Policiales 25/02/2022 10:55hs

A tres años de la muerte de Natacha Jaitt: habla el último amigo que la vio con vida

Raúl Velaztiqui Duarte, quien la acompañó la noche de su muerte, cuenta por primera vez cómo fueron las últimas horas de la mediática

A tres años de la muerte de Natacha Jaitt: habla el último amigo que la vio con vida Raúl Velaztiqui Duarte
Raúl Velaztiqui Duarte
El complejo dond emurió Natacha
El complejo dond emurió Natacha

Raúl Velaztiqui Duarte (50) fue el último amigo que vio con vida a Natacha Jaitt (41) la madrugada del sábado 23 de febrero de 2019 en el salón de fiestas Xanadú, en Benavídez, partido de Tigre. También fue el único que estuvo preso por el caso: durante un breve período se lo acusó formalmente de "falso testimonio", aunque finalmente fue sobreseído.

Según él, terminó libre de culpa y cargo porque nunca mintió cuando dijo que esa noche no vio a nadie drogándose. Según fuentes del expediente, Velaztiqui zafó por un defecto formal a la hora de indagarlo. Él remarca que quedó absuelto por no haberse acreditado el delito por el que el fiscal lo acusó.

A tres años de la muerte de Natacha, Velaztiqui aceptó hablar con Clarín. Y habló de todo. De cómo se conoció con la mediática -allá por 2015-, de sus distanciamientos, de su reencuentro en enero de 2019 en el cumpleaños de la cantante de Bandana y amiga en común, Lisa Vera, los detalles de su última noche y de la causa en la que hoy por hoy no hay ni acusados ni delito concreto bajo investigación.

Durante la entrevista, Velaztiqui apuntó una y otra vez al dueño de Xanadú, Gonzalo Rigoni. Pero lo cierto es que tanto Rigoni como a las otras personas que estaban esa noche en el lugar para la Justicia sólo son testigos.

La principal hipótesis es que Jaitt tomó cocaína voluntariamente y colapsó porque su cuerpo estaba en condiciones de máxima fragilidad. Da la sensación de que si la causa aún no está archivada es porque las teorías conspirativas no se terminaron de saldar y porque la tablet de Jaitt aún no pudo ser abierta totalmente.

Jaitt le había comunicado a sus amigos que “estaba pasando por un mal momento” y “para darle una mano” Velaztiqui y Lisa Vera propusieron organizar eventos donde la mediática pudiera ser la anfitriona y la figura convocante. Para lograrlo debían encontrar un lugar.

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A través del dueño del restaurante “Tía La Ñata”, Marcelo Crescini, dieron con Gonzalo Rigoni, quien tenia un salón de fiestas que podía servir como locación.

Crescini hizo de nexo entre Velaztiqui y Rigoni y éstos pautaron una reunión -de la que participaría también Jaitt- para el viernes 22 de febrero a las 21. A la madrugada del 23 la hallaron muerta en una de las habitaciones del lugar.

 

Las últimas horas de Natacha


-¿Qué le iban a proponer a Gonzalo Rigoni en la reunión del 22 de febrero?

-Nosotros estábamos buscando una locación para hacer varias actividades, una era una competencia de hip hop. Después queríamos hacer un show de stand up, fiestas temáticas, o sea, eran varias alternativas, por eso buscamos un lugar grande. Como Natacha era una persona pública y conocida, que manejaba los medios y la convocatoria, Xanadú era un lugar especial e ideal para hacer ese tipo de evento y cumplía esa función. El marco y la locación eran los adecuados para hacer cualquier fiesta de un nivel ABC1.

-¿Cómo la notaste a Natacha con este proyecto en los días previos a la reunión?

-Ella estaba muy entusiasmada porque era lo que le interesaba, la despejaba un poco de todo lo que estaba pasando y la verdad que se la veía bien. Nosotros la habíamos visto muy mal, estaba pasando un muy mal momento y se la veía como conectada con esta posibilidad. Hay cosas puntuales en las que no me voy a meter. Ella era sumamente respetuosa con sus amigos, a lo mejor a la gente le cuesta creer eso, pero yo la conocía de otros lugares. La conocí desde el lugar de mamá, de mina copada, de su casa. No conocía "sus infiernos” como los han catalogado públicamente.

