El secretario de Malvinas del Gobierno argentino, Guillermo Carmona, ha criticado "el doble estándar" que en el último mes ha vuelto a evidenciar Reino Unido con motivo de la guerra en Ucrania iniciada por Rusia, pues al mismo tiempo que exige en esta crisis respeto para la integridad territorial ucraniana, "desde hace 189 años viola la integridad territorial de Argentina" en lo que respecta a la soberanía del archipiélago malvinense.
"No es la primera vez que Reino Unido pretende aplicar un criterio para una situación que le conviene y deja de aplicarlo para otra que no. Lo practica constantemente, exige a otros países que respeten la integridad territorial de Ucrania, pero desde hace 189 años viola la integridad territorial de Argentina", ha denunciado Carmona en una entrevista para Europa Press.
"Malvinas es una violación sistemática por parte de una potencia mundial de la integridad territorial de Argentina", ha recordado Carmona cuando se cumplen este sábado cuarenta años de la guerra que enfrentó a ambos países, una efeméride que Buenos Aires espera pueda servir para retomar unas negociaciones desde entonces estancadas y resolver sus aspiraciones históricas de soberanía sobre las islas.
En ese sentido, Carmona ha explicado que además de las acciones que Argentina viene realizando en foros internacionales, confía en que el actual contexto internacional ayude a espolear un proceso de diálogo para el cual Reino Unido ha seguido mostrándose "reticente".
Ha lamentado que esta "reticencia" haya provocado, por ejemplo, la ralentización de los procesos de identificación de los fallecidos durante la guerra --reactivado hace diez años--, o la negativa a establecer vuelos semanales directos con aerolíneas argentinas.
Carmona ha explicado que el Gobierno argentino se ha mostrado muy atento a todo aquello que pueda propiciar que las partes se sienten a negociar, ya sea el Brexit --"que ha debilitado la posición británica en Europa"--, o "el fuerte compromiso internacional" que existe con el respeto a la integridad de Ucrania. "Tomar en cuenta los contextos actuales siempre genera oportunidades para este tipo de problemas de colonialismo pendientes", ha señalado.
A esto se suman las acciones que hasta ahora ha estado llevando a cabo Argentina, como "persistir en reivindicar y reclamar a la potencia ocupante" sus derechos de soberanía ante todos los ámbitos internacionales, en especial en Naciones Unidas, y seguir logrando consensos internos y apoyos a la causa desde el exterior. "Una categórica mayoría de países del mundo reconocen la soberanía argentina sobre Malvinas", ha destacado.
Asimismo, el secretario de Malvinas ha subrayado la necesidad de hacerle ver a la otra parte que los argentinos "cuidan" de lo suyo, lo que significa tener una mayor y efectiva presencia en las zonas marítimas que no están en disputa, así como en utilizar de manera sustentable los recursos que ofrecen estas áreas.
De cara a una posible mesa de diálogo, Carmona ha recalcado que la posición de Argentina antes de sentarse es inamovible: "Malvinas son argentinas y la presencia británica se produjo a partir de una invasión". En ese sentido, "por mandato constitucional no se admite discusión" y si bien pueden estar sujetos a negociar "condiciones, plazos y modalidades", el pleno ejercicio de soberanía no está en cuestión.
Armas nucleares, "un peligro para la región"
Con motivo del cuarenta aniversario de la guerra de Malvinas, Argentina ha estado intensificando sus acciones acerca de sus reclamaciones históricas y, a finales de febrero, sus autoridades reclamaron ante la Conferencia de Desarme en la sede de Naciones Unidas en Ginebra, que Reino Unido ofreciera información precisa sobre el armamento y material nuclear que trasladó al Atlántico Sur en 1982.
Sin embargo, "no hay ninguna respuesta satisfactoria por parte de Reino Unido", ha denunciado Carmona. "En 2003, el Gobierno británico reconoció, sin dar más detalles, que había introducido armas nucleares en el conflicto y este año sabemos por la desclasificación de archivos de que el arsenal que transportó fue una parte sustancial del que dispone", ha explicado.
"La presencia de ese armamento -31 bombas nucleares- generó un enorme riesgo, ya que algunas de las embarcaciones en las que fue transportado estuvieron bajo fuego argentino y no solo se puso en riesgo a los combatientes de ambos países, sino también a la población del archipiélago y de Argentina continental", ha dicho.
"Seguimos pidiendo información sobre estos deplorables hechos y exigimos que Reino Unido cese con el proceso de militarización de Malvinas, pero no solo Argentina, también lo hace el resto de países latinoamericanos", ha expresado.
Apoyo unánime de la región
Carmona ha querido poner en valor que "América Latina es una región que no exhibe conflictos entre países" y ha lamentado que "el único factor disruptivo" que surge sea "la militarización británica", que responde a la "estrategia" de Londres de "mantener una ocupación ilegítima ante la falta de derechos" y "ante la imposibilidad de exhibir títulos" que avalen allí su presencia.
"Para dar una idea, por cada dos civiles que habitan la isla hay entre uno y dos militares y hay épocas del año en las que la población militar y civil son similares", mientras que en otras "es un tercio de la población. No hay muchos ejemplos a nivel mundial", ha recalcado.
"Todos los países de la región reconocen nuestra soberanía sobre Malvinas, todos coinciden en que el Atlántico Sur debe ser una zona de paz y libre de armas nucleares. Todos han demostrado un alto compromiso cuestionado las acciones británicas", ha puesto de relieve Carmona.
Acciones, denuncia Carmona, como los llamados 'vuelos humanitarios' con los que Reino Unido pretende "vulnerar la negativa que hay en los pueblos de la región a brindar apoyo logístico" y favorecer "la militarización", así como las fuertes restricciones migratorias que existen para los argentinos con el fin de "evitar que se establezcan vínculos entre los isleños y la población continental".
"La población que se encuentra allí es mayoritariamente de origen británico, o población proveniente de sus territorios de ultramar y por tanto se encuentra ahí, de algún modo, para sostener esa estrategia colonial de ocupación", ha dicho.
Carmona admite que es imposible pronosticar lo que puede pasar de aquí en el futuro, pero ha prometido que el Gobierno trabajará para consolidar "la cuestión Malvinas como política de Estado" y confía en que el contexto internacional "genere las oportunidades necesarias" para que Argentina avance en sus objetivos.