El escenario político de Río Negro está supeditado a las internas en los tres espacios competitivos. La mayor cuota de poder está en manos de Juntos Somos Río Negro, la agrupación provincial creada a imagen y semejanza del Movimiento Popular Neuquino a instancias del exgobernador y actual senador Alberto Wereltineck después del fallecimiento de Carlos Soria, el hombre fuerte del PJ, a pocos días de llegar a la Gobernación.
El senador de origen frepasista es un verdadero pragmático que sólo busca mantener el poder en su provincia. Luego de dos mandatos consecutivos tuvo que ceder la candidatura y eligió a la que mejor medía y consideraba más fiel: Arabela Carreras. Como suele ocurrir en estas instancias en la política nativa, la nueva gobernadora quiso tener autonomía plena y Wereltineck no aceptaba ser “un títere” y comenzó a construir su imagen para buscar la reelección, objetivo que también persigue el creador de JSRN.
No sólo empezaron a generar chispas entre ambos, sino que además decidieron inmiscuirse en la interna nacional del Frente de Todos. La gobernadora supo construir una relación muy buena con el presidente Alberto Fernández, mientras que Weretilneck aprovechó su llegada al Senado y hacer cotizar su voto en las negociaciones con los allegados a Cristina Fernández de Kirchner. Incluso, ya anticipó su decisión de apoyar el polémico proyecto K de ampliar el número de miembros de la Corte Suprema, anunció que no caya nadie bien en la Casa de Gobierno rionegrina.
Carreras intentará apalancar su intentó de reelección sobre los buenos números que tiene su gestión, en cambio su antecesor quiere jugar una movida más audaz para volver a ser gobernador. Su estrategia apunta a lograr que el referente camporista local, el senador Martín Doñate, elegido recientemente y en forma polémica por Cristina como representante en el Consejo de la Magistratura se sume a una alianza electoral al oficialismo local. Martín Soria, ministro de Justicia y enemigo acérrimo de Doñate se opone a esa idea.
Pero ya nos varios los intendentes y referentes de JSRN que se inclinan por armar un gran frente provincial para evitar que “la derecha termine gobernando Río Negro”. El intento de demonización es contra el jefe del PRO local, el diputado Aníbal Tortoriello, que tiene serias chances de ser el candidato de Juntos por el Cambio el año próximo, pese a las resistencias de grupos radicales por su perfil de “halcón” más cercano a Mauricio Macri y Patricia Bullrich.
“Weretilneck es capaz de todo con tal de seguir siendo el jefe con poder y por eso no le desagrada esa alianza electoral contra la derecha, si le sale bien la deja a Carreras derrotado y saca definitivamente de la cancha a Soria, es un peligro para la alternancia en la provincia, pero él se cree parte de la familia Sapag y sigue a pie juntillas el pragmatismo del MPN para ser invencibles en su territorio”, dice a MDZ un dirigente del oficialismo local.