-Volvamos a ese viernes. A las 21 tenían que estar ahí y la pasaste a buscar a Natacha por la casa...

-Ese día llovía torrencialmente. Era imposible. Yo llegué tarde a pasar a buscar a Natacha y le dije: ‘‘Mira que está lloviendo un montón, ¿qué hacemos?, ¿suspendemos?”. Y me dijo: "Vamos, decile que estamos retrasados pero que si quiere vamos igual”. Cuando le escribo a Rigoni, me dice: “Yo estoy acá, pueden venir tranquilamente no hay problema, si quieren venir, vengan”.

Ella iba hablando por teléfono en el auto, la verdad que no recuerdo con quién, sí que habló con el doctor Cipolla (NdR: Alejandro, entonces abogado de Jaitt). Y en un momento me dice: “Che, me dice el tipo que le compremos cigarrillos que la quinta está medio alejada”. Y ahí fue que entendí que ella tenía contacto con Rigoni. Lo que cuento ahora lo declaré anteriormente y lo voy a seguir sosteniendo porque no voy a mentir. A veces la verdad duele y es dura.

-¿Y entonces?

-Compré los cigarrillos, Natacha no tenía dinero. La nafta y los cigarrillos los pagué yo. Por eso me llamó la atencion después cuando se encontró en la mochila dólares y dinero en efectivo, cuando ella no tenía para pagar el peaje ni la nafta. Salieron audios donde ella dice que habló una hora con él. Yo la verdad que desconocía que ella tenía contacto con él o qué es lo que ella pudo hablar en esa conversación que sostuvo con él.

-¿Notaste complicidad entre Natacha y Rigoni durante la reunión?

-No sentí que hubiera una relación ni que se conocieran. El que conoció a Natacha sabía que tenía una personalidad avasallante. Yo la he visto en otras situaciones y era una persona muy cordial, muy carismática. En la reunión habíamos hablado de los temas, y había un ida y vuelta de chistes, era divertida la reunión. No había notado nada raro, no había algo que me alertara.

-¿Cómo fue el ingreso a Xanadú?

-Era un lugar muy complicado para ingresar y como llovía muchísimo llegamos tarde. Nos recibió Rigoni, es una casa enorme. Estaba iluminado con lucecitas dicroicas bajas, no había una gran iluminación en la casa, Rigoni nos había dicho que era porque se había cortado una fase de la casa. Cuando llegamos nos dijo que estaba con dos amigos, nos preguntó si nos molestaba y explicó que uno era su mejor amigo y el otro un electricista -al que apodaban "Voltio"- con el que trabajaba, que habían ido a comer más temprano.

-¿Cómo era la distribución del lugar?

-Apenas ingresás a la derecha están los baños. Hay un salón enorme que estaba oscuro. Del lado izquierdo había una sala de estar, un entrepiso muy lindo con sillones. Al lado estaba la cocina y había un pasamanos, una puerta y cuando atravesabas esa puerta estaba la galería y ahí la mesa preparada donde ellos estaban sentados y donde nosotros nos sumamos.

-¿En algún momento recorrieron Xanadú?

-Sí. En un momento él me dice: “Vení que te voy a mostrar el lugar”. Los únicos momentos que a mí se me enfoca en el video, fue cuando ingresé y después cuando él me muestra el lugar. Me mostró la cocina que estaba totalmente equipada para hacer una fiesta grande. Me muestra el entrepiso, me hace subir unas escaleras, ahí había como otro entrepiso, me hace doblar a la izquierda donde había unas habitaciones que estaban como medio desarmadas, él había dicho que antes era su casa. Había otras habitaciones que no estaban en uso.

Después me hace doblar a la derecha donde había una puerta y te llevaba a un lugar donde las novias o las quinceañeras podían hacer un día de spa, podían cambiarse ahí o quedarse a dormir después de la fiesta.

-¿Natacha participó de esa recorrida?

