Un grupo de socios históricos del club barrial "El Ñandú", de Hurlingham , denuncia que La Cámpora y funcionarios del gobierno municipal del intendente Damián Selci quieren desplazarlos para retomar el control de esa sociedad de fomento que, durante casi diez años, mantuvieron bajo su órbita y ahora ellos están intentando "sacar a flote".
Según cuentan los integrantes de la "Comisión Regularizadora", una iniciativa espontánea que intenta "recuperar el club para el barrio"; en los últimos días hasta un intento de cambiar la cerradura de la sede ubicada en la calle Juramento al 1100, en Villa Tesei, para impedirles la entrada al lugar.
"Todo -sostienen- con la excusa de una intervención municipal e incurriendo en varias irregularidades". Por eso, se turnan para custodiar la sede. Aseguran que tras cuatro días de "acuartelamiento" ni el Intendente ni nadie les da una respuesta a sus reclamos. Y amenazan con ir a encadenarse en el frente de la Municipalidad si en los próximos días no se despeja la situación y les dan tranquilidad.
Según relatan, la guardia permanente arrancó cuando el lunes 2 de mayo a las 4 de la mañana empezaron a llegar móviles de la policía y la Comuna al club. Algunos socios, luego de ser alertados, se acercaron en plena noche a preguntarles a los policías qué pasaban.
“Les decían que La Cámpora los había mandado para impedir que entrara gente a la sociedad de fomento”, aseguran.
Y dan más detalles. "En un primer momento bloqueó eran sólo dos patrulleros. A las horas terminaron siendo cinco móviles que venían con una sola intención: cambiar la para que no pudieran entrar nadie", explican. Ante esa "amenaza", decidir en el momento quedarse en el lugar.
Para certificarlo, subieron a las redes sociales varios videos que muestran algunos móviles estacionados en la puerta de El Ñandú.
Según sostiene el grupo de socios que se turna para que el club nunca quede vacío, la Municipalidad no tiene potestad para intervenir la sociedad de fomento ni mucho menos para cambiar la cerradura. Y repiten que todas las cuestiones relativas a la personería jurídica de la entidad dependen del Ministerio de Justicia de la Provincia.
Los vecinos cuentan que están intentando recuperar del abandono a la entidad, que según se describió hace tiempo muy descubierto, pese a que como la mayoría de este tipo de asociaciones barriales reciben subsidios del Estado.
Para certificarlo, en paralelo a la ocupación permanente que llevan adelante subieron a las redes videos en los que muestran el estado de algunas instalaciones de El Ñandú.
Alli describen que la sede no tiene gas, la mampostería se ve dañada, y hay cables pelados.
Según ellos, es el resultado de casi una década -desde 2012- del club bajo la influencia de la organización política kirchnerista que actualmente controla el Municipio, tras el pedido de licencia como intendente del actual ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta.
Libros y rendiciones de cuentas
Además de que les reconozcan sus derechos sobre el club, otro de los reclamos de los socios es la devolución inmediata de los libros de balance y memoria para que la comisión reguladora pueda seguir asociando vecinos a la institución, y llevar adelante las tareas de refacciones del lugar. Son imprescindibles para sostener la ayuda económica que recibe el club.
Segun señalan, esos documentos estan en poder del Director de Entidades del municipio, Lucas Fernández. Lo entienden como otro elemento de presión para desplazarlos: sin esa herramienta, aseguran, no pueden gestionar la institución y sacarla adelante.
En los videos que subieron a las redes, responsabilizan de la situación del club al vicejefe de Gabinete y ex concejal Miguel Quintero y también al concejal Fernando Montiel y a Julio Chávez, vecino que estuvo a cargo de la institución en los últimos años.
Por estos días, intenté hacer pública la situación, porque temen ser reprimidos o desalojados violentamente por la policía y agentes del Centro Integral de Prevención municipal.
Segun explican desde el lugar, en el club "no presentaban una memoria y balance desde 2019".
"Eso nos hace sospechar que dibujan los números de lo que le corresponde al club en el subsidio, una ayuda que al día de hoy, no hemos recibido más", detallan.
Fueron esas irregularidades y sospechas las que convocaron a un grupo de vecinos del barrio, algunos de ellos hijos y nietos de los fundadores de El Ñandú, a crear la "Comisión Normalizadora".
?Su objetivo principal es lograr que los vecinos de la zona vuelvan a asociarse y usar el lugar, porque según dicen, "poco a poco les fueron quitando el club". Después, poder llamar a elecciones para que ellos decidan quién conduce la entidad.
"Para qué vas a tener una Sociedad de Fomento en el barrio sin socios. Pero a la comisión anterior eso ni le interesaba", sostiene el grupo que habla de "normalizar" el club.
Ya presentaron notas en distintos ámbitos de la Comuna, dirigidas a los responsables de la incautación de los documentos de la institución, dando un plazo de respuesta de 48 horas. "Lleva la firma de la comisión regularizadora completa", aclaran.
Advierten que si transcurrido el plazo no obtienen los documentos, harán denuncias penales a estos funcionarios por "incumplimiento del deber como funcionario público".
"Si es necesario, nos vamos a encadenar en la puerta de la Municipalidad hasta que nos devuelvan lo que es nuestro", advierten. Y agregan, "Hacemos responsables a Quintero, Montiel y Fernandez de lo que pase aquí adentro".