Mientras el presidente Alberto Fernández avanza con medidas para contener la suba de los precios de los alimentos, como la creación de un fideicomiso y acuerdos de precios cuidados en diferentes rubros, desde el sector del oficialismo que responde a la vicepresidenta Cristina Kirchner insisten con políticas más duras, como implementar subas de las retenciones al trigo, el maíz y la soja . “El Gobierno tiene que jugar fuerte, apelar a un DNU si es necesario”, consideró el diputado Leopoldo Moreau.
“Sería poner un tope a la canasta básica de los alimentos, porque el fondo fiduciario puede tener buenas intenciones pero resulta insuficiente para frenar la escalada de precios, producto de un efecto riqueza que no tiene precedentes; se habla de precios de guerra, si es así hay que tomar decisiones extraordinarias”, aseguró.
El legislador, a través de las redes, afirmó: “En los últimos días han vuelto a subir fuerte en el mercado internacional y local los precios del trigo, el maíz, la soja y el sorgo. Por más vueltas que sigan dando sino le dan a Feletti la herramienta de las retenciones móviles segmentadas los alimentos seguirán aumentando”.
En este línea, y en declaraciones a radio El Destape, completó su argumento y aseguró que además de las retenciones móviles el Gobierno podría utilizar “los cupos de exportación” para “frenar la escalada de precios y el efecto riqueza, que si no se le pone un tope no se va a frenar el proceso inflacionario”. “Si hay precios de guerra hay que tomar decisiones extraordinarias”, sostuvo.
Durante varios pasajes de la entrevista, Moreau cuestionó la “tibieza” del Gobierno para resolver diferentes cuestiones, como tanto a nivel de la economía como en el plano judicial, en donde volvió a reclamar una modificación en “la conformación de la Corte Suprema”.
“Han pasado dos años y estructuralmente nada ha cambiado”, criticó el diputado, y agregó: “El Gobierno se la tiene que jugar; tiene que demostrar su fortaleza política y poner en agenda alguno de estos temas. Aun a riesgo de perder la batalla en el Congreso, fortalece, porque genera condiciones para que el debate se instale en la sociedad”.
Por otro lado, y en relación a las medidas implementadas por el Frente de Todos para contener la suba en los precios de los alimentos, el secretario de Comercio Interior, Feletti, se reunió ayer con supermercados chinos y almacenes para definir el nuevo Precios Cuidados, una canasta “barrial” y un acuerdo para carnes y verduras.
Más allá de los dos Precios Cuidados (el ya conocido en los grandes supermercados y la nueva versión para comercios de cercanía), hay otros dos esquemas en estudio y negociación: uno para cortes de carne y otro para verduras y frutas, los dos tipos de alimentos con mayores incrementos registrados por Indec en la última medición y que, se estima, volverán a mostrar fuertes subas en el indicador de marzo que se conocerá la semana próxima.
Para el caso de la carne, la idea es recomponer el programa de cortes populares que tembló hace algunas semanas, cuando los frigoríficos exportadores amenazaron con salir del acuerdo en medio de los rumores de incrementos de retenciones al aceite y la harina de soja. Para eso, Comercio Interior buscará un esquema más amplio con precios de referencia, un esquema similar al que funciona desde el año pasado.
Respecto a las verduras y frutas, Feletti dijo en declaraciones radiales que habrá una canasta particular compuesta por cuatro verduras y una fruta, pero no precisó cuáles. Hasta la semana pasada, la idea conversada con autoridades del Mercado Central era avanzar en compras “a futuro” de papa, cebolla y tomate para evitar las subas estacionales y fijar precios de referencia que “derramen” en mercados de cercanía en el Área Metropolitana. Se sumarían entonces dos productos frescos más.
Queda también, con fecha de definición incierta, la medida más promocionada por el equipo económico completo: la conformación de un fideicomiso del trigo, fondeado con la recaudación del aumento de retenciones a la harina y aceite de soja, que sirva para llevar el precio de productos fabricados con harina al nivel que tenían antes de la escalada de los commodities por la guerra en Ucrania. La idea central es asegurarle a la industria una harina a precio retrotraído a febrero, para que alimentos como fideos y el pan puedan desandar los incrementos de las últimas semanas. Desde la Secretaría de Comercio Interior no arriesgan una fecha de concreción de esa medida.