-Fui yo solo. Cuando vuelvo a la galería, me vuelvo a sentar en el mismo lugar de la mesa y después comimos. Empezamos a hablar de lo que queríamos hacer, que era una fiesta temática, una fiesta de blanco con performance, bailarines. Natacha era la anfitriona. Después vino una chica, la presentaron como Luana, la novia de "Voltio".

Habíamos hablado de un posible presupuesto. Esa era la primera reunión de varias que íbamos a tener para poder concretar una posible fecha y de lo que artísticamente Natacha iba a aportar y lo que iba a hacer yo con la producción y la organización. La otra amiga que iba a participar era Lisa Vera. Natacha decidió que ella no fuera a la reunión porque estaba embarazada y porque tocaba con Bandana a los dos días y había tenido doble ensayo. Ella estuvo en la reunión anterior.

-¿Rigoni les ofreció algo para comer o para tomar?

-Cuando Rigoni le pidió a Natacha los cigarrillos nos preguntó si teníamos hambre y Natacha le dijo que pidiera sushi. Al rato vino el pedido y en esa mesa transcurrió absolutamente todo, siempre estuvimos ahí en esa galería.

-¿En algún momento de la reunión hubo algo que te alertara?

-La verdad que con todo lo que pasó después, o sea, con todo lo que se dijo y se expuso después mediáticamente, que hubo consumo de cocaína y todo lo demás... A mí se me acusa porque no vi cuando la gente se drogaba. Yo en una reunión no pregunto, cuando una persona se levanta, a dónde va.

En la mesa donde se hizo la reunión nadie consumió. Ni Natacha ni nadie. Lo diría, no tengo por qué no decirlo. Adelante mío no hubo consumo, no armaron una línea en la mesa.

-¿Natacha llegó borracha o drogada a la reunión?

-Natacha no llegó drogada ni borracha. Yo se lo dije a los fiscales. Llovía y cuando subió al auto tenía un delineado perfecto y el pelo planchado, estaba impecable. A ella la dejaron en un lugar muy oscuro y muy feo como mujer. Lamento mucho que en las declaraciones de los demás testigos la hallan llevado a ese lugar, porque no es cierto.

-¿Notaste que en algún momento cambió el registro de la reunión?

-No, para mí no. Sí ese detalle, que se levantaban de la mesa. Para que se entienda cómo era la distribución: estaba la mesa, las sillas, había un paredón, un pasador de platos. Yo estaba sentado de frente y como llovía mucho y me estaba mojando me cambié de lugar y me pasé a otra ubicación de la mesa.

De esa ubicación que me pasé en la que estuve hasta el momento en que voy a buscar a Natacha, desde ahí era imposible ver lo que había del pasador para allá y de la puerta para allá. Era imposible ver. Entonces, cada persona que se levantaba, se iba al baño y yo no la veía.

-¿Cuándo notaste que Natacha se había ausentado de la mesa?

-La reunión había concluido, ya no había nada más para hablar. Estábamos esperando que termine de llover para poder salir. Yo estaba sentado en la punta de la mesa, Natacha estaba sentada enfrente mío. Había cambiado la posición del lado derecho mío, estaba la pared, el pasador donde estaba en la cocina. Le digo a Natacha: “Vamos”. Ella me dijo: “Sí, sí”. Se levantó, cruzó el umbral y no me dijo nada, ni esperame, ya vamos, ahí vengo, no me dijo absolutamente nada.

Nosotros teníamos que volver porque Natacha tenía que ir a buscar a su hijo. Ese no es un dato menor. A ella se le acusó que llegó drogada, borracha, en muy mal estado. No es cierto porque ella había dejado a su hijo en la casa de un compañerito a cuidado de la mamá. Nosotros teníamos que volver. No había una fiesta, ni una partuza. Ella tenía que volver a buscar a su hijo. Los que realmente conocen a Natacha, saben lo que era como mamá.

Ella cruza el umbral de la puerta. La veo hablando con Rigoni, de medio cuerpo para arriba, que es la visión que yo tenía, la veo charlando con él y riéndose. No escuché lo que ellos estaban diciendo. Y ahí no la vi más. Eso fue lo último. La última imagen que tuve con ella viva.

-¿Y cuánto tiempo pasó hasta que la fuiste a buscar?

