Quisiera pedirle a la sociedad en general de mi querido Coronel Suárez que piensen un minuto, que los que van detrás de los camiones de recolección no son animales, son seres humanos con sus defectos y virtudes.
Yo el día lunes 21 de febrero me sorprendi cuando cumpliendo con mi tarea de juntar residuos en el canasto frente una pretigiosa veterinaria me pinche la mano, cuando con mi compañero abrimos la bolsa nos encontramos con más de 8 jeringas con sus agujas colocadas. Eran varias bolsas dentro de una más grande, todas con el mismo contenido.
Ahora bien, yo que me clave una de esas agujas tengo que hacer un estricto tratamiento durante seis meses, cada treinta días me tengo que extraer sangre y a su ves tomar medicación ya que nadie sabe que contenían esas jeringas y al no saber cuál fue la aguja que se clavo en mi mano hay que hacer ese tratamiento.
Yo a esa persona no le guardo rencor pero le ruego que haga uso de lo que aprendió en la universidad y que esto no se repita porque detrás de cada recolector mal llamado "basurero" hay una familia. Y todas esas bolsas van a parar al basurero municipal, dónde también hay seres humanos buscando y revolviendo la basura para ver si encuentran algo para sobrevivir ya que no tienen trabajo.
POR FAVOR TENGAN CONCIENCIA. Muchas gracias, que Dios los bendiga.