La inflación que mide el Indec para marzo se encamina al orden del 6% y sería la más alta de los últimos años. ¿Cuál es su consideración con respecto a la cifra para este mes?
Efectivamente la inflación va a ser superior a la de febrero, probablemente esté cerca de esos porcentajes, indicando que ha dado un nuevo salto la inflación en la Argentina después de haber cerrado por encima de 50% en 2021.
Hoy uno podría proyectar un piso inflacionario para el año del orden del 60%, aceleración que se dio por la suba de precios internacionales, pero también por ciertos reacomodamientos de algunos sectores en vistas al acuerdo con el Fondo.
Ese es el piso que tenemos hoy. Por supuesto todo va a depender de cómo evolucionen las medidas del Gobierno en materia de política interna y también la evolución de los precios de los commodities internacionales, el trigo, el maíz, y el costo del gas natural licuado que la Argentina importa como insumo para los sectores productivos.
Alberto Fernández volvió a referirse en las últimas horas a esta denominada “guerra contra la inflación” y apuntó nuevamente a los formadores de precios. ¿Qué balance hace de las medidas tomadas por el Ejecutivo, por ejemplo esta última, la reciente baja de precios en más de 1700 productos?
Me parece que en el libreto contra la inflación que el Gobierno aplica desde que asumió estos son episodios que ya hemos visto. La necesidad de articular con algunos sectores algún tipo de acuerdo es lógico, dentro de un programa que sea mucho más consistente en términos de tomar a la inflación como un fenómeno económico y no como problema de algunos sectores en particular, que por supuesto hay que administrar, sobre los cuales hay que gestionar políticas, pero me parece que los sectores de alimentos en particular no son el único problema inflacionario que tiene la Argentina.
Hay que trabajar sobre ellos, pero cuando uno mira los distintos componentes del índice de precios, vinculados no solamente a la producción de bienes sino también de servicios, uno ve que los servicios privados están creciendo casi a la par que la producción de alimentos o que los bienes vinculados a la canasta de consumo.
¿Por qué? Porque la inflación es un fenómeno generalizado, el aumento de precios es generalizado, y no solo afecta a los sectores oligopólicos que producen alimentos en particular sino también por ejemplo al peluquero del barrio.
Usted señaló en una oportunidad que “más que una guerra contra la inflación se necesita un pacto contra la inflación”. Esto me imagino que incluye a todos los sectores de la sociedad.
Sí, por supuesto. La inflación es sintetizador de los desequilibrios macroeconómicos y sociales de la economía argentina de larga data. Tenemos inflación desde hace más de 10 años, se aceleró en los últimos 5, este va a ser el quinto año consecutivo donde tenemos niveles de inflación acercándose a lo que los economistas llamamos régimen de alta inflación, en donde los aumentos empiezan a complicar todavía más la posibilidad de gestionar la política económica.
Para eso no hay que ir a pelear en términos bélicos sino más bien tratando de razonar en diferentes sectores y por supuesto incluyendo a la oposición política para establecer algunos consensos y acuerdos básicos que permiten de alguna manera gradual pero previsible y que sea entendida por todos los que toman decisiones de precios todos los días hacia dónde va a esa política. Creo que eso es lo que está faltando y de vuelta se repiten a mi juicio episodios que ya hemos visto