-Me quedé sentado en la misma posición. En el mismo lugar estaba "Voltio", Luana se había ido. Y en un momento viene Rigoni, calculo que habrán sido unos 20 minutos, no lo puedo precisar. Lo vi normal, noté que se había duchado. No tenía nada en su rasgo físico o expresión que me llamara la atención, viene riéndose y me dice: “Se quedó dormida tu amiga”.

¿Dormida?, pensé, si ya nos estamos yendo. Entonces, automáticamente le mandé un WhatsApp: “Amiga, ¿estás bien?”. Porque nos estamos yendo y el tipo me dice que se quedó dormida es como la primera alerta de algo digamos, ¿no?. Le mando el mensaje y segundos después, la llamo por teléfono. No esperé, todo está cotejado en las pericias.

Como no me contesta, automáticamente yo salgo a buscarla no sabiendo a dónde estaba. Y él me dice: “Andá a buscarla si querés”.

-¿Y fuiste?

-Me pareció raro que me dijera que se había quedado dormida. Repito, el primer mensaje, no responde. La llamo automáticamente y salgo a buscarla. Cuando paso el umbral de la puerta, lo primero que hay es este entrepiso con sillones, yo pensé que podía estar ahí. Como no estaba ahí subí las escaleras y empecé a buscarla. Entro a la habitación donde estaba el sauna y todo lo demás, hay unas bachas, si no mal recuerdo, un vestidor y hay una parte donde está la cama y ahí es donde la encuentro.

-¿Tuviste una mala sensación cuando entraste a la habitación y la viste acostada sobre la cama?

-Cuando entro la encuentro a ella en la cama y le digo: “Nati, vamos”. Entonces la intento zamarrear, la toco, la muevo. Ella no me contesta. Atrás lo tenía a Rigoni, no había visto que él me había seguido. Yo no había percibido que él estaba atrás mío. Rigoni me dobla en altura, es un tipo grande. Se me había pegado de una manera atrás que yo sentí intimidación.

La trato de despertar porque para mí estaba dormida. La zamarreo y él se tira en la cama y la da vuelta, ahí yo empiezo a moverla y no reaccionaba, todo esto a los gritos preguntándole qué pasó, ella no reaccionaba, no sé si respiraba o no. Él no me respondía. Intento hacerle reanimación, él me ayudó. Entré en crisis y desesperación. Yo soy asmático. Le dije: “¿Qué pasó? Llamá a la policía, llamá a la ambulancia porque no reacciona, no reacciona”.

Él fue el primero que llamó a la ambulancia, creo que al 911. Después llamé yo. Y ahí empezó toda una serie de situaciones atrás que no las puedo describir porque era un lugar enorme, oscuro y solamente con unas lucecitas dicroicas. Era un infierno. Gente que entraba y salía. Gente que se iba corriendo, que no sabía quién era, sombras.

-¿Cuál fue tu sensación?

-Empecé a sentir que lo que estaba pasando ahí no era algo bueno y a tener miedo por mi vida. Cuando yo empiezo a gritarle y preguntarle qué pasó que Natacha no reacciona, mientras yo asistía a Natacha, Rigoni estaba atrás mío con "Voltio" y siento que de atrás alguien dice: “Cerrá el orto”.

Esto yo lo manifesté en la Fiscalía. Yo no puedo precisar que ese “cerrá el orto” de Rigoni haya sido hacia mi persona. Claramente fue un acto intimidatorio, yo lo sentí así.

-¿Y qué más pasó?

-En un momento miré a la cama, no encontré su teléfono, no estaba, o sea era imposible que Natacha estuviera en la cama sin su teléfono. Era imposible. Son pequeños hechos que se fueron sumando y que fue in crescendo mi miedo a que me pasara algo. De hecho, hay un video que dicen que yo me agaché a buscar el teléfono. Sí, yo empecé a buscar el teléfono alrededor en lo poco que se veía, me agaché a ver si estaba al lado de la cama. Y ahí es cuando yo digo que algo no estaba bien. En un momento yo encuentro su peluca, porque ella usaba una cortina de extensiones.

-¿Por qué te acusaron de haber escondido el teléfono de Natacha?

