Cuántas personas cambiaron su género en el DNI en los últimos 10 años
Un total de 12.655 personas residentes en la Argentina rectificaron su identidad de género en el DNI conforme a la Ley 26.743, desde su promulgación el 23 de mayo de 2012 hasta el 31 de marzo pasado; según un informe elaborado por la Dirección Nacional de Población del Registro Nacional de las Personas (Renaper), dependiente del Ministerio del Interior. En lo que va de año, se realizaron 661 trámites de cambio de género.
La normativa reconoce el derecho a la identidad de género y su rectificación registral del género, el nombre de pila o imagen, y otorga el derecho a ser identificadas de acuerdo a la identidad autopercibida, a las personas ciudadanas argentinas mayores de 18 años y, a las menores de edad a través de un representante legal.
A casi diez años de la promulgación de la ley, actualmente hay 12.320 personas con esa rectificación en su DNI, ya que fallecieron 335. De ellas, el 62% optó por la categoría mujer y el 35% por la de varón.
El 3% restante optó por la categoría “X”, no binario, a través del decreto 476/2021, sancionado en julio pasado, que reconoce identidades por fuera del sistema binario hombre y mujer en los sistemas de registro e identificación de las personas. La Argentina fue el primer país de la región en sancionar esta norma y en el primer trimestre de 2022, se realizaron 136 cambios, que en total suman 354.
Las personas que cambiaron su identidad de género en el DNI son en su mayoría jóvenes adultas y tienen un promedio de 33 años, aunque la mitad es menor de 31 y un 4,26% son menores de edad.
El promedio de edad con la que se solicitó el cambio de identidad de género en el registro nacional es de 28 años y el 55% realizó el trámite entre los 18 y 29. Se observó que las personas que hicieron la rectificación por el género varón fue a edades más tempranas, siendo el 16% menores de edad; mientras que aquellas identificadas con el género mujer el 2,76% era menor de 18 años y el 7,57% de las que optaron por el género no binario.
Fuente: La Nación