La “guerra” contra la inflación que dará comienzo este viernes, según anticipó el presidente Alberto Fernández, incluirá un arsenal de medidas ya conocidas que el Poder Ejecutivo puso sobre la mesa con el intento de dar un gesto político ante un índice inflacionario en febrero que fue más alto de lo esperado y que preanuncia números incluso peores para los próximos meses: todavía falta el impacto directo de la guerra en Ucrania en los valores internacionales, la última suba de combustibles y, más adelante, el reajuste de tarifas.
"El Gobierno está comprometido en llevar adelante políticas y medidas que permitan garantizar (que no suban) los precios de los alimentos", indicó este jueves la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, quien resaltó que no debe esperarse "un plan milagroso" para resolver un problema que es "multicausal".
Fernández sorprendió este martes al adelantar el anuncio de la “guerra” contra la inflación. Fue pocas horas antes de que se anunciara oficialmente que la inflación de febrero fue de 4,7 por ciento, con un índice de 7,5% en alimentos, número que impactó de lleno en el Gobierno.
En el paquete de medidas vienen trabajando, de forma integral, los ministerios de Economía, a cargo de Martín Guzmán; de Desarrollo Productivo, de Matías Kulfas, y de Agricultura, a cargo de Julián Domínguez.
Guzmán y Kulfas son dos de los ministros más apuntados por el kirchnerismo duro, pero gozan del apoyo “irrestricto” de Fernández, quien también se comunicó con la Unión Industrial Argentina (UIA), la CGT y la CTA para confirmarles que los convocará la semana que viene para avanzar con un acuerdo de precios y salarios.
El Gobierno avanzará con su paquete de anuncios, para lo cual no necesitará, asegura, el aval del staff del Fondo Monetario Internacional. Las medidas que se anunciaría el presidente van desde mantener precios cuidados y fijar precios máximos para artículos de primera necesidad a incrementar 2 % las retenciones a la harina y aceite de soja y ampliar los fideicomisos para el trigo.
Las medidas
Aumento de retenciones a la harina y aceite de soja -el Poder Ejecutivo descartó subas para granos como maíz o trigo-.
Conformación de fideicomisos acordados con exportadores y supermercados para subsidiar precios locales de determinados productos.
En cuanto a las frutas y las verduras, también crearán un fondo estatal para impulsar la fiscalización y el blanqueo.
Refuerzo en los esquemas de control de precios.
Congelamiento forzoso de precios.