Estatuas con dientes reales, cadáveres apilados y puertas de fuego: 10 lugares de terror que deben evitar los miedosos

Serpientes súper venenosas, catacumbas subterráneas, esculturas espectrales y la puerta al infierno, en un recorrido no apto para miedosos.
  • El finlandés Veijo Rönkkönen creó un lúgubre jardín con más de 300 esculturas, muchas de ellas con dientes humanos verdaderos El finlandés Veijo Rönkkönen creó un lúgubre jardín con más de 300 esculturas, muchas de ellas con dientes humanos verdaderos
  • La isla de las muñecas en Mexico esconde juguetes que generan mucho miedo. La isla de las muñecas en Mexico esconde juguetes que generan mucho miedo.
  • El hospital de Beelitz-Heilstätten, en Berlín. El hospital de Beelitz-Heilstätten, en Berlín.
  • En las catacumbas de Palermo, en Italia, hay unos 8.000 cuerpos encimados. En las catacumbas de Palermo, en Italia, hay unos 8.000 cuerpos encimados.
  • El pozo de Darvaza que quema metano desde hace medio siglo es conocido como la Puerta al Infierno de Turkmenistan . El pozo de Darvaza que quema metano desde hace medio siglo es conocido como la Puerta al Infierno de Turkmenistan .
  • El bosque de los suicidios, al pie del Monte Fuji, en Japón. Foto Shutterstock. El bosque de los suicidios, al pie del Monte Fuji, en Japón. Foto Shutterstock.
  • El osario de Sedlec, en República Checa, contiene más de 40.000 restos humanos. El osario de Sedlec, en República Checa, contiene más de 40.000 restos humanos.
  • Las ruinas de Centralia, en Pennsylvania. Los carteles en el suelo alejan a los visitantes más osados. Las ruinas de Centralia, en Pennsylvania. Los carteles en el suelo alejan a los visitantes más osados.
  • Parque de esculturas de Veijo Rönkkönenen, en Finlandia, es una invitación para no ir. Parque de esculturas de Veijo Rönkkönenen, en Finlandia, es una invitación para no ir.
  • El parque Haw Par, en Singapur. El parque Haw Par, en Singapur.
  • La isla de Queimada Grande está a menos de 150 kilómetros de las playas de San Pablo, Brasil. La isla de Queimada Grande está a menos de 150 kilómetros de las playas de San Pablo, Brasil.
  • Esta especie de víbora es endémica de la Isla de Queimada Grande Esta especie de víbora es endémica de la Isla de Queimada Grande

Carreteras oscuras, mansiones con juguetes espantosos, valles mortales, agujeros de fuego en medio de la tierra, cementerios subterráneas, hospitales abandonados con fantasmas o bosque donde la gente va a suicidarse... El mundo da para todo, y sobre gustos no hay nada escrito. Hay destinos alrededor del Planeta para hacer turismo y conocer que solo están reservados para los amantes del terror que son capaces de superar los peores miedos. El resto, abstenerse.

or tal motivo, aquellos que ya quieran adelantarse a planificar unas vacaciones más terroríficas que tranquilas pueden tomar nota de algunos lugares capaces de estremecer al más valiente. Estos son los 10 sitios turísticos más aterradores del mundo.


La Isla de las Muñecas


Esta chinampa (especie de isla artificial) que luce como un set de película de terror era el lugar de residencia de Julián Santa Barrera, en Xohimilco, Ciudad de México,

 quien solía coleccionar y exhibía juguetes con la intención de protegerse de malos espíritus, luego de que hallara el cadáver de una niña en un canal cercano. Los audaces pueden alquilar un bote, tratar de convencer al conductor de realizar una visita y observar el lugar desde la seguridad del agua y la distancia.

 

El hospital de Hitler

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El Hospital Beelitz-Heilstätten Beelitz, en Alemania, fue entre 1898 y 1930 el complejo fue un sanatorio para tuberculosos, y recibió también a víctimas del gas mostaza y las ametralladoras durante la Primera Guerra Mundial, incluyendo a un joven soldado llamado Adolf Hitler, herido en una pierna. En la Segunda Guerra pasó a ser centro de atención de soldados nazis, y más tarde, hospital militar soviético.

Hoy, sólo algunas salas se usan como centro de rehabilitación neurológica, pero la mayor parte del complejo está abandonada y luce atemorizante. Las salas de cirugía y psiquiatría se vinieron abajo y dieron lugar al trabajo de la naturaleza y los vándalos, y el resultado es un escenario digno de American Horror Story.

 

Las catacumbas de Palermo


A fines del siglo XVI, el cementerio del monasterio Capuchino de Palermo, en Sicilia, Italia, estaba sobrepoblado. Entonces se cavaron criptas subterráneas para ampliar el espacio. Inicialmente alojaba sólo los restos de religiosos -el fraile Silvestro da Gubbio fue el primero, en 1599-, pero ni bien se hizo público el proceso de momificación que atravesaban los cuerpos debido a las condiciones del lugar, se volvió un símbolo de status dormir allí el sueño eterno, ataviado con las mejores ropas.

Las tumbas subterráneas contienen 8.000 cuerpos en distintos pasillos, incluyendo uno de figuras religiosas, otro de profesionales, otro de niños y hasta uno de vírgenes. Se exhiben como en un museo, vestidos de punta en blanco y en grotescas posturas, como si estuvieran vivos.


La puerta del Infierno


En 1971, científicos soviéticos que buscaban petróleo y accidentalmente golpearon una reserva de metano y la plataforma de perforación colapsó, creando un cráter de más de 70 metros de diámetro que comenzó a liberar peligrosos gases. Entonces prendieron fuego el cráter para quemar el metano, lo que dio lugar a esta escena que permanece así desde hace casi medio siglo, en medio del desierto de Karakorum.

