Micaela Noemí Colque, de 25 años, fue condenada a perpetua por dejar morir de hambre a su hija de dos años, a quien abandonó y encerró durante dos días. El fallo fue dictado por la Sala II del Tribunal de Juicio de Salta.
El caso se descubrió en junio del año pasado, cuando la nena llegó sin vida a un centro de salud de la capital salteña, con signos de maltrato infantil.
Durante sus alegatos, la fiscal penal 2 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Verónica Simesen de Bielke, había solicitado pena de prisión perpetua contra Colque.
En su exposición, la fiscal se explayó sobre los testimonios vertidos durante la audiencia y puntualmente los de los profesionales médicos que intervinieron y dejaron plasmado el estado de desnutrición severo y signos evidentes de malos tratos que sufría la menor.
La defensora de Colque había solicitado que su representada fuera condenada a la pena de 12 años de prisión efectiva, como autora del delito de abandono de persona seguido de muerte agravado por el vínculo.
En tanto, la acusada solicitó declarar ante los jueces, pero no aceptó responder preguntas, y en ese marco dio su versión de lo ocurrido, tras lo que aseguró estar arrepentida de no haber cuidado bien a su hija.
El juicio se desarrolló en la Sala de Grandes Juicios del Poder Judicial de Salta, y los jueces que tuvieron a su cargo la audiencia de debate fueron Ángel Amadeo Longarte, Gabriela González y Pablo Farah.
Los hechos ocurrieron el 21 de junio del año pasado, cuando la acusada llegó al centro de salud del barrio San Francisco Solano, de la capital salteña, con su hija en los brazos, que no presentaba signos vitales y en cambio tenía notorias lesiones en el rostro.
En ese momento, la imputada le manifestó al personal de la salita que había ido a visitar a una amiga y había dejado a su hija sola, tomando yogurt y comiendo galletitas, pero cuando regresó la encontró ahogada.
En la requisitoria fiscal de elevación a juicio se dio por acreditado que Colque dejó a su hija de dos años sola durante dos días, en su domicilio de barrio San Francisco Solano, y cuando regresó a su casa, al advertir que la niña no respiraba, la llevó al centro de salud y adujo que se había ahogado mientras consumía yogurt y galletas.
El personal médico le realizó maniobras de reanimación, pero la niña ya no tenía signos vitales y presentaba una temperatura corporal baja, a la vez que pudieron observar a simple vista que tenía signos de golpes y escoriaciones en la cara.
Además, la pequeña presentaba un avanzado estado de desnutrición y deshidratación, y múltiples heridas contusas en todo el cuerpo.
La mujer, inicialmente, estuvo imputada por el delito de abandono de persona seguido de muerte, pero luego, con los elementos de convicción reunidos, se agravó la acusación.
La decisión de Simesen de Bielke de agravar la acusación contra la joven, obedeció a que, del desarrollo de las tareas investigativas, surgió que la acusada dejó a la niña de tan solo dos años sola en su vivienda desde el domingo 20 de junio de 2020 hasta el hasta el lunes 21 en horas de la noche, cuando presuntamente regresó a su domicilio.
Esas circunstancias le permitieron sostener a la fiscal que la acusada debió representarse el resultado luctuoso al dejar a una niña sola, encerrada en una habitación, durante dos días consecutivos sin ninguna posibilidad de asistencia.