Adiós a Enrique Pinti: el comediante de la palabra filosa
El actor, comediante y monologuista falleció en la madrugada de de este domingo, a los 82 años. Fue precursor del stand-up y un analista preciso de nuestro devenir sociopolítico.
En la madrugada de este domingo, falleció Enrique Pinti, en el Sanatorio Otamendi, según confirmaron el empresario teatral Carlos Rottemberg y Cipe Fridman, amiga y asistente del cómico.
El protagonista del monólogo filoso y veloz tenía 82 años, y llevaba varias semanas internado por diversas complicaciones de su estado de salud.
En la madrugada de este domingo, falleció Enrique Pinti, en el Sanatorio Otamendi, según confirmaron el empresario teatral Carlos Rottemberg y Cipe Fridman, amiga y asistente del cómico.
El protagonista del monólogo filoso y veloz tenía 82 años, y llevaba varias semanas internado por diversas complicaciones de su estado de salud.
Enrique Pinti maravilló al público cuando en escena alcanzaba una velocidad increíble para decir sus monólogos picantes, soeces, polémicos, demoledores.
Junto a Antonio Gasalla y Carlos Perciavalle, Pinti desarrolló la gracia y la osadía del café-concert del Río de la Plata. Fue precursor del stand-up, género nacido del monólogo. El formato en boca de Pinti tuvo décadas de gloria y una permanencia en el ambiente teatral porteño notable. También puso palabra y mucha energía a la conquista de las provincias cuando encaraba las giras. Se convirtió en un comediante de proyección nacional porque alimentó su popularidad desde los escenarios del país.
LOS INICIOS DE ENRIQUE PINTI
Enrique Alejandro Pinti había nacido en Buenos Aires el 7 de octubre de 1939. Porteño al cien por ciento, desplegó el humor que la revista y el under teatral supieron activar y enriquecer. De esos espacios surgió el desenfado que el actor potenció. Fue un heredero creativo y osado de esa tradición.
Uno de los tantos recuerdos se remonta a las funciones en los teatros de todo el país. El actor se paraba en el escenario con la sala de bote a bote y la llenaba de palabras. El público se horrorizaba y se reía, se sonrojaba y largaba las carcajadas que el humorista devolvía con más velocidad y virulencia. Pinti siempre jugó a horrorizar.
Habló de homosexualidad cuando el tema era tabú y lo hizo desde el lado irreverente y revulsivo de las palabras. La otra obsesión temática fue la política argentina. Se envalentonaba a medida que el texto pedía más. Desde los albores de la Patria hasta la actualidad, abordaba los periodos históricos y sus protagonistas. En ese procedimiento, el actor revoleaba la media y no quedaba nadie en pie.
Si hablaba de educación, no andaba con vueltas y derribaba los mitos de la vieja escuela. Si hablaba de dictadura, no ahorraba epítetos a la junta militar. Pinti señalaba con el dedo los males y tragedias nacionales, mezclando sus verdades, como editoriales, y el humor, la mejor bandera para hablar de lo que la mayoría callaba.
Fue controvertido, en escena y en las entrevistas, siempre bien dispuesto a conversar, a recordar y sacar conclusiones. Enrique era pura energía.
Pinti escribió guiones para teatro y televisión; creó obras de teatro infantil, actuó en cine, logró grandes éxitos de music-hall, trabajó en medios periodísticos.