Es fácil entender porqué la gente del lugar lo bautizó como “Puerta al infierno”. Y también por qué el gobierno de Turkmenistan lo usó durante años como destino turístico. Sin embargo, meses atrás sus autoridades informaron la intención de esa república de iniciar un proceso de sellado para evitar la polución y el peligro latente que implica el lugar.

 

El bosque de los suicidios


Aunque de apariencia serena, el bosque de Aokigahara, a los pies del emblemático monte Fuji de japón, es conocido como “el bosque de los suicidios” porque es el segundo lugar más elegido del mundo para quitarse la vida (luego del puente Golden Gate, en San Francisco).

Algunos hablan de demonios de la mitología japonesa, otros señalan la densidad de árboles, que amortigua los sonidos y hace muy fácil perderse (de hecho, muchos caminantes marcan sus pasos con cintas o hilos, para encontrar el camino de regreso), y algunos hasta “acusan” a la novela de Seicho Matsumoto “Nami no Tou” (Torre de olas), que culmina con la heroína adentrándose aquí para quitarse la vida. Lo cierto es que las ropas y cartas desparramadas por el laberíntico bosque le dan un aspecto terrorífico parecido al de “Blair Witch Project”, que pone los pelos de punta.

 

El macabro osario de Sedlec


Bajo la Iglesia de Todos los Santos de Kutná Hora, en República Checa, hay una pequeña capilla famosa por su macabra decoración. La historia comenzó a principios del siglo XIV, cuando un abad del monasterio de Sedlec trajo tierra sagrada de Jerusalén y la esparció en el cementerio, lo que hizo que mucha gente quisiera ser enterrada allí.

Por la sobrepoblación, los cuerpos más antiguos fueron desenterrados para dar lugar a los nuevos, y los abades encargaron al tallador František Rint que organizara la colección de más de 40 mil restos humanos desenterrados de una forma que impresionara, y así lo hizo: las estructuras óseas incluyen cuatro candelabros, una cresta familiar y varias serpentinas, aunque la más vistosa es el gran candelabro con prácticamente todos los huesos del cuerpo humano (más unos querubines que asustan).


Centralia, el misterio caliente de Estados Unidos


Desde fines del siglo XIX hasta la década de 1960, Centralia era un pintoresco y bullicioso pueblo de Pennsylvania, Estados Unidos, que vivía de las prósperas minas subterráneas de carbón.

En 1962, un incendio que se desató en una mina se expandió rápidamente por los túneles, pero los ciudadanos no se preocuparon realmente hasta dos incidentes que ocurrieron años más tarde: temperaturas excepcionalmente altas en la gasolina de los tanques subterráneos de una estación de servicio, y en 1981, un joven casi cae a un pozo de más de 30 metros que se abrió de pronto en su jardín trasero. Entonces la población decayó drásticamente, dejando edificios derruidos, veredas destrozadas, la ruta 61 con pozos y graffitis y ocasionales columnas de humo que salen de los fuegos subterráneos que, creen los científicos, seguirán ardiendo por los próximos 250 años.

 

Esculturas con dientes humanos en Finlandia


Veijo Rönkkönen fue unos los más famosos artistas folk contemporáneos de Finlandia, pero también un solitario que se rehusaba a exhibir sus obras en espacios públicos. Creó una colección de casi 500 figuras de concreto en el jardín de su casa, en Parikkala, y las mayores de ellas conforman un grupo de casi 200 estatuas en distintas posiciones de yoga.

Varias de ellas, como una monja al acecho detrás de los arbustos hasta un hombre envuelto con largos brazos extendidos, son espeluznantes. Malévolas sonrisas (con dientes humanos reales) y ojos negros hundidos hacen realidad ese dicho de “nunca volver a dormir en paz”.


El tenebroso Villa Haw Par

Este parque temático de 77 años en Singapur es todo lo opuesto a Disneylandia. Su colorida entrada de arcos chinos engaña: el interior está poblado por más de 1.000 estatuas, cada una más extraña que la anterior (sí, hay algunas aún más raras que la de una cabeza humana sobre un cangrejo gigante).

Representan figuras importantes y escenas de folclore chino, pero es imposible no sentirse perturbado por las sonrisas macabras y las criaturas surrealistas, incluso antes de llegar a los Diez Tribunales del Infierno: concebido como una manera de enseñar a los niños lecciones de moral, este espacio exhibe dioramas que retratan severos modos de castigo acompañados por un cartel que explica el pecado cometido: personas cortadas al medio por una sierra gigante (por “mal uso de los libros”), desmembradas (por hacer trampa en los exámenes) o arrojadas a una colina de cuchillos (por prestar dinero a tasas de interés exorbitantes).

 

Las serpientes venenosas de Isla Quemada


A unos 140 kilómetros de la costa del estado de San Pablo, en Brasil, Ilha de Queimada Grande es también conocida como “Isla de las serpientes” por la gran población de una de las serpientes más venenosas del mundo, la serpiente de la Isla Quemada.

Se dice que hay entre una y cinco por metro cuadrado, y aunque estos ofidios existen en todo el país, en la isla evolucionaron de manera distinta. Por ejemplo aprendieron a cazar desde las copas de los árboles y a atacar a las aves en pleno vuelo, y su veneno se tornó cinco veces más poderoso que el de sus pares del continente, por lo que es capaz de matar a sus presas al instante y hasta disolver la carne humana. Debido a ello, el gobierno brasileño prohíbe las visitas a la isla aunque el turismo ilegal crece día a día.

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