Consciente de los resquemores y las dudas que genera su proyecto presidencial en las altas esferas del poder, por la falta de recursos y la ausencia de una estructura política consolidada, Patricia Bullrich alteró el diseño de su hoja de ruta con miras a las elecciones presidenciales de 2023.
Con el objetivo de atender las demandas del “círculo rojo” y aplacar los comentarios suspicaces de los laderos de Horacio Rodríguez Larreta, su principal rival en Pro, la exministra de Seguridad avanza con la conformación de equipos técnicos, sondea a potenciales aportantes para su campaña en el mundillo empresario y busca reclutar nuevos socios para consolidar su ambición de llegar a la Casa Rosada en diciembre del año próximo.
En su intento de nutrir la tropa propia y fortalecer su plan presidencial, Bullrich recibe ayuda de un aliado clave: Mauricio Macri. Es que el expresidente no solo autorizó a Luciano Laspina, Hernán Lombardi o Waldo Wolff a que participaran de la primera cumbre de equipos técnicos de Bullrich rumbo a los comicios de 2023, que se concretó hace unos diez días, sino que instruyó a varios alfiles de Pro, como el senador nacional Humberto Schiavoni o el diputado Federico Angelini, para le brinden asistencia a la exministra en el armado de su proyecto.
Esa maniobra responde a que Macri procura equilibrar la pulseada entre Larreta y Bullrich por la candidatura de Pro. Percibe, como otros socios de Juntos por el Cambio –incluso laderos de la exministra– que el punto débil de la titular de Pro es su falta de estructura. Y le recomendó que le dé más espesor político a su proyecto presidencial. En cambio, nota que Larreta tiene los fierros, recursos y el equipo para disputar una contienda presidencial, pero debe abandonar el discurso gris y las posturas blandas a la hora de explicitar los ejes de su plan.