Una médica denunció que le prohibieron atender a un hombre sin obra social: “Lo suturé igual y renuncié”

Florencia Barraza, oriunda de Buenos Aires, compartió el hecho en su cuenta de Twitter y recibió cientos de reacciones; “En los privados no se hace medicina, se hacen negocios”, sentenció la joven profesional.
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El amor por la medicina puede verse reflejado en cada acto que realizan los profesionales de la salud: desde traer un bebé al mundo, salvar una vida o simplemente al acompañar a las personas en diversos momentos de su existencia. En esta ocasión, fue la médica Florencia Barraza quien emocionó a todos al revelar la decisión que tomó luego de que, en la clínica donde trabajaba, le prohibieron atender a un paciente que no contaba con obra social.

“Recién me tuve que pelear con la enfermera y directora de la clínica. No me dejaban suturar a un hombre que se cortó el pie con una amoladora porque no lo podía pagar”, introdujo la joven en la publicación que compartió en su cuenta de Twitter, pocas horas después del difícil momento que vivió en su trabajo.

La médica de 27 años relató que desobedeció a sus superiores y que, sin hacer caso al pedido que le hicieron, atendió a la persona herida. “Lo suturé igual y renuncié. Prefiero siempre al Estado antes que al vil empresariado, ¡aguante la salud pública!”, sostuvo.

Además, Barraza explicó que la sutura quirúrgica que realizó tiene un valor total de $4.000, y aportó más detalles de cómo fue la conversación que tuvo con una de las autoridades de la clínica: “Cuando le dije a la directora que mi deber como médica era la asistencia sin importar los medios económicos que tenga el paciente, me dijo: ‘No, en los privados las cosas no funcionan así’”.

Al denunciar los hechos, y bajo una reflexión personal, la joven profesional sentenció: “En los privados no se hace medicina, se hacen negocios y los productos son seres humanos”.

Por último, la doctora afirmó que su intención no fue difamar a la clínica, pero sí demostrar el trato que algunas instituciones tienen con sus pacientes. “A pesar de que nadie acá me lo dijo, quiero aclarar que mi tuit no fue una difamación hacia la clínica. No la nombré ni lo voy a hacer, fue una crítica al sistema privado de salud y al trato que tienen para con los pacientes”, comentó.

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Fue tal la viralización de su publicación, que cosechó más de 100.000 mil me gusta y 10 mil retuits, y generó un debate sobre la salud pública y privada, con experiencias a favor y en contra.

Entre los comentarios que le hicieron sus seguidores, la mayoría fueron de apoyo y agradecimiento por su empatía. “Te felicito por tu calidez humana, y por hacer el bien sin mirar a quién”, comentó un internauta. “Felicitaciones por lo que hiciste: atender a esa persona y ser consecuente. Salud pública digna y de calidad”, opinó otra persona.

A través del mismo medio, Florencia explicó que en febrero decidió adentrarse como residente de cirugía. “Al fin me decidí a hacer la especialidad que siempre estuvo acechándome pero que nunca me animé a abordar por su complejidad y sacrificio”, contó.

Además, en otros de sus tuits, relató diversas anécdotas referidas a su trabajo, como sus días en la guardia y un triste momento que debió protagonizar: “Nunca creí que me iba a tener que parar adelante de una familia entera para decirles que su ser querido se iba a morir, es un antes y un después en la vida de cualquier persona”, escribió el pasado 1 de abril.

 

El día en el que Florencia Barraza se recibió de médica

 

Tal y como suele detallar en sus redes sociales, Florencia compartió una sentida publicación en el año 2020, cuando recibió su título de médica. Para aquel entonces, la Argentina se encontraba en cuarentena para prevenir el avance del Covid-19 y los profesionales de la salud se enfrentaban con la difícil tarea de atender a cientos de personas, con las salas de terapia intensiva completamente saturadas.

“Lo imaginaba rodeada de aplausos, de amor, de felicidad, pero el mundo está sufriendo y ya nadie puede sonreír. Hoy recibí mi título sola, como si fuese un trámite, a manos de un desconocido y sin ningún aplauso”, comenzó.

Y manifestó: “Los aplausos van a estar en los ojos de cada persona que logre ayudar. A partir de hoy, prometo solemnemente dedicar mi vida al servicio de la humanidad”.

Tal y como advirtió, Barraza demostró indudablemente su amor por la medicina y cómo, a pesar de tener que renunciar a un trabajo, la pasión por ayudar al prójimo fue más allá de los límites que le interpusieron.

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