Más de un millón de personas huyeron de las principales ciudades de Ucrania desde que el pasado jueves 24 de febrero Rusia invadiera el país. Una de ellas es Nikol Makarova, una nena de 12 años que está intentando llegar a España desde Kiev.
En la ciudad de Gijón, Asturias, la espera Paula Parrondo, su “madre de acogida” desde que tiene seis años. Cada verano, la pequeña participa del programa de una ONG y viajaba a España para sumarse a la familia Parrondo y ser una más de ellos.
Por eso, cuando Rusia invadió Ucrania, los Parrondo ofrecieron enseguida su hogar a la familia de Nikol. Según explicó la mujer, la madre de Nikol se negó a dejar su país por motivos personales, pero si decidió sacar a su hija de la trampa mortal en al que se está convirtiendo la capital de Ucrania bajo los bombardeos rusos.
La niña pudo salir de Kiev primero con su abuela y después se la llevaron otras familias. “Su madre ha pagado un precio elevado”, explicó Paula al canal español Cuatro. De esta manera consiguió pasar la frontera y llegar a la capital de Moldavia. Según el diario español El Comercio, la familia Markova tuvo que desembolsar más de 4000 euros para ello.
Parrondo logró contacatrse con una ONG y Nikol se encuentra ahora en Chisináu a cargo de una mujer llamada Cristina que la cuidará hasta que la familia española encuentre la forma más segura de trasladarla.
Uno de los mayores problemas es que la nena viaja sin documentación. Su pasaporte, que además ya estaba caducado, se quedó en Kiev y solo cuenta con una fotocopia enviada por Paula y un poder en formato digital firmado por su madre desde Kiev.
“No me imagino lo que debe ser mandar a tu hija sola al otro lado del mundo en medio de una guerra”, señaló Parrondo.
La mujer dijo que logró ver a Nikol mediante dos videollamadas consecutivas. La chiquita estaba bien, pero se la veía nerviosa. “Se está cargando con todo”, dijo Parrondo. También pudo ver a parte de la familia que se hizo cargo de ella, la madre, “que es jovencísima” y que tiene, al menos, un bebé.
La opción que parece más plausible para Nikol es que pudiera llegar a Rumania, donde operan muchas ONG españolas que están ayudando a los refugiados, indicó Parrondo. Aún le falta recorrer 3.600 kilómetros hasta Gijón para estar a salvo.