-A mí se me acusó de haber robado el teléfono y de haber adulterado la escena del crimen, y no es cierto. Yo no me robé el teléfono de Natacha. No estaba en la habitación el teléfono.

-¿Vos veías que entre ellos hablaban?

-Yo veía sombras, había gente, por las imágenes se ve que Rigoni junto a otras personas estaba limpiando la bacha, se llevaron botellas, copas. Todo eso que se ve en las cámaras, sucedía atrás mío mientras yo intentaba reanimarla. Si a mí me iba a pasar algo malo no tenía escapatoria más que tirarme por la ventana o salir por esa puerta. Cuando logré zafarme de Rigoni, bajé y me di cuenta que tampoco estaba la mochila de Natacha.

Empecé a buscar la mochila. Entré a la cocina, y atrás vi que había como un escobero. Adelante de ese escobero fue la última vez que yo vi a Natacha y a Rigoni. Abrí el escobero y encontré la mochila de Natacha en el piso, ni siquiera apoyada en un estante.

El punto clave es cuando ella accedió a la habitación con Rigoni si subió con su mochila o cuando Rigoni bajó a decirme que se había dormido él bajó la mochila. Automáticamente cuando agarré la mochila busqué el celular, y lo encontré. Cuando revolví la mochila estaba la tablet también. Agarré el teléfono y fui a mi camioneta a buscar el paf, porque soy asmático.

Cuando llegué a la camioneta, busqué el paf y deposité el teléfono arriba del asiento del acompañante, no estaba tapado, no lo tiré atrás, no lo escondí. Yo sentí en ese infierno que estaba sucediendo, que si a mÍ algo me pasaba, en ese telefóno iban a estar las conversaciones que ella tuvo con quien las haya tenido, la persona con quien hablaba mientras íbamos juntos en la camioneta, lo que había hablado o no con Rigoni, o con quien sea.

Cuando llamé al 911 tenía a Rigoni adelante mío desencajado, yo me movía y él me seguía. Era un tipo que estaba drogado.

-¿En ese momento te diste cuenta que estaba drogado?

-No. Vi que estaba desencajado, como lo estaba yo fruto de que se había muerto mi amiga, las pericias dijeron que estaba drogado.

-¿Qué pasó cuando llegó la policía al lugar?

-Cuando llegó la policía yo me alejo de Rigoni, le digo al oficial, le digo, es esa la última persona que estuvo con mi amiga, por favor no se separe de él, le digo que no lo pierda de vista, por favor porque es el último que estuvo con ella. Subimos otra vez a la habitación y me dicen: “Está óbito”. Y ahí recién ingresan los médicos.

-¿Y después?

-Me bajaron de la habitación y me llevaron hacia la cocina. Y acá en el relato está la gran contradicción de la ubicación de la mochila.

La oficial femenina me pidió el documento de Natacha, le dije que no sabía dónde estaba pero le indiqué donde estaba la mochila. Sacamos todo y ahí no estaba el dinero, no había casi 50 mil pesos como después se dijo que ella tenía en la mochila cuando apareció de una manera inexplicable. La mochila no tiene patas, no vuela. Entonces, cuando a mí me acusan de haber cambiado la escena del crimen, es falso. Si Natacha subió con la mochila se tiene que ver en el video. Si Rigoni cuando bajó, bajó con la mochila, se tiene que ver en el video.

-A los testigos de la muerte de Natacha los llevaron a un destacamento, ¿qué recordas?

-Cuando nos dijeron que había fallecido me apartaron y me dejaron en un destacamento 14 horas sin tomar agua, comer, ni ir al baño. Esto nadie lo sabe. O sea, por miedo a que me pusieran algo o que adulteraran la cadena de custodia. Gonzalo Rigoni tenía que estar aislado como yo, pero entraban y salían personas que hablaban con él. Había abogados y fiscales.

El nivel de impunidad que se estaba manejando en ese lugar... Yo pensé que me podía pasar cualquier cosa y de hecho después terminé imputado y aprehendido, terminé siendo el chivo expiatorio, señalado de un delito que jamás cometí.

-¿Les hicieron exámenes toxicológicos a los testigos y a Natacha?

