comunitaria Pro Millennium Puan. Lucy Savizky es la presidenta de esta comisión, y le contó a Infocielo la importancia que tiene para la zona: “hoy es el hito abierto y convocante, no solamente para la espiritualidad, sino para el esparcimiento, que nos identifica”.

En ese sentido, cuenta que es una pieza única de arquitectura que resume, en sus líneas esenciales, toda la civilización. Se ven reflejadas las construcciones mesopotámicas, mesoamericanas e “incluso un fortín que se encontraba en ese lugar que tenía forma circular”, cuenta Lucy.

La idea comenzó en 1998 y pensaba llevarse a cabo para el 2000, para conmemorar el nacimiento de Jesucristo, pero el trabajo fue tan grande que les costó diez años más de obra. Lucy recuerda que el Papa Juan Pablo II y los obispos habían sugerido hacer obras visibles y significativas para la posteridad y “ese fue el espíritu para realizarlo”.

Finalmente, el 24 de octubre del 2010 el Templo Mirador Millennium se inauguró en un evento al que asistieron autoridades locales, políticos de la zona y el Nuncio Apostólico de aquel momento, monseñor Adriano Bernardini.

Estuvieron tres meses preparando los eventos que duraron tres fines de semana. El Padre cuenta que “las mañanas estuvieron frescas, pero las tardes eran lindas y vino mucha gente”. La comisión tenía previsto finalizar una vez hecha la obra, pero el Padre Pascual insistió en que continúen de forma abierta y voluntaria, por lo que aún permanecen realizando sus labores y ayudando al templo.

El Padre Pascual Di Saverio llegó a Argentina a comienzos de los setenta, desde Italia. Estaba estipulado que se quede durante tres años, pero “ya van llegando a los 50”, cuenta hoy, con más de 80 años.

Arribó a Puan para impulsar la Asociación de la Guardia de Honor del Inmaculado Corazón de María, de origen alemán. “Vinimos 2 hermanos aquí, desde Bahía Blanca y Tandil, y empezó el Centro Mariano con una construcción de un pequeño santuario, inaugurado en 1982”, dice.

Se eligió está localidad por encontrarse cerca de la Patagonia y es un lugar pequeño y cerrado. Además, se instalaron en los cerros que “son la parte más linda de la ciudad”, afirma y agrega: “Puan tiene todo lo que tiene Argentina en tres kilómetros: tenés agua con la laguna y una isla, el pueblo que descansa a sus orillas; tenés cerros, una parte histórica y arquitectónica. Siempre digo que si querés conocer Argentina, vení a Puan”.

Él fue quien ideó la construcción del templo. Mientras terminaban de hacerlo, estaban viendo dónde podían realizar la cascada y de dónde iban a sacar el agua. Los ingenieros que habían ido, tenían que evaluar los suelos, ya que iban a tener que perforar muy profundo un suelo que estaba repleto de piedras. Parecía una misión imposible. Pero el Padre Pascual tomó una piedra, empezó a caminar y a rezar un padre nuestro. Entonces advirtió “donde cae la piedra vamos a perforar”, y la lanzó. Cuando vino el equipo de trabajo, encontraron el agua sin cruzarse con ninguna plancha de piedra.

Luego de hacer los estudios pertinentes, también pudieron constatar que el agua era potable. Lucy dice que el agua es bendita por la forma en que el padre logró dar con ella. Además, el padre tiene la particularidad de tener una capilla móvil, con la que ha ido hasta Mar del Plata durante el verano, a llevar la palabra de Dios a los turistas. También ha estado en Tandil y en más lugares de la Provincia.

Del otro lado del Camino Pachihuinca se encuentra el otro cerro, ahora denominado Cerro de la Fé, donde está el Monasterio Santa Clara y vive una comunidad de Hermanas de Clausura. También está la Porciúncula, una réplica de la Capilla de San Francisco en Asís, Umbria, Italia, que se puede visitar.

El mirador del milenio estaba siempre abierto para los visitantes, y los fines de semana se podía ingresar al templo. Además, los domingos se rezaba el Santo Rosario, pero por el aislamiento se suspendieron todas las actividades. Este año se cumplen diez años de su inauguración el 24 de octubre, y tenían pensado realizar una celebración, aunque ahora, la organización está frenada.

 

 

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