¿Comer menos carne reduce el riesgo de cáncer?
Un estudio halló una relación entre un menor consumo de carne roja y un riesgo más bajo.
La alimentación puede ser un factor protector o de riesgo frente al cáncer. Se sabe que llevar una dieta saludable y equilibrada, rica en frutas y verduras, cereales integrales, grasas buenas y que limite o elimine la ingesta de ultraprocesados y alcohol, entre otros, contribuye a la prevención. El consejo es también reducir el consumo de carnes rojas y especialmente procesadas, cuyo alto consumo genera preocupación frente al cáncer y otras enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculares.
"Seguir una dieta vegetariana se ha vuelto cada vez más popular y alguna evidencia sugiere que ser vegetariano puede estar asociado con un menor riesgo de cáncer en general. Sin embargo, para sitios de cáncer específicos, la evidencia es limitada", afirma un reciente artículo publicado en la revista BMC Medicine.
El trabajo se planteó como objetivo evaluar las asociaciones de dietas vegetarianas y no vegetarianas (con mayor o menor consumo de carne) con el riesgo de desarrollar cáncer en general y algunos tipos específicos (colon, mama y próstata)
Tipo, frecuencia y riesgo
En 2014, un informe del IARC (Centro de Investigaciones sobre el Cáncer) generó gran impacto al clasificar a la carne roja como probablemente carcinógena para los humanos en base a la evidencia analizada y carcinógena a la carne procesada.
¿Qué significa? Que para la carne procesada (fiambres, embutidos, salchichas) hay evidencia suficiente de su relación con el cáncer (según el IARC, cada porción de 50 gramos de carne procesada que se consume al día aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%). Mientras que para la carne roja (de vaca, cerdo, cordero) si bien existe una asociación positiva entre su consumo y el riesgo de cáncer, la evidencia es más limitada.
El nuevo estudio, liderado por Cody Watling, de la Unidad de Epidemiología del Cáncer de la Universidad de Oxford, suma más evidencia sobre el tema.
Mucho, poco, nada
Watling y su equipo investigaron la relación entre la dieta y el riesgo de cáncer mediante el análisis de datos recopilados de casi medio millón de adultos británicos que fueron reclutados en el Biobanco del Reino Unido entre 2006 y 2010.
Los participantes, que tenían entre 40 y 70 años, informaron con qué frecuencia comían carne y pescado y los investigadores calcularon la incidencia de nuevos cánceres que se desarrollaron durante un período promedio de 11 años utilizando los registros de salud.
Al momento del reclutamiento, los participantes fueron agrupados según la frecuencia con la que consumían carne procesada, carne de vaca, cordero, cerdo, pollo, pavo u otras aves, y pescado graso y no graso.
A partir de sus respuestas, fueron distribuidos en cuatro grupos: consumidores regulares de carne (más de cinco veces por semana), con bajo consumo de carne (menos de cinco veces por semana), consumidores de pescado (pescetarianos, que no consumen carne roja) y vegetarianos (ni carne ni pescado).
Menos carne, menos riesgo
"En este estudio, los vegetarianos, los consumidores de pescado y los que consumían poca carne tenían un menor riesgo de desarrollar cáncer en comparación con los consumidores regulares de carne", destacaron los autores del trabajo.
No obstante, aclararon que es importante tener en cuenta que, si bien algunos cánceres pueden tener causas similares, algunos tipos pueden no estar asociados con factores dietéticos o nutricionales y que otros factores vinculados al estilo de vida (como fumar, por ejemplo) pueden confundir las asociaciones observadas, "por lo que estos resultados deben interpretarse con cuidado".
Los resultados arrojaron que el riesgo general de cáncer era un 2% más bajo entre los que comían carne cinco veces o menos por semana, un 10% más bajo entre los pescetarianos, y un 14% más bajo entre los vegetarianos y veganos, en comparación con los que comían carne más de cinco veces por semana.
Al analizar la incidencia de cánceres específicos, los autores encontraron que quienes comían carne cinco veces o menos por semana tenían un 9% menos de riesgo de cáncer de colon o colorrectal, en comparación con quienes comían más de cinco veces.
También encontraron que el riesgo de cáncer de próstata era un 20% más bajo entre los pescetarianos y un 31% más bajo entre los hombres que seguían una dieta vegetariana en relación a los consumidores regulares de carne roja.
En tanto, las mujeres posmenopáusicas que seguían una dieta vegetariana tenían un 18% menos de riesgo de cáncer de mama. "Sin embargo, los hallazgos sugieren que esto se debió a que las mujeres vegetarianas tendían a tener un índice de masa corporal (IMC) más bajo que las consumidoras de carne", aclararon los investigadores.
A partir de los resultados, los autores concluyeron que "el menor riesgo de cáncer colorrectal en los consumidores de poca carne es consistente con la evidencia previa que sugiere un impacto adverso de la ingesta de carne".
Y añadieron que "el menor riesgo de cáncer de mama posmenopáusico en mujeres vegetarianas puede explicarse por su IMC más bajo (N. de. E.: la obesidad es un factor de riesgo para el cáncer de mama). No está claro si las otras diferencias observadas para todos los cánceres y para el cáncer de próstata reflejan alguna relación causal o se deben a otros factores".
Qué recomienda la guía argentinas
Las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA), elaboradas por el Ministerio de Salud, destacan que las carnes y huevos son "fuente principal de hierro, aportan proteínas de alto valor biológico (de buena calidad nutricional), Zinc y vitamina B 12",
En el grupo incluye a todas las carnes comestibles rojas o blancas y subrayan la importancia de incorporar pescado y huevo en la alimentación y que las carnes sean magras.
Las GAPA consideran saludable consumir hasta una porción por día (equivalente al tamaño de la palma de la mano) de cualquier tipo de carne (pollo, vaca, pescado, cerdo, otras) o un huevo.