-Me hicieron a mí y a todos los demás. Después allanaron mi casa y no encontraron absolutamente nada, no había nada. Al día siguiente le pedí a mi doctora que por favor me hiciera una orden y me hice un análisis toxicológico privado. Yo tenía miedo de que pasara algo, que digan que yo estaba drogado cuando claramente no había consumido, no consumo. Por eso me hice esa prueba y claramente en mi organismo no había ningún tipo de drogas.

-¿Y en el resto de las personas que estaban en la casa?

-Sí, claramente que sí y está en el expediente. Yo tenía alcohol en sangre, había tomado champagne, que era lo único que había tomado. Al resto les salió cocaína, marihuana, LSD.

-¿Y a Natacha?

-También.

-¿Qué crees que le pasó a Natacha?

-Yo creo que hubo un abandono de persona, hubo un homicidio sin intención de matarla, un homicidio culposo. Si yo a vos te facilitó droga y eso te mata, soy responsable. Gonzalo Rigoni es responsable y debería hacerse cargo. Está en las pruebas, en la causa, Natacha murió en 26 minutos. Ella murió en 26 minutos. Por eso cuando me preguntas si la noté rara, te digo que no. Yo la noté como siempre. Por eso esta lucha que yo tengo, por la búsqueda de la verdad y por Justicia sobre mi amiga.

Ella no fue culpable de su muerte, no murió porque era una adicta. No entiendo por qué el Ministerio Público Fiscal obvió, no estuvo atento. Yo trato de ser muy respetuoso, no soy el enemigo de la familia, pero si yo tengo una hermana y hubiese leído lo que ese tipo (Rigoni) dijo de mi hermana a mí me lo tienen que sacar de las manos. Me instalo en la puerta de la casa.

A Natacha la mataron tres veces: primero la mató la droga, la prostitución, despues Gonzalo Rigoni dejándola morir sola y porque fue el facilitador de la droga. La tercera muerte de Natacha fue por los medios: la usaron viva y la usaron muerta, contaron lo que quisieron contar.

Acá no hubo un complot para matarla. Yo sé que se dijo mucho de ella, que esto fue un complot para asesinarla por todo lo que había denunciado. Ella habló mucho conmigo, me contó un montón de cosas y podría decir un montón de cosas pero ella no está. Yo las diría si la justicia necesita que lo diga, hasta ahora nadie me citó.

-¿Creés que todo va a quedar en nada?

Yo no estoy buscando nada más que justicia. Ella no eligió morir así, no eligió que la dejaran en el lugar que la dejaron. Es difícil de creer, hay gente que la quiere y gente que no, pero conmigo fue una buena mina, era una buena mamá. Entonces no puede quedar en la memoria que Natacha era alguien mediático y que murió por sus excesos o por sus posibles excesos o por lo que sea. Yo la quiero mucho y lo único que deseo es que se impute a los responsables de su muerte, hubo un facilitador, alguien le dio la droga y se murió.

-¿Crees que no se le dio la difusión suficiente a la muerte de Natacha?

-A Natacha la dejaron sola, a nadie le importó. No hubo solidaridad con ella. Natacha era un personaje muy difícil, hay mucha gente que la odia y hay mucha gente que la quiere. Ella no fue a Xanadú pensando que se iba a morir, ella fue pensando que íbamos a hacer un trabajo en una reunión y tenía que volver a buscar a su hijo. A mí me han destrozado la vida, me han escupido en la calle, me han rayado la camioneta, me han eliminado socialmente, laboralmente. Yo no soy una víctima de esto porque murió Natacha, hay dos hijos que perdieron a su madre y hay un hermano que perdió a su hermana, pero nadie sabe lo que yo pasé en estos tres años.

En Isla Verde 644, en Dique Luján, Benavidez, Xanadú no existe más. El espacio, reacondicionado aunque con el mismo formato de salón de fiestas y eventos, ahora de llama Dique Loreto y ofrece un lugar de confort para disfrutar un momento inolvidable. Pero según le confiaron a Clarín, sigue siendo de Rigoni, aunque hizo un pase de manos para "lavarle la imagen" y seguir con su negocio. Todo pasa, parece, como alguna vez dijo alguien.

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