Es imposible identificar todos los daños que ha causado la pandemia en la sociedad, ya sean de salud, económicos, sociales o psicológicos, pero lo que si sabemos es que tuvo muchos efectos secundarios por fuera de los que se pudieron experimentar en primera instancia.
Si bien la mayoría de la gente ya quiere avanzar con su vida, y dejar a la pandemia del covid como una mala experiencia que ya pasó, hay muchas personas que sufren con esta vuelta a la normalidad, por diferentes razones.
Una de estas es la del síndrome de la cara vacía. Esta fobia tiene un nombre bastante explícito, que deja claro el problema y como se relaciona con la disminución del uso del barbijo.
El origen de esta fobia puede tener dos motivos: el miedo a contagiarse, que sigue estando latente en muchos ciudadanos de la sociedad, así como la inseguridad que se puede generar por el miedo de volver a mostrarse con la cara descubierta. Este síndrome es común mayormente en los adolescentes, aquellos que más sufrieron los cambios sociales de la pandemia, ya que sus cerebros todavía están desarrollándose, además de que nunca conocieron a la sociedad sin barbijos mientras ellos tenían conciencia.
Este síndrome puede ser contradictorio, por la cantidad de personas que están esperando que se vuelva a la antigua normalidad, en la que se pueda andar libremente por la calle sin la necesidad de utilizar barbijo. Pero la realidad es que este tipo de sentimientos no se puede controlar para las personas que los sufren, por eso se resisten a los cambios.
Consejos de los expertos
Aunque estas sensaciones no se pueden eliminar por completo, existen ciertas medidas que se pueden tomar para ir minimizando esa sensación tan extraña que golpea en el terreno psicológico.
El primer consejo es retirar el barbijo progresivamente, no de golpe, como ocurrió con la mayoría de las personas al momento en el que se fueron flexibilizando las medidas contra el covid. Esto hará que aquellos que sufran esto entiendan que son aceptados tanto con el barbijo como sin él, y que este no forma parte de su personalidad a pesar de que lo hayan visto constantemente desde hace dos años.
Otra recomendación es listar las situaciones en las que la persona no se siente cómoda al mostrar la cara sin el tapabocas. Cómo fue común durante estos dos años, todos nos acostumbramos a mostrarnos en la calle o en lugares cerrados con este tapabocas, por lo que es lógico que ahora sea complicado volver a la vieja normalidad. El objetivo es combatir las inseguridades una a una.
Otro ejercicio que se puede hacer es colocar los pensamientos irracionales para darse cuente que, más allá del obstáculo que pueda suponer a nivel físico, lo es también emocional, ya que no permite ver con claridad las reacciones o gestos del que tenemos delante.
Esta fobia no suele atender a ninguna causa lógica, por eso se debe ver principalmente los beneficios que conlleva la omisión del barbijo, como por ejemplo una respiración mucho más sana, orgánica y natural.