La vuelta de Amado Boudou al lado de Cristina Kirchner, la otra mala novedad para Alberto Fernández y Sergio Massa
La vuelta de la antigua Cristina Fernández de Kirchner está dejando en evidencia no sólo que el Frente de Todos ya no existirá más como fue concebido sino que su propio sistema de alianzas será reconfigurado hacia sectores más afines a un capitalismo estatista.
Amado Boudou volvió al Senado de la Nación y dejó en claro un nuevo giro de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner a su siempre imprevisible política personal, en la que ahora se concentra en sus viejos funcionarios que produjeron los peores escándalos ante la opinión pública y se aleja cada vez más de la teoría original del Frente de Todos sobre "volver mejores".
La excusa en esta ocasión fue el décimo aniversario de la sanción de la ley que le garantizaba nuevos y permanentes derechos a las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans a través de la Ley de Identidad de Género. Pero Boudou había vuelto el viernes, en Chaco, cuando la vicepresidenta defendió las políticas transformadoras que ella había impulsado cuando estatizaron los fondos de las AFJP, proyecto que estuvo a cargo del entonces jefe de la Anses, luego ministro de Economía y, finalmente, vicegobernador de la ya viuda candidata presidencial de 2011.
Esta radicalización del discurso de Cristina Fernández de Kirchner pone nuevas condiciones al ya roto Frente de Todos y remarca un cambio de rumbo en el que se privilegiará concentrarse en el público preferido por el kirchnerismo cristinista más proclive al capitalismo de amigos o regido por dictadores tal el caso de China o Rusia. "Falta que mañana tengamos que sacarlo a Katopodis (Gabriel) para levantarlos a Julio De Vido y José López", ironizó un diputado al que la presencia de Boudou por sus pasillos no le gustó nada.
La reivindicación que promueve la vicepresidenta sobre sus presidencias tiene como único objetivo contrastar con las políticas económicas y los resultados que supuestamente alcanzaron en su momento contra los que hoy proponen Martín Guzmán y el presidente Fernández. De hecho, en estos días, sobresalen proyectos para aumentar salarios, incorporar personas al sistema de jubilación que nunca aportaron u otros por el estilo.
Fue por eso que ayer Fernández, en su último discurso antes de irse a Europa, dejó en claro que nunca dejó de decir las cosas, no ocultó las cifras de la inflación ni las de desempleo. La alusión directa fue para la vice, que eligió eliminar los datos del Indec a través de Guillermo Moreno y para el ahora gobernador Axel Kicillof, quien en su época de ministro de Economía de CFK prefería no medir la pobreza para "no estigmatizar".
Sin embargo, quien peor se debe sentir con esta nueva vieja Cristina Fernández de Kirchner es Sergio Massa. El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación venía trabajando sigilosamente, y no tanto, para ser el futuro candidato presidencial del frente gobernante con el apoyo del kirchnerismo duro representado por La Cámpora de Máximo Kirchner.
Boudou y Massa eran amigos y provenían desde el mismo rincón de la política, el primer liberalismo de Álvaro Alsogaray a través de la Ucede. Por eso es que el exvicepresidente lo sucedió al frente del Anses cuando Massa partió para la intendencia de Tigre, primero, y la jefatura de Gabinete, en 2009. Fue al poco tiempo que dejó de ser "Amado" para Sergio al no tenerlo más como referencia política y elegir ser el nuevo pupilo de la entonces presidenta y su esposo, Néstor, con el que decidió la expropiación de las AFJP y, más tarde, lo que sucedió con Ciccone Calcográfica.
Los amigos de Boudou hoy reconocen que el "perdón" de la vicepresidenta tiene que ver con todo este proceso. Porque, como sucede en otros ámbitos de la vida, y ya lo decía Juan Domingo Perón en su libro Comunidad Organizada, "nadie se realiza en soledad". Traducido. Era imposible que el entonces ministro de Economía, antes de ser vicepresidente, pudiera hacer lo que hizo sin la venia, el apoyo y acompañamiento del creador del kirchnerismo.
Inexorablemente, si subsiste el Frente de Todos, habrá varios contendientes en las PASO que el año pasado, tras la derrota de la elección legislativa, anunciara Alberto Fernández. El presidente querrá presentarse, lo cual sería un desastre porque es imposible que el presidente se vea discutido ya, directamente, en una contienda electoral. Y Massa, a quien la vuelta de Boudou no lo sorprendió porque ya le habían avisado, seguramente se presentará en esa competencia.