El conmovedor mensaje de María Emilia, de Las Trillizas de Oro, a casi dos semanas del grave accidente de su hijo
Clemente Zabaleta estaba jugando al polo en Miami cuando chocó contra un rival, cayó del caballo y quedó inconsciente unos minutos. De inmediato, su mamá viajó a acompañarlo.
A poco más de diez días de que su hijo, el polista Clemente Zabaleta sufriera un grave accidente tras caer de su caballo durante un partido de polo que disputaba en Estados Unidos, su mamá, la integrante de Las Trillizas de Oro María Emilia Fernández Rousse, realizó un conmovedor posteo deseándole fuerza al joven deportista y papá de 36 años.
“Gracias por toda la fuerza, gracias por todos los rezos”, le escribió la artista a sus seguidores y agregó junto con un emoji de brazos sacando músculos: “Sigamos por el Corchito”. El posteo, que de inmediato obtuvo miles de “Me gusta”, estuvo acompañado por una foto en la que se la ve contemplativa, sentada sobre las raíces de un gran árbol.
Días atrás María Emilia había subido una foto de ella y de Clemente abrazados, con el texto “Quiero que me abraces otra vez. Sos un guerrero y lo vas a lograr. Fuerza”.
El 17 de marzo Clemente estaba jugando un partido de polo en Palm Beach, Florida cuando chocó contra su rival y se cayó del caballo. Tras tocar el suelo sufrió golpes y permaneció 15 minutos inconsciente hasta que un helicóptero lo trasladó a un centro médico cercano.
El parte médico oficial difundido en ese momento indicó que tiene un coágulo en la cabeza junto a una lesión en el tronco encefálico, mientras que se le detectó sangrado en un pulmón y la fractura de varias costillas. “Estas son las noticias que nunca querés que te den”, dijo a este sitio María Emilia y por la noche, apenas consiguió vuelo, se instaló en Estados Unidos para acompañar a su hijo de cerca.
Corchito como lo llaman cariñosamente, estaba jugando para el equipo del canadiense Frederick Mannix, denominado Alegría, junto a los argentinos Agustín Merlos y Juan Bollini. El fue duelo frente a Catamount (integrado por Pablo Pieres, Ignacio Novillo Astrada, Victorino Ruiz Jorba y Scott Devon).
Hijo de María Emilia y de Clemente Zabaleta, quien también fue polista, y se desempeña como manager en la organización de Alegría, que tiene sede en Buenos Aires y el país norteamericano. El joven tiene dos hermanas, Emilia y Sonia. Casado con la francesa Isabelle Strom, nieta del magnate francés Robert Zellinger de Balkany y es papá de Olimpia de cinco años y Assia Eugenie de cuatro.
Apenas se supo del accidente, sus amigos, entre ellos Polito Pieres, usaron sus redes sociales para amar una cadena de oración. “Vamos Corchito, todos con vos”, escribió el también polista en sus redes sociales desde la puerta de la clínica donde se encuentra internado su amigo y luego compartió una imagen de velas prendidas: “Fuerza corchi”.
Desde la cuenta de Instagram de polista, su pareja estuvo compartiendo fotos de ellos. “Come Back and Make me Smile Again” (”Regresa y hazme reír otra vez”), escribió junto con una foto en la que se los ve a carcajadas a ambos. En las historias también reposteó mensajes de amigos y conocidos que le mandan buenas vibras y fuerza.
Isabelle también había pedido a sus seguidores en posteos anteriores que rezaran por su marido: “Querida familia y amigos, gracias por el soporte y la ayuda. Clemente los necesita. Nosotros sentimos sus rezos y tenemos que estar fuertes”.
Luego de ser la cara de los programas infantiles de los ochenta, las Trillizas decidieron hacer un parate laboral. En julio de 2020, las tres celebraron sus 60 años con Teleshow y repasaron algunos detalles de sus vidas. En esa charla, recordaron el momento en el que decidieron parar sus carreras, a pesar de estar en un gran momento profesional. En 1981, Emilia se casó con Clemente Zavaleta, al año siguiente Eugenia le dio el sí a Horacio Laprida y en 1983, María Laura pasó por el altar con Ernesto Trotz. Después de las bodas, llegaron los hijos, diez en total y decidieron hacer una pausa en su carrera. Las tres coinciden que no fue una imposición sino una decisión. “Nuestra ambición no era la profesión”, explicó Eugenia en ese entonces. “Realizarnos como personas pasaba por otro lado. La decisión de acompañar a nuestros maridos no fue un sacrificio ni ‘lo que correspondía’. Lo elegimos